Malvinas

Archipiélago situado en el sur de continente americano a la altura de la Patagonia argentina, más precisamente de la provincia de Santa Cruz. Si bien las Malvinas forman parte geográficamente de la Argentina (están dentro de la plataforma marítima argentina), políticamente son una colonia de la Gran Bretaña. El reclamo de soberanía argentina forma parte de uno de los puntos más sensibles y que mayor consenso generan en toda la sociedad argentina. Si bien la posición de la diplomacia argentina ha cambiado con los distintos gobiernos, el afecto de la mayoría de la población hacia ese territorio y, fundamentalmente, el deseo de que las Malvinas sean argentinas, implica a la mayoría de la población. Una población que festejó hasta el punto de vivar a un militar dictador que en un determinado momento decidió recuperar las islas con las armas. El intento duró muy poco tiempo, cosa previsible teniendo en cuenta la enorme disparidad que existe entre una potencia mundial como Gran Bretaña, y un país del Tercer Mundo como Argentina. Poco pudieron hacer las precarias tropas argentinas, formadas básicamente por conscriptos con nula experiencia en combate y con muy pobre armamento y equipamiento para combatir en una zona tan fría. Aquellos combatientes son considerados héroes por la mayoría de la sociedad. Sin embargo, el enunciado no siempre está en concordancia con los hechos, y estos mismos ex combatientes sufrieron la indiferencia de funcionarios y de buena parte de la sociedad que los llamaba “héroes”. Este doble discurso suele estar presente en muchas de las cosas que tienen que ver con las islas: por un lado, el 2 de abril (día en que se conmemora el comienzo de aquella fugaz recuperación de la soberanía sobre el archipiélago) se ven muchas imágenes de Malvinas en las redes sociales, cosa que desaparece casi por completo los restantes 364 días del año; por otro, son contadísimos los argentinos que, en el caso de lograr la soberanía, se iría a vivir a un territorio tan lejano, con un clima tan hostil y con una alta posibilidad de aburrimiento infinito. Más si el fin de la dominación británica produce el cierre de los pubs ingleses, probablemente la única fuente de diversión que tiene actualmente ese horroroso archipiélago árido, frío, lluvioso y poco amigable.