MARCELO MERCADANTE

De cómo una amistad de casi 40 años se transformó en una sociedad creativa de canciones que ni el tiempo ni los 13 mil kilómetros de distancia, ni un océano pudieron impedir. 

Después del fin de Sometidos por Morgan dejé de cantar. Mi nueva banda de rock no hacía música, aunque era muy punk y me permitía escribir mucho: se llamaba Barcelona. Porque éramos una banda y la rockeábamos, aunque no tocábamos. Hasta que apareció mi amigo Marcelo Mercadante. Y con Marcelo apareció el tango.

Marcelo vivía en Barcelona desde 1992. Y sigue viviendo allí. Marcelo era un gran amigo, con el que siempre seguí en contacto, aún cuando nos teníamos que mandar cartas de carne y hueso. Ni correo electrónico, ni chat, ni whassap: todo eso llegaría después. En aquel momento eran cartas o llamados por teléfono.

El 20 de noviembre de 1967 yo cumplí 30 años y Marcelo me mandó un tango como regalo de cumpleaños. Un tango que escribió para mí. Me mandó por fax la partitura. Yo no leo música, así que le pedí a una amiga que me lo tocara. Me encantó. Y le dije que quería ponerle letra. 

Tardé casi un año en escribir esa letra. Me costó muchísimo. Cuando se la mandé, a Marcelo le gustó mucho y quedó allí, para un posible repertorio. Hasta ese momento, Marcelo casi no había compuesto temas suyos. Y mucho menos tango-canción.

En 2005 Marcelo sacó su segundo disco solista, Con un taladro en el corazón. El disco era todo instrumental, como su anterior Esquina Buenos Aires, su debut solista. Excepto por un tema: porque le pidió a su amigo, el grandísimo cantaor Miguel Poveda, que cantara Tal vez

Yo no conocía a Miguel y cuando lo escuché me caí de culo. Hoy soy fan absoluto: Miguel es un monstruo, un artista descomunal. Por lo que canta y por la cabeza que tiene para ir de acá para allá: del cante a la copla, pasando por el tango y la canción en catalán. Capo.

Nos gustó tanto la versión de “Tal vez” que decidimos hacer un disco sólo de tango canción. Bueno, un disco de Marcelo, pero con composiciones de la dupla: músicas suyas, letras mías. Suburbios del alma es una de las cosas que más me llenan de orgullo de todas las que hice en mi vida. Porque es un disco de tango canción contemporánea, porque participan músicos increíbles (Leopoldo Federico, Hugo Fattoruso, Pablo Agri, Hernán Posetti, Diego Schissi, Pablo Mainetti, Francisco Fattoruso, Lobo Núñez), porque canta gente admiradísima (Lidia Borda, Miguel Poveda, Martirio, Omar Mollo, Alejandro del Prado, Elba Picó), porque usamos los dibujos de Calé para el arte de tapa, porque hicimos lo que quisimos.

Con Marcelo siempre decimos que es una superproducción internacional financiada por dos monotributistas. Mucha gente puso mucha onda para que todo saliera como salió. Y lo grabamos con base en Buenos Aires, pero con tomas también en Madrid, Barcelona y Montevideo. Una locura. 

El disco se presentó en el Festival de Tango, en la única vez que se tocó en Buenos Aires. Fue en el predio de la tienda Harrod’s, en Córdoba y Florida, que estaba abandonado. Sonó espantoso. Pero tuvo su revancha, con magníficas presentaciones en Barcelona, en Madrid (Teatro Real) y en Zurich. Tuve la suerte de viajar a la presentación en Barcelona, en L’Auditori.

Con Marcelo seguimos componiendo: en su disco siguiente, Tachar nostalgias (2009, a dúo con Gustavo Battaglia) hay una versión de nuestro tango Més que un crack, cantado por Rodrigo Flores. Y en el siguiente, Justamente (2013), la gran Elba Picó canta el tema que da título al disco, en lo que iba a ser su testamente musical. 

En 2019, Marcelo volvió a grabar con su quinteto. En realidad, su sexteto. Porque hay una sexta integrante, la cantante Analía Carril, argentina radicada en Barcelona. El resto del sexteto (el quinteto instrumental) forma con Juan Esteban Cuacci (piano), Olvido Lanza (violín), Javier Feierstein (guitarra eléctrica), Emiliano Roca (contrabajo) y Marcelo en bandoneón y arreglos. 

El disco se llama La llave (Karonte, 2019) y tiene en total 10 temas: cinco instrumentales y cinco canciones. Todas son composiciones de Marcelo y las cinco canciones tienen letras mías. Además, en Tangócratas 2 grabé (con Rafa Varela y con Marcelo) el primer tema de la dupla Mercadante-Marchetti que no estrena Marcelo. Esta vez me toca a mí.

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