DICCIONARIO MEDIÁTICO ARGENTINO

En marzo de 2015 comencé a publicar en MU este diccionario, tratando de definir algunos términos con los que nos bombardean permanentemente los medios. Palabras de moda, otras ya en desuso, muchas inverosímiles y contradictorias. Un repaso por nuestros consumos comunicacionales. 

A

aborto

Interrupción voluntaria del embarazo. Actualmente este hecho es ilegal en la Argentina, pues se considera un crimen. Esta apreciación surge del hecho de que un embrión en el vientre de una mujer es, potencialmente, una vida humana. Se trata de una lectura del futuro que, de tener límites un poco más estrictos e ir un poco más atrás en el tiempo, podría considerar  perfcomo un crimen también la masturbación. Hecho que llevaría a condenar como “genocida” al 99,99 por ciento de la población masculina de todo el Mundo. En realidad, el aborto sigue siendo considerado un crimen porque es una forma de ejercer discusión y control por parte del Estado sobre el cuerpo de las mujeres. Bajo el pretexto de discutir la supuesta “vida humana” que potencialmente tiene una mujer durante las primeras 12 semanas de embarazo, lo que se discute, de fondo, es la sumisión de las mujeres a la voluntad de las leyes de los hombres. Una intromisión en la soberanía que en este caso tiene como destinatarias sólo a las mujeres, pero que logra volverse más universal cuando se trata de la prohibición del consumo de drogas, como de la eutanasia. Esta prohibición lleva a que sólo puedan hacerse abortos en buenas condiciones (aunque en la clandestinidad), aquellas mujeres capaces de pagar mil dólares por un trabajo seguro, bajo la supervisión de un médico o una médica. Las mujeres pobres se ven obligadas a recurrir a sitios poco seguras, o a hacer ellas mismas el trabajo, algo que puede causarles hemorragias y llevarlas a la muerte. Últimamente, el descubrimiento de una pastilla que normalmente se utiliza (vía oral) para las últceras, puede ser utilizada como abortivo aplicándola sobre el cuello del útero, hizo surgir un movimiento que busca transformarse en alternativa a la negativa del Estado, ayudando a las mujeres a que hagan su propio aborto, con esta pastilla. En realidad, el aborto con pastillas es un engaño de quienes pretenden hacerse pasar por partidarios del aborto, pero en realidad forman parte de proyectos políticos cuyos principales referentes están en contra del aborto libre, seguro y gratuito. Por lo general, estos grupos también suelen incluir a varias oenegés encargadas de luchar por la legalización del aborto pero que, si realmente el aborto se legalizara, dejarían de recibir subsidios.

acampe

Forma de protesta política que tiene alto impacto social pero nula repercusión política en las elecciones. El acampe más famoso sucedió frente al Congreso de la Nación, en los años 90, y fue organizado por el gremio docente. La medida tuvo una gran adhesión social y de personalidades de la opinión pública. Pero aunque allí se presentaron los artistas más populares y convocantes, que fueron a solidarizarse con la causa, y los medios le dieron amplia cobertura al acampe, la fuerza política que gobernaba el país por aquellos años consiguió ser reelecta con una cantidad de votos mayor a la que había obtenido en la primera elección. Los acampes de veteranos de la Guerra de Malvinas (en Plaza de Mayo) y de los qom (en 9 de Julio y Avenida de Mayo) no lograron tanto impacto como aquella Carpa Blanca y segurarmente su incidencia electoral será nula, teniendo en cuenta que los dirigentes políticos que se han acercado a expresar su solidaridad no alcanzan, sumados todos, al 5% del electorado total del país.

acuerdo con el FMI

Concreción de un préstamo que el Fondo Monetario Internacional le otorga al país. Este acuerdo es visto con preocupación por la mayoría de la población, pues para llegar a ese acuerdo, el FMI impone condiciones que suelen traer como consecuencia la precarización laboral, la baja de salarios y el aumento de tarifas y precios. Sin embargo hay allí una paradoja: por un lado, el anuncio del pedido de un acuerdo con el FMI es algo que impacta de manera negativa. Pero por otro, si se anuncia que se le pedirá al FMI un acuerdo, y ese acuerdo no llega, la preocupación entre la población seguramente será mayor. No es que la negativa a un acuerdo con el FMI traerá tranquilidad. Y la población no pensará: “Menos mal que no se hace el acuerdo con el FMI, porque nos iba a traer problemas”. De todos modos, esto sólo es entrar en el terreno de las hipótesis, ya que siempre que un Gobierno busca un acuerdo con el FMI, lo consigue. Así de generosos y desinteresados son en el FMI, y así de persistentes suelen ser los gobiernos que buscan un acuerdo con el FMI.

acuerdo nacional

Concreción de un préstamo que el Fondo Monetario Internacional le otorga al país. Este acuerdo es visto con preocupación por la mayoría de la población, pues para llegar a ese acuerdo, el FMI impone condiciones que suelen traer como consecuencia la precarización laboral, la baja de salarios y el aumento de tarifas y precios. Sin embargo hay allí una paradoja: por un lado, el anuncio del pedido de un acuerdo con el FMI es algo que impacta de manera negativa. Pero por otro, si se anuncia que se le pedirá al FMI un acuerdo, y ese acuerdo no llega, la preocupación entre la población seguramente será mayor. No es que la negativa a un acuerdo con el FMI traerá tranquilidad. Y la población no pensará: “Menos mal que no se hace el acuerdo con el FMI, porque nos iba a traer problemas”. De todos modos, esto sólo es entrar en el terreno de las hipótesis, ya que siempre que un Gobierno busca un acuerdo con el FMI, lo consigue. Así de generosos y desinteresados son en el FMI, y así de persistentes suelen ser los gobiernos que buscan un acuerdo con el FMI.

agrotóxicos

Venenos con los que se fumigan los campos. Estas fumigaciones se hacen desde aviones y forman parte de un mismo ciclo tóxico junto con las semillas transgénicas. El combo funciona del siguiente modo: se utilizan semillas transgénicas, modificadas genéticamente para que puedan resistir a toda clase de veneno. Y cuando se fumiga, se arrasa con toda clase de maleza, así como también de hongos o insectos que puedan dañar los cultivos. Primer detalle: las semillas transgénicas son producidas por una corporación monopólica, que no prevé el impacto que ese tipo de cultivos puede causar en el suelo. Segundo detalle: las fumigaciones no sólo resultan sumamente nocivas para plagas y malezas, sino también para las poblaciones humanas que, en los asentamientos rurales, se ven permanentemente expuestos a enfermedades, principalmente cáncer, aunque también malformaciones. Como la bomba atómica o las armas químicas, las fumigaciones con agrotóxicos también se hacen desde aviones.

aislamiento social

Estado excepcional que implica que las personas no deben tener contacto con otras personas. Para eso es preciso que la gente no salga de sus casas. Algo que no es sencillo de lograr. Es necesario, entonces, tener una situación excepcional que, por un lado, genere miedo en la población; por otro, que permita a los poderes del Estado tomar medidas que inciten a este aislamiento; y, finalmente, lograr que la población acate esta medida excepcional. No es sencillo lograr esa situación extraña. Pero cuando se logra, puede provocar efectos insólitos. Por ejemplo, lo que en un primer momento fue el patrullar de policías y agentes de otras fuerzas de seguridad por las calles para supervisar que la gente no circule por las calles, con el tiempo puede transformarse en un montón de gente denunciando a sus vecinos, al punto de competir en su labor con las fuerzas de seguridad.

ajuste

Conjunto de medidas económicas que redundan en una brutal disminución de los recursos de la gente más pobre. El ajuste combina un gran aumento de precios y de tarifas, con una enorme disminución del salario, en el caso de las personas que aún conservan su empleo, en medio de una brutal ola de despidos. El ajuste es una de las medidas menos populares que puede tomar un gobierno. Sin embargo, existe un amplio consenso mediático y, por consecuencia, en la opinión pública para lograr que una gran cantidad de gente se sienta identificada con las medidas o al menos vea bien que el ajuste se lleve adelante. Para lograr esto, el dispositivo mediático no habla de ajuste sino de “reordenamiento tarifario”, “disminución del gasto público”, “sinceramiento de precios” y “reestructuración del empleo”. Además, como justificación para implementar estas medidas se invocan valores supremos como “ser un país serio”, ”cumplir con los compromisos internacionales” y “generar un buen clima de negocios para los inversionistas extranjeros”. A pesar del dispositivo mediático que todavía logra acaparar la atención de buena parte de la opinión pública, los ajustes no han tenido buenos resultados a lo largo de la historia del país. Más bien todo lo contrario. Es por eso que en la actualidad los gobiernos buscan despegarse totalmente de la idea de “ajuste”. Y en el caso de tener y/o querer llevarlo adelante, recurren a la “pesada herencia” (ver) dejada por un gobierno anterior. Que se combina con nuevas denominaciones. Hoy muchos funcionarios admiten que no es bueno hacer un ajuste brutal. Entonces surge el “gradualismo” (ver) como una supuesta versión humanitaria del ajuste.

alcohol en gel

Forma en la que se dispensa el alcohol para el aseo de las manos. Es un componente de invención reciente. O al menos de uso masivo reciente. El alcohol en gel saltó a la fama con la breve pero intensa epidemia de una enfermedad ocasionada por un virus proveniente de los cerdos. Desde ese momento se transformó en un elemento muy común para la higiene de las manos, a pesar de que, como se dijo, la epidemia aquella duró poco. Si bien la intensidad en su uso bajó luego de aquella epidemia, siguió siendo de uso habitual. Y con el brote de un virus de origen animal, surgido en China entre los murciélagos, el alcohol en gel volvió a transformarse en furor y rápidamente se agotó el stock en todas las farmacias y demás comercios que lo venden. 

amenaza

Advertencia severa y violenta que una persona le hace a otra para que deje de hacer una cosa o se atenga a las consecuencias. Históricamente, las amenazas políticas podían incluir bombas o fragmentos del cuerpo de algún ser querido. Con el tiempo, la consolidación democrática y la aparición de las redes sociales, las amenazas se tornaron algo grotescas y no siempre tienen un trasfondo violento, sino más bien, como momentos, ridículos. Hoy una amenaza puede tener venir de algún perfil falso de twitter, lo cual es muy fácil de rastrear. Amparándose en amenazas ridículas, una personalidad pública (dirigente político, periodista, etc) muchas veces se victimiza para sumar votos, rating o mayor inserción en la opinión pública. Cuando quien recibe una amenaza es un político, suele acusar a la gente que está en las antípodas, se trate de gobierno o de oposición; cuando quien recibe una amenaza es un periodista, suele utilizar el argumento del atentado a la liberdad de expresión. Hace mucho tiempo que una amenaza a un personaje público no se hace efectiva, y muy lejos quedaron los tiempos en que una persona amenazada realmente debía temer por su vida, a tal punto de tener que abandonar el país.

Andorra

Pequeñísimo país de Europa situado en los Pirineos, en medio del límite entre España y Francia, famoso por ser un importante centro de esquí en invierno y por tener venta de alcohol y cigarrillos sin impuestos durante todo el año. La gente de clase media que vive más o menos cerca suele ir a Andorra de compras, pues los precios allí son más baratos. Quienes son de clase alta o grandes millonarios tienen depósitos en el sistema bancario de Andorra, que es secreto y permeable a todo tipo de lavado de dinero. En la Argentina el país era muy poco conocido, inclusive en un rubro donde el país es vanguardia mundial: los depósitos en el exterior de plata que no se quiere declarar al fisco. En general, los evasores argentinos se divivían entre quienes, algo aggiornados, optaban por paraísos fiscales en el Caribe (Panamá, Islas Caymán); y los más clásicos, que elegían a la eterna y siempre vigente Suiza. La revelación que arrojó una investigación periodística publicada en un diario español, que decía que un funcionario argentino tenía una cuenta no declarada en Andorra, abrió la posibilidad a los corruptos de apostar a un paraíso fiscal inexplorado. Puede pensarse, con razón, que la irrupción de Andorra en el mapa del delito en la Argentina se parece mucho a una guía turística del fraude. Pero los espíritus aventureros saben que cualquier excusa es buena cuando se trata de descubrir un nuevo lugar para viajar. O al menos, para que viaje la guita.

año electoral

Año en el que se realizan comicios, ya sea presidenciales, legislativos o municipales. Durante estos años se suspenden las actividades ejecutivas o legislativas, pues gobernantes y legisladores (y legisladoras) tienen poco tiempo para dedicarse a las actividades para las que fueron electas o electos, ya que deben emplear su tiempo en ser electas o electos. La política pasa a ser entonces un montón de promesas y de consignas vacías, a diferencia de los años que no son electorales, donde sólo hay decepción. El denominador común a ambos momentos es la rosca (ver). En la Argentina hay año electoral cada dos años, más precisamente los años impares. Por suerte, cada dos años pares se disputa el Campeonato Mundial de Fútbol, con lo cual casi siempre hay alguna competencia importante. Si la FIFA llegara a aprobar la realización de un Mundial cada dos años, la atención popular a la espera de resultados estaría totalmente cubierta. Pero por el momento no hay indicio alguno de que esto pueda llegar a suceder.

aplauso

Manifestación de admiración hacia alguien que ha mostrado destreza en alguna actividad. El aplauso se utiliza  fundamentalmente en el mundo del espectáculo, sobre todo en los que se realizan en vivo, como el teatro, la música, el ballet o los deportes. Hay también otro tipo de aplausos, más domésticos, como el muy extendido “aplauso para el asador”, que se pide luego de que se sirve y se prueba el primer bocado de un asado. En términos políticos y sociales, el aplauso es una expresión tan vinculada al agradecimiento, que es muy difícil que aparezca en situaciones en los que la gente sale a la calle a reclamar algo o a protestar por algún motivo. Sin embargo, puede haber excepciones. Por ejemplo, aparecieron aplausos para el personal de la salud (médicos, enfermeros, etc.) durante una cuarentena por una pandemia. Estos aplausos se realizan desde el hogar, puesto que la gente se encuentra confinada en sus casas. Con el correr de los días, la evolución de la intensidad de un aplauso puede resultar un buen termómetro del hastío o la ansiedad social causada por una cuarentena. Por otra parte, dado que los aplausos se realizan a un determinado horario (en el caso de la cuarentena por coronavirus, a las 21), suele haber convocatorias a otro tipo de reclamos que se organizan alrededor de ese horario, para tratar de hacer creer al resto de la población que apoya una causa cuando en realidad está apoyando otra.

aportes de campaña

Las campañas electorales (ver campaña) tienen estipulados un tiempo y un costo. Cada partido recibe fondos públicos y espacio en medios de comunicación de acuerdo a su cantidad de votos que sacó. Los fondos y el espacio son muy acotados. Y en los hechos, representan entre un diez y un veinte por ciento de lo que en realidad se termina gastando. Sobre todo en los partidos más grandes. Esta enorme cantidad de dinero es ilegal. Nadie se lo cuestiona, aunque está a la vista de todo el mundo. Algunos trámites están bien aceitados. Por ejemplo, el de los aportantes privados. Ellos sí pueden aportar. Pero no siempre quieren poner la cara. Es tal la cantidad de dinero injustificada que siempre termina fallando algo. O se cae en la desidia que provoca la aparente impunidad. Y se presentan aportantes inverosímiles, sacados de listados de algún registro público y no de un listado de amigos y allegados que podría justificar aportes a la campaña. El abismo que existe entre lo que se debería gastar en una campaña por ley, y lo que en realidad se termina gastando hace que los aportes de campaña sean una de las zonas más oscuras de la corrupción vinculada al poder político y al financiaminto de los partidos. Un terreno sobre el que no faltan las zonas oscuras. Si a eso se le suma la impunidad con que se cree que se cuenta, suele haber muchos cabos sueltos.

AR

Sigla que designa a la Argentina por estar conformada por las dos primeras letras del nombre del país. Al ser, al mismo tiempo, la terminación del infinitivo de los verbos de primera conjugación, suele utilizarse para darle nombre a emprendimientos y planes lanzados desde el Gobierno: ProcreAr, AlimentAr, ProgresAR, etc. La idea es generar una épica teñida de gesta nacional en planes que, en el mejor de los casos, resultan buenos paliativos en tiempos de crisis. Y en el peor, estrepitosos fracasos. Pero eso sí, siempre con la idea que que lo que está en juego es el presente y el futuro de la Argentina. Por otra parte, la idea de un verbo en infinitivo crea una sensación de dinamismo. La medida o infinitivo verbal sería entonces la herramienta que da el gobierno para que cada ciudadano pueda conjugar como mejor le parezca. El infinitivo en primera conjugación crea además la idea de aquello que se debe hacer cuando llega el fin de la humanidad. Es decir, alguien que recibe el plan bien podría imaginarse en la siguiente situación: “A ProcreAR (o AlimentAR, o lo que fuera) que se acaba el Mundo”.

asesor, ra

Persona que asesora a un funcionario para llevar adelante su tarea. Hay asesores de todo tipo: económicos, políticos, en temas de medio ambiente, de seguridad, culturales, etc. Los asesores suelen tener un conocimiento más o menos profundo sobre alguno de esos temas, que contrastan con los conocimientos vagos y difusos que suelen tener los funcionarios. Los asesores tienen la difícil tarea de que un funcionario, legislador, etc no termine siendo como un periodista o, peor aún, como un panelista televisivo: es decir, un océano de conocimiento de un centímetro de profundidad, tal la definición clásica de periodista. Hay asesores de todo tipo y no tiene sentido enumerarlos porque todos cumplen más o menos la misma función y lo que van cambiando son los temas. Excepto en algunos casos puntuales, sobre todo los llamados asesores de campaña.

asesor, ra de campaña

Persona que tiene la tarea de ordenarle al candidato a un cargo electivo qué es lo que tiene que decir y cómo conviene comportarse durante una campaña electoral. Esto no significa delinear una plataforma política y, mucho menos, contar con un corpus teórico o ideología. El asesor de campaña sólo toma nota de la realidad en base a datos concretos (encuestas, focus groups, declaraciones en los medios, etc) y les dicen a los candidatos cuáles son los pasos a seguir. Y esos pasos nada tienen que ver con las convicciones y mucho menos con las ideas: se trata de hacer lo que sea necesario para caerle bien a un electorado que no quiere hablar de ideas, ni de propuestas. Para eso son fundamentales la picardía, la simpatía, el sentido del humor y otros atributos de apariencia personal. El asesor de campaña suele contar con un gran equipo para lograr que todo parezca espontáneo y no estudiado: profesores de actuación, coachs (entrenadores, aunque se los llama así, con su nombre en inglés), redactores y hasta humoristas. Los asesores suelen ser las personas más importantes durante una campaña electoral. Últimamente, los principales candidatos argentinos contratan asesores extranjeros, sobre todo del Brasil, aunque en los últimos años también se hizo muy popular un asesor ecuatoriano. La palabra de los asesores suele ser sagrada para los candidatos, que toman los dichos como si se tratara de credos religiosos o verdades científicas.

asintomático, ca

Persona portadora de un virus, pero que en realidad no tiene síntomas. El término se popularizó a partir de una pandemia generada por un virus que obligó al confinamiento de casi todo el mundo y que el país viviera la cuarentena más grande de la historia. Antes de esa pandemia, el término era absolutamente desconocido para la gente que no cursó nunca la carrera de medicina. Y tampoco era una palabra con la que estuvieran familiarizadas la mayoría de las personas que sí cursaron medicina. En un primer momento, el temor a las personas asintomáticas tenía que ver con que, si bien no tenían síntomas y, por lo tanto, no parecían enfermas, sí eran peligrosas por la capacidad de contagio. Luego algunos científicos advirtieron sobre la posibilidad de personas que tuvieran el virus pero que, además de ser asintomáticas, no corrieran riesgo de contagiar. La ciencia aún no logró descifrar con exactitud cuáles serían las diferencias entre una persona infectada, pero asintomática y sin capacidad de contagiar, y una persona sana. Lo más probable es que se trate de algo muy sencillo: la persona sana no sería asintomática y la persona asintomática no estaría sana. O algo parecido a eso. O no.

asunción (de mando)

Momento en que un/a/e funcionario/a/e comienza su mandato. La asunción de un/a/e presidente es un acontecimiento que suscita, en los días previos, todo tipo de rumores, operaciones, conjeturas y acuerdos. Como todo acontecimiento político. Pero el despliegue espectacular de la asunción de mando funciona como una representación simbólica de república, respeto, convivencia, democracia, institucionalidad y raciocinio, entre otros valores que se le asignan. En los últimos años, en la Argentina se naturalizó el hecho de que un/a/e presidente entrante le entregara la banda a uno/a/e saliente sólo si es de un mismo partido o una misma persona. En caso contrario, se apelaba al algún tipo de artilugio protocolar para evitar el momento de bando, momento cúlmine de la asunción. Tal vez en esta circunstancia puedan rastrearse los orígenes de la superstición creada sobre la representación simbólica de ciertos valores en la asunción presidencial.

autocrítica

Reclamo constante por parte de gente que jamás la ejerce. En la teoría es una reflexión profunda sobre una tarea que se llevó a cabo y que, pasado el tiempo, se considera que se podía haber hecho mejor y sin cometer tantos errores. En la práctica, es algo que se enuncia sólo cuando se pretende conseguir votos, pero que en la realidad no se practica. Suele ser común ver a ex funcionarios o a dirigentes admitir “hemos cometido muchos errores”, y enunciar que se puede aprender mucho de ese reconocimiento. Pero en lo concreto, jamás se dan precisiones de cuáles han sido esos errores, con lo cual esa autocrítica jamás puede ser llevada adelante. Al menos no en público y en las condiciones en las que se la enuncia. Algunos partidos de izquierda, más atados a dogmas casi inexistentes en la política actual (como los programas o las plataformas políticas) suelen ejercer fuertes autocríticas cada tanto. Pero lo hacen luego de que esos actos quedaron definitivamente en el pasado, luego de transcurrido un tiempo que sólo es superado por el que tarda la Iglesia Católica en reconocer que estuvo mal en excomulgar o quemar en la hoguera a un científico considerado hereje, pero que el tiempo demostró que estaba en lo cierto.

B

balas de goma

Munición utilizada para reprimir manifestaciones. Como lo indica el nombre del material con que se fabrican, las balas de goma resultan mucho menos nocivas que las balas de plomo. Y, a diferencia de estas últimas, es muy raro que logren matar a una persona. Esto no significa que un disparo de estas balas no cause daño alguno a quien lo recibe. Muy por el contrario, el impacto de una bala de goma causa un dolor intenso (que se intensifica cuanto más cerca se recibe el impacto) y que si da en un ojo o en una oreja puede provocar la pérdida del sentido de la vista o del oído. Sólo una comparación con las balas de plomo puede hacer pensar que se trata de una munición humanitaria o pacífica. En las manifestaciones donde la policía reprime con balas de goma es muy común ver a varios manifestantes con las espaldas llenas de marcas rojas, como ampollas, producto del impacto de este tipo de municiones. Existen leyendas urbanas que cuentan que algunos policías logran dejar mensajes en las espaldas de los manifestantes, pues pueden hacer dibujos o letras con los disparos. Hay quienes dicen, inclusive, que hubo manifestantes en cuyas espaldas se leía cosas como “pegue que no duele”, “puto el que lee”, “disponible” y otros mensajes, siempre escritos con los impactos de balas de goma. Pero esto último no pudo ser comprobado y sólo existe en el dudoso terreno de las leyendas urbanas.

balotaje

Segunda vuelta electoral. Nuevo fetiche por el que cada candidato piensa que puede llegar a ganar una elección ejecutiva. En realidad, en un contexto de balotaje, para muchas fuerzas “ganar” pasó a ser un hecho secundario. Y lo que realmente pasa a importar es “entrar al balotaje”. A veces el sólo hecho de entrar al balotaje puede ser considerado un triunfo. El balotaje se transforma entonces en un hecho político que concentra al mismo tiempo los efectos del maquillaje, la cirugía estética y el photoshop de algunas fuerzas electorales. Porque una fuerza que sacó el 22% en los comicios generales, puede duplicar su cantidad de votos en un balotaje, gracias a que sólo hay dos opciones para el sufragio. Bien podría considerarse al balotaje como la definición por penales de la política. Eso sí, muchísimo más costosa.

barbijo

Pedazo de tela que sirve para tapar boca y nariz. Históricamente los barbijos tenían un uso exclusivo de personal de la salud. El lugar común para representar el uso de barbijo era el quirófano. Allí era imprescindible entre las personas que participaban en una intervención quirúrgica. Como ocurría con las batas y demás prendas de uso exclusivo del personal de la salud, los barbijos no tenían mayor diseño que el meramente práctico. Y por eso se conseguían en los mismos colores que suelen tener las batas y prendas hospitalarias: blanco, celeste, verde agua y no mucho más. A partir del crecimiento de la contaminación en el aire, algunas personas comenzaron a usar barbijo fuera de los ámbitos hospitalarios. Por lo general, las personas que usaban barbijo eran originarias de la zona más oriental de Asia. También estaba el caso de algún cantante pop estadounidense, muy popular, nacido negro y devenido blanco, que fue acusado de abuso sexual infantil. Pero en general era extraño ver gente con barbijo, de modo que los únicos modelos que se conseguían eran los mismos que usaban las personas en los ámbitos hospitalarios. A partir de la pandemia por el covid 19, el uso de barbijo se volvió obligatorio, hasta el punto que se volvió extraño ver a gente con la cara descubierta. Raro, entre otras cosas, porque en la mayoría de los países es ilegal andar sin barbijo en lugares públicos. Este uso generalizado hizo que los barbijos se transformaran en accesorios de la vestimenta. Y lo que era un objeto del mundo hospitalario pasó a ser un objeto del mundo de la moda. Hoy pueden verse barbijos con telas de colores, logos de bandas, dibujos de personajes y todo tipo de diseños. Dado el lugar que ocupan en la cara, cuando el diseño incluye un dibujo, suele haber un juego con simular ese mismo sitio. Entonces, pueden tener bigotes o mentones de personajes reconocibles, o calaveras, etc. La proliferación de gente que se puso a fabricar barbijos puede ser consecuencia de dos cosas: 1) Que la crisis sanitaria se va a prolongar por muchísimo tiempo y el barbijo es una prenda que llegó para quedarse. 2) Que la crisis que produjo la crisis sanitaria causó tal desesperación que mucha gente vio en la fabricación de barbijos una forma desesperada de ganarse la vida cuando la mayoría de las actividades están paralizadas. Aunque lo más probable es que el boom de la fabricación de barbijos tenga que ver con la combinación de ambas cosas.

barbijo rojo

Código secreto para denunciar casos de violencia hacia las mujeres. La iniciativa fue lanzada por el Ministerio de la Mujer y consiste en lo siguiente: alguien va a la farmacia y pide comprar un barbijo rojo. En realidad el barbijo rojo no existe. La expresión funciona como una contraseña. De este modo la persona que atiende en la farmacia sabe que la persona que pidió el barbijo rojo en realidad precisa ayuda. Y que debe llamar a las autoridades para que se ocupen del tema. De este modo la persona que sufre violencia no tiene que llamar ella para no exponerse así a mayor violencia. Puede pensarse que el código “barbijo rojo” fue creado por Maxwell Smart, que forma parte de la estrategia de Control para pelear contra Kaos en la serie El Súper Agente 86 y que su eficacia sea comparable a la del Cono del Silencio. Pero más allá de la eficacia o no del método, hay que reconocer que el plan del Ministerio de la Mujer fue pionero a la hora de poner en discusión el uso de colores en los barbijos. Y que más allá de su poca eficacia para combatir la violencia hacia las mujeres, resultó una importante contribución a la moda.

barón del conurbano

Intendentes de alguno de los municipios que conforman el Gran Buenos Aires o “conurbano”, ciudades periféricas a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se utiliza la expresión nobiliaria pues el poder político de algunos de ellos es muy grande, pero sobre todo por algunos manejos más propios de una monarquía que de un estado democrático o republicano: la tendencia a mantenerse en el Gobierno durante muchos años y la tendencia a ubicar a gente muy cercana en caso de tener que dejar el poder. Esta gente muy cercana puede ser familiar: un hijo, un primo, un yerno y hasta hubo un intendente de José C. Paz que una vez tuvo que abandonar el cargo para asumir en un ministerio provincial, y en su lugar dejó a su madre. Pero esta gente cercana no siempre es familiar: entre los barones del conurbano es muy común poner como sucesores a los choferes, gente que, por la cercanía cotidiana, se vuelven de las personas de mayor confianza de los mandatarios. La modalidad de nombrar a los choferes como sucesores políticos o como testaferros es algo que excede largamente a los barones del conurbano, para transformarse en una modalidad típica de toda la política argentina. Pero en el Conurbano es donde esa práctica se vuelve prácticamente una ley.  Se suele calificar a los barones con distintos “ismos”, en general vinculados a algún apellido de algún presidente. Pero en realidad, los barones responden a intereses propios, como todo el mundo en la política argentina, con una salvedad: en el 99% de los casos suelen integrar las filas del Partido Justicialista. La incidencia de los barones del conurbano ha sido muchas veces sobredimensionada y en los últimos tiempos quedó claro que nadie tiene el cargo comprado, y hasta el más temido barón puede ser desplazado en una elección, por mandato popular. Cosas que suceden cuando la nobleza depende, de alguna manera, de la voluntad plebeya.

basura

Desperdicios que la gente descarta en su vida cotidiana. El tratamiento de la basura suele marcar el pulso de la calidad de vida de una sociedad. Por el momento, en el país no hay un plan serio de reciclado de la basura. Hay sí una conciencia cada vez mayor, sobre todo entre niños y adolescentes, que reciben buena información y formación sobre el tema en sus colegios. Pero esto no se traduce (aún) en políticas públicas. Hay algunos tachos donde debería diferenciarse la basura reciclable (plástico, vidrio, papel, cartón, etc) de los residuos orgánicos. Pero todavía no existe una planta de tratamiento de los residuos. Y por más que se separe la basura, después se tira toda junta en un mismo lugar. Es probable que sea este retraso en la falta de reciclado de basura lo que origina medidas más absurdas e insólitas. Por ejemplo, en algún momento de la historia el Gobierno argentino llegó a importar basura de otros países. Una verdadera afrenta para un país que puede haber perdido su capacidad industrial y hasta la calidad de su carne. Pero nadie puede negar que vivimos en uno de los más grandes países productores de basura que existen en el Mundo. Y en un planeta signado por la contaminación y el desperdicio, el dato no puede más que llenarnos de orgullo y responsabilidad.

becario, ria

Persona que ha obtenido una beca. Es decir, un trabajo temporario para dedicarse exclusivamente a una actividad. Esto que a priori suena bien, muchas veces se utiliza como eufemismo para ofrecer “becas” con montos de dinero muy bajos (cuando no simbólicos, cuando no intrascendentes) para realizar trabajos no muy importantes. Muchos lugares de trabajo convocan a “becarios” o “becarias” para que realicen recados o se ocupen de ordenar, con la excusa de que “así van a aprender cómo se hace para ser un buen profesional”. Aunque en teoría son cosas distintas (y existen numerosos ejemplos de becarios reales; los del Conicet, por ejemplo), muchas veces los “becarios” terminan pareciéndose mucho a los pasantes y realizando las mismas tareas por poca remuneración.

bicentenario

Aniversario número 200 de algún hecho importante. Dicho así, sin mayores precisiones, sólo se utiliza para dos hechos históricos vinculados con una misma cuestión: la independencia del país. Es decir, el hecho de dejar de formar parte de la corona española  para pasar a ser un país independiente. Los bicentenarios son dos porque dos son las fechas importantes que sirven para celebrar esta independencia: por un lado, la emancipación que siguió al fin del mando del virrey, el 25 de mayo de 1810, en el Cabildo de Buenos Aires; por otro, la declaración formal de la independencia, el 9 de julio, en la Casa Histórica de la ciudad de San Miguel de Tucumán. Por tratarse de fechas en las que se celebra algo muy trascendente para la historia argentina, estos aniversarios redondos sirven para organizar grandes fiestas populares, donde actúan artistas y desfilan distintos representantes de la sociedad. Lo mismo ocurrió para el Centenario y, seguramente, lo mismo ocurrirá para el Tricentenario. Suele ser una fecha en el que se apela a entelequias como “el diálogo” (ver) o “la unidad nacional” (ver). Lo curioso es que, si se sigue el ejercicio lógico de utilizar este aniversario redondo para revisitar la historia del país durante los últimos dos siglos, se va a comprobar que ese “diálogo” o esa “unidad nacional” fueron cosas que nunca existieron más que en los discursos de quienes querían manipular los hechos a partir de apelar a consignas falsas e irrealizables. Pero justo es aclarar también que el bicentenario es una ocasión ideal para tergiversar los hechos históricos, como adjudicar “angustia por la independencia”, a quienes lucharon dos siglos atrás por dejar de formar parte del estado español.

binarismo

Separación de una ideario sólo en dos valores contrapuestos. El binarismo no admite grises. O sí, pero son cosas que deben discutirse en momentos especiales. No en todos. Y mucho menos en algunos en particular. Cuando el ideario es la biología, el binarismo es prácticamente ineludible en cuanto a la sexualidad humana. El movimiento LGTBQ+ instaló la idea de que las identidades sexuales iban mucho más allá del binarismo de la biología. No por un problema de la biología: por la certeza de que la biología incluía las emociones. Y el desarrollo de lo que esas emociones podían generar en la sexualidad del ser humano. Durante mucho tiempo se pensó al binarismo como reaccionario. Y con justa razón. El binarismo invisibilizaba minorías y desalentaba a la diversidad. El binarismo no daba opción a la diversidad y negaba derechos. Hasta que el binarismo saltó de la biología y la sexualidad a la política. A partir de la opinión de una reconocida antropóloga sobre un golpe de estado en Bolivia, en apoyo a una reconocida agrupación de mujeres en el país vecino, volvió a instalarse la idea de lo binario. Lo binario pasó a ser una opción política frente a la urgencia de ciertos acontecimientos políticos. No, una opción no: pasó a ser la opción, la única opción. Y optar por ser “no binario” era lo único que se podía hacer. Ser binario era “hacerle el juego a la derecha”. O al golpe, o la reacción, o al fascismo, o a los Estados Unidos y los gobiernos conservadores y/o reaccionarios de la región. Muchas personas que alentaban el aumento de siglas y signos a la hora de definir las identidades sexuales “no binaries” pasaron a definirse como binarias a partir de las palabras de la antropóloga, que habló, justamente, de “lo binario”, aplicado a la política. ¿Cómo es que algo propio de fachos y machirulos en algo tan personal como la sexualidad pasa a ser, en algo tan público como la política, la única opción “progresista”? Seguramente debe haber respuestas para esta pregunta. Muchas. Lo es seguro es que no hay sólo dos opciones para optar, a riesgo de estar haciéndole el juego a alguien o a algo si no se elige una de ellas.

boca de urna

Datos electorales que surgen de un sondeo previo a una elección y que se obtienen durante el desarrollo de los comicios, antes de que cierre el horario de votación. Se supone que esos datos surgen de una encuesta hecha a la gente que va a votar, aunque nadie conoce a ninguna persona a la que le hayan preguntado a quién votó luego de salir del cuarto oscuro. La difusión de los datos de boca de urna fue prohibida en los medios de comunicación, por considerarse que podían condicionar a la gente que todavía estaba votando. Pero lo cierto es que se hace imposible la difusión de esta información, dada la cantidad de medios que existe para exponer estos datos. Y esto no incluye sólo a redes sociales: un canal de televisión logró saltar la veda de los datos boca de urna, difundiéndolos de acuerdo al club del que son hinchas los principales candidatos. De este modo, lo que se supone son datos electorales se exponen como resultados deportivos. De todos modos, es bueno aclarar que una cosa es que se puedan exponer los datos de boca de urna y otra cosa es que esos datos se ajusten a la realidad. Pero esto se puede aplicar a toda la información que circula hoy en día sobre cualquier tema.

Bolivia

País del centro de América del Sur, sin salida al mar, con dos regiones geográficas bien marcadas: una zona alta, con ciudades construidas sobre montañas elevadas, que superan los tres mil metros sobre el nivel del mar, donde (justamente por la altura) hace bastante frío a pesar de la latitud; y otra zona baja, a nivel del mar, con frondosas selvas y mucho calor. Esta dualidad geográfica se traduce en una dualidad política, social, económica, demográfica y étnica. Mientras la zona alta es principalmente pobre y con una población proveniente de pueblos originarios (en muchos lugares se habla aymara y quechua), en la zona baja el poder lo detenta una población blanca, muy rica y con una gran mayoría racista e independentista, que odia a la gente de tez morena. A lo largo de su historia, en Bolivia hubo una larga tradición de golpes de estado. Tan instalada estaba la idea del golpe, que hasta hubo un presidente que luego de gobernar siete años mediante un golpe de estado, varios años después volvió a gobernar el país, esta vez durante cuatro años y mediante el voto popular. También hubo un presidente (democrático) que no hablaba bien castellano. Pero no porque hablara aymara o quechua, sino porque su lengua madre era el inglés, pues había sido educado en los Estados Unidos. Durante más de un siglo y medio de historia, Bolivia había sido gobernada por blancos millonarios y nadie sospechaba que en algún momento un morocho, indígena y aymaraparlante pudiera acceder a la presidencia del país. Hasta que finalmente sucedió el milagro: un morocho, indígena y aymaraparlante se transformó, primero, en el principal líder de la oposición, como dirigente campesino. Y desde allí accedió a la presidencia, gracias al voto popular. Obviamente, esto causó indignación en la Bolivia rubia, millonaria y racista. Una Bolivia que es difícil de imaginar desde la Argentina, donde la enorme mayoría de los inmigrantes bolivianos que viven en el país (que son cerca de 350 mil) son morochos provenientes de la zona andina y pobre. Los bolivianos conforman la segunda nacionalidad de mayor presencia en el país, detrás de los paraguayos. Y la comunidad boliviana en la Argentina es la más numerosa fuera de Bolivia. Para el lugar común estigmatizante y reaccionaria de buena parte de los argentinos, los bolivianos son gente que trabaja en quintas, limpia casas y se dedica a la venta callejera de ajo, limones, especias y ropa interior femenina de gran tamaño. A diferencia de la comida peruana, que logró categoría de gourmet y se puso de moda, los restaurantes de comida boliviana suelen estar cerca de las estaciones de trenes más populares o en los alrededores (cuando no directamente adentro) de algunas villas de emergencia, donde suelen vivir muchos ciudadanos bolivianos en la Argentina. No existe en Palermo un restaurante de comida Boliviana, ni hay comida boliviana fusión. Otro rubro en los que participan mucho los bolivianos es en la industria textil, como mano de obra esclava, con jornadas laborales de entre 12 y 15 horas diarias, con fuerte presencia de trabajo infantil. Durante los años del presidente indígena, por primera vez en la historia hubo una gran cantidad de bolivianos residentes en la Argentina que decidieron volver a su país. Claro que el presidente indígena le tomó el gusto a eso de ganar elecciones y decidió presentarse como candidato una y otra vez. Como la Constitución no se lo permitía, el mandatario indígena modificó la constitución. Y cuando ni siquiera la constitución modificada se lo permitía, decidió recurrir a la cámara electoral (controlada por él) para seguir ganando elecciones. Y cuando hubo una elección que no estaba seguro de poder ganar, hizo un poquito de fraude. Obviamente, para ganar. La gente en Bolivia se cansó un poco de la adicción democrática del presidente indígena a ganar elecciones. Y acostumbrada como estaba al cambio constante de gobiernos (por tantos años de golpes de estado), salió a la calle a protestar. La derecha racista y golpista, aliada con las fuerzas armadas (esas mismas a las que pertenecía el general que fue presidente primero con un golpe y luego ganando las elecciones), decidieron entonces derrocar al presidente indígena. Y para hacer las cosas sin metáforas, entraron a la Casa de Gobierno de Bolivia llevando una Biblia. Como para dejar claro que se trataba de algo así como un exorcismo de todo vestigio indígena. Una especie de “Pacha Mama go home”. Fue así que Bolivia volvió a la senda de su tradición institucional de golpes de estado, represión y gobiernos racistas que la habían identificado en el mundo durante tantos años. 

bóveda

Más allá de sus múltiples significados en castellano, el término sirvió históricamente fue el lugar donde se alojaban los muertos, un panteón familiar. En los últimos tiempos, en la política argentina sirve para designar a las supuestas montañas de billetes que, dicen, estarían escondidos en refugios subterráneas de estancias ubicadas en la provincia de Santa Cruz. Las supuestas bóvedas con billetes (dinero que habría surgido de la supuestamente escandalosa corrupción derivada del usufructo de los fondos del Estado) se transformaron en una obsesión para los grandes medios. Y más allá de la posibilidad cierta de que tales bóvedas existan (y si no existen, seguramente pudo haber existido tamaño delito de corrupción) lo cierto es que para muchos grandes medios el hallazgo de tales bóvedas pasó a ser un tema mucho más importante que la suba de tarifas, los despidos o el aumento de precios alarmante de los productos de la canasta básica. Para lograr que este tema fuera seguido por tanta gente con tanta atención se debe, precisamente, a la supuesta presencia de bóvedas. Estas bóvedas llevaron a una minuciosa búsqueda por el frio y desértico sur patagónico, que recuerda a la búsqueda de armas de destrucción masiva por los desiertos de Irak. Cuando se empezó a hablar de perforadoras se terminó de entender la importancia de la presencia de bóvedas (al menos en el relato) para lograr hacer atrapante y duradera la noticia de la corrupción y los billetes. Las bóvedas son la confirmación de que, desde la serie El fugitivo, las historias de prófugos siguen siendo de la preferencia del público que mira televisión.

Brasil

País más grande de Sudamérica y de toda América latina. Por superficie y por población, que además es la más grande de habla portuguesa del Mundo. Por la gigantesca diversidad cultural, económica y política en su extenso territorio, suele decirse que es un país unido por su idioma y por la televisión. Políticamente destaca por un federalismo acorde a semejante extensión territorial. Económicamente, por la existencia de una poderosa burguesía nacional. Culturalmente, por una música que acompaña tanto la fiesta popular más grande del mundo (el carnaval de Río de Janeiro) como la exportación a gran escala de clichés.

      Se tiene por superstición que todo músico brasileño toca bien. Del mismo modo que se tiene por leyenda popular que la burguesía brasileña es la base de un acuerdo estratégico de creación de una potencia mundial. Puede pensarse en Brasil como todo eso, es cierto. Pero ante todo, debe pensarse a Brasil como un país extremadamente desigual.

      La desigualdad es social y económica, pero tiene también un fuerte correlato en el sistema político. Y esa combinación transforma al sistema político en una gigantesca usina de corrupción, de negociados, de pactos secretos y todo tipo de ilegalidades para lograr la acumulación de poder que permita gobernar.

      Brasil es también un territorio de sincretismo puro. En el país conviven los rituales de raíz africana con la de los pueblos originarios, sumado al cristianismo, tanto el de la colonización portuguesa como el que se basa en modelos estadounidenses con fuerte presencia en la televisión. Esos elementos se cruzan, dando lugar a extraños experimentos como el que nació en el país en los años 60, la Teología de la Liberación, un sector de la iglesia católica comprometida con la revolución socialista y cercana a los movimientos que abrazaban la lucha armada. 

      El sincretismo de Brasil llega a la música, como se dijo, y a otro elemento de exportación: el fútbol. La selección brasileña es la que ganó mayor cantidad de veces el Mundial de fútbol masculino. En fútbol femenino tuvo buenos equipos y grandes jugadoras, pero nunca pudo ganar ni un Mundial ni unos Juegos Olímpicos. En el fútbol masculino, Brasil es un país de donde muchos jugadores que permanentemente brillan en las ligas y en los clubes más importantes de Europa. Pero a veces hasta el fútbol puede resultar un arma de doble filo cuando pretende buscarse una utilización política. 

      El segundo Mundial que organizó Brasil en su historia fue un monumento gigante a la corrupción. Y ese monumento no fue una excepción sino la culminación de una serie de negociados obscenos. Negociados que no necesariamente implicaban a los líderes políticos del movimiento en el Gobierno. Pero sí eran los líderes del Gobierno en una época de corrupción gigante. Con un agravante: ese Gobierno llevó por primera vez a un obrero mecánico como presidente del país, al frente de un partido de izquierda con fuerte arraigo en el movimiento sindical combativo. 

      Esa corrupción fue amplificada por los grandes medios y esta amplificación permitió la actuación conjunta del sistema político con el sistema judicial para llevar adelante un golpe de Estado. No un golpe militar clásico, como en los 60-70, pero sí un golpe donde participaron los militares. Y un golpe con el discurso ultra derechista de aquellos golpes militares, con el eje puesto en “terminar con la decadencia” que, desde el imaginario popular, se empezó a vislumbrar en el sistema político tradicional. 

      Brasil es un país que, desde la Argentina,  siempre fue visto como liberal y desprejuiciado en cuanto a la sexualidad y al ejercicio de la soberanía sobre el cuerpo. Sin embargo, Brasil eligió presidente a un tipo extremadamente machista, homofóbico y racista, que anda armado, que quiere combatir la delincuencia militarizando las calles y que no quiere saber nada ni con educación sexual ni con derechos de las minorías. Así de desconcertante, así de complejo, así de impredecible puede resultar Brasil.

      ¿Es Brasil? ¿O es el ser humano? ¿Es la forma en que puede resolverse la tensión entre la política y las corporaciones? ¿O es que los límites del sistema no son más que sus propias trampas? Puede pensarse también que es un destino imperial lo que lleva a Brasil a jugar al límite con la supervivencia y el sentido común. Un sentido imperial que en la Argentina se desconoce. Pero que está a la altura de un semicontinente que discute con los países más poderosos de la Tierra. No hay más que mirar a los Estados Unidos o a Rusia para darse cuenta a qué se quiere parecer la gente en Brasil cuando vota lo que vota.

búnker

Albergue transitorio de una fuerza política durante un comicio. En el búnker es donde se cuentan los votos, donde se centraliza el trabajo de los fiscales, donde van los candidatos a dar declaraciones, y donde los militantes y simpatizantes se congregan para alentar. El búnker de casi todos los candidatos (al menos los de los más importantes), está lleno de periodistas, camiones de exteriores de canales de televisión, y móviles de radios. La tarea de un periodista en el búnker es tratar de entrevistar a los candidatos, procurar material de color con qué llenar espacio de aire o texto en momentos en que no hay ningún dato ni información relevante, y probar el catering para después comentar con los demás colegas detalles importantísimos como saber si hubo sanguchitos, empanadas, saladitos, gaseosas o si se sirvieron bebidas alcohólicas y la calidad de todo eso. La expresión germánica búnker surge de una necesidad de acortar una expresión que en el día del comicio se vuelve crucial y que su correlato en castellano siempre encuentra expresiones más extensas y de varias palabras, como “comando electoral”, “centro de cómputos”, “centro de campaña”, etc. Aunque tampoco hay que descartar la tilinguería de usar un término extranjero para cualquier cosa. Por último, es llamativo que se use una palabra tan cargada de contenido bélico como “bunker” para denominar a un lugar típico de la expresión democrática. No se entiende por qué usar un término armamentístico y que remite a la guerra, cuando bien se podrían usar otras palabras mucho más amables como “guarida”, “refugio”, “madriguera”, “cueva” o “trinchera”.

burócrata sindical

Dirigente sindical que pone más empeño en perpetuarse en el cargo y construir poder para beneficio propio, que en defender los derechos de los trabajadores. La figura del burócrata sindical ha extendido ampliamente el apego al escritorio, al cargo y a la institucionalidad que presupone la burocracia. Es así que hoy en día se asocia al burócrata a grandes negociados, lavado de dinero y manejo de bandas armadas capaces de amenazar, golpear y si es necesario exterminar a un oponente. Frente a los grandes negociados que manejan los sindicalistas, la condición de burócrata parecería ser hoy algo menor y hasta simpático comparado con otras condiciones sindicales que exceden la representación de los trabajadores. Curiosamente, la extensión de los dominios territoriales y económicos de los sindicalistas, coincide con la merma del trabajo formal. Es decir, con la disminución de la cantidad de trabajadores sindicalizados. De todos modos, sería injusto estigmatizar a todos los sindicalistas cuando la condición de burócratas alcanza sólo a un pequeño porcentaje de toda la dirigencia. Una porcentaje que oscila entre el 80 y 90 de los dirigentes sindicales, pero que de ninguna manera los incluye a todos.

C

cadena nacional

Atribución del presidente de la Nación que consiste en dar un discurso que, por ley, tiene que ser transmitido por todos los canales de televisión de aire del país y por todas las radios AM. Históricamente, los presidentes usaban las cadenas para dar informaciones cruciales. Como se trataba de una medida excepcional, cada vez que había una cadena nacional, la población seguía atentamente estas palabras, siempre con algo de preocupación por la posibilidad de tener que escuchar malas noticias. En la actualidad, la cadena nacional es un elemento más cotidiano y puede utilizarse para informar absolutamente cualquier cosa, desde asuntos importantes hasta informaciones poco relevantes. Esto generó una especia de hastío hacia la cadena nacional y en las pocas ocasiones en que realmente se anuncian cosas serias, las noticias suelen pasar inadvertidas tras una serie de improperios hacia la figura presidencial. Esto en el caso de la gente a la que no le gusta el Gobierno. En el caso de los simpatizantes oficialistas, suelen escucharse loas y aplausos, aunque no siempre se sabe a ciencia cierta si se conocen los motivos de tanta adulación.

calle

Escenario donde se disputan los derechos. La calle es el lugar donde la gente sale a reclamar y a exigir justicia. Por eso mismo, los discursos anticalle suelen tener la intención, de mínima, de relativizar y quitar importancia a esos derechos. Y de máxima, de combatir y aplastar esos derechos. La opción de mínima suele disfrazarse de “neutralidad” e “imparcialidad”: lo mejor es quedarse en la casa, no protestar y sólo participar políticamente a través del voto. Esta opción suele estar reforzada con el argumento de que “así es como funcionan las cosas en los países serios”, como si en esos países ricos a los que se denomina “serios” no hubiera manifestaciones masivas, muchas veces violentas y con quema de coches y piquetes en las calles. La opción de máxima, en cambio, es más directa y sincera: a la protesta callejera hay que reprimirla violentamente pues se trata de gente violenta que no permite la libre circulación vehicular, entre otras aberraciones. Existe sí una coincidencia con la opción de mínima, pues aquí también se utiliza el argumento de que repartir palos, gases y balas de goma es algo que se hace “en los países serios”. Con lo cual queda claro que el argumento de “los países serios” sirve para justificar absolutamente cualquier cosa.

cambio

Grito que se escucha reiteradamente en la zona del microcentro de la ciudad de Buenos cada vez que existe una forma no oficial (o “ilegal”; llamarla “clandestina” sería contradictorio con la visibilidad con que se promociona) de comprar divisas extranjeras, principalmente dólares. Quienes llevan adelante estas operaciones reciben el nombre de “arbolitos” (ver). “¡Cambio, cambio!”, repiten una y otra vez los “arbolitos”, actuando como vendedores callejeros de algo que no está permitido, pero se realiza a plena luz del día. Cada tanto el tipo de cambio se unifica y el precio que puede conseguirse en la calle es el mismo que el que dan los bancos. Esto marca el fin de los arbolitos. Pero como si de un círculo vicioso se tratara, luego de un tiempo el tipo de cambio deja de estar unificado, vuelven los arbolitos y con ellos el cambio paralelo, el cambio en negro y el cambio blue, que se suman al cambio oficial.

cambio

Eslogan político que consiste en, como su nombre lo indica, modificar las políticas de una determinada administración para poner otras totalmente distintas. El “cambio” suele expresar, al menos desde el discurso mediático y la opinión pública, una necesidad de “la gente”.  Según esta construcción discursiva, la percepción ciudadana sobre la que se erigirían los ciclos políticos sería la siguiente: 1) la gente se entusiasma. 2) la gente confía y participa. 3) la gente empieza a preocuparse porque no ve los logros que ansiaba. 4) a la gente no le gustan las formas. 5) la gente empieza a impacientarse. 6) la gente está harta. 7) la gente pide un cambio. 

campaña

Momento estipulado por la ley para hacer conocer a un candidato a algún cargo electivo. La campaña tiene límites muy acotados, de acuerdo a la legislación vigente. Pero suele decirse, con razón, que en general los políticos viven en campaña. Pues todo acto, declaración o presencia suma a la construcción electoral, por más que se esté o no oficialmente en campaña. Obviamente, en épocas de campaña propiamente dicha, las declaraciones fuertes son absolutamente medidas y no hay demasiado lugar para la improvisación. En cambio, fuera de campaña, los candidatos suelen estar más relajados y no tan pendientes de los cambios de humor de la sociedad que vota y, particularmente, de los asesores de imagen que se creen que pueden controlar este humor social.

campaña de miedo

Existen varios tipos de campaña y cada una se define por alguna cosa puntual. La campaña de miedo es, en este sentido, un clásico, que en general utilizan con mayor asiduidad los oficialismos. La campaña de miedo clásica consiste en una maniobra conservadora para mantener lo que hay y no aventurarse a cambios profundos con otros candidatos, como si realmente un candidato pudiera generar un cambio profundo luego de una victoria electoral. La campaña de miedo se parece mucho a aquella vieja definición surgida del refranero popular, que dice: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”. En general las campañas de miedo no suelen obtener buenos resultados, porque cierran filas sobre la resignación.

campaña sucia

En general, campaña donde se apela a bajezas, mentiras e informaciones obtenidas ilegalmente. Suele tener muchos puntos de contacto con la campaña de miedo, aunque no es exactamente igual ni mucho menos. En especial porque la campaña de miedo, si bien apela a sentimientos bajos, lo hace utilizando elementos legales, no información suministrada por algún servicio de inteligencia, y mucho menos mentiras. Una campaña sucia puede incluir denuncias por malversación de fondos a gente que en realidad no tiene mucho para ocultar. Las campañas sucias se ven potenciadas por el hecho de que en general, el votante desconfía de la honestidad de cualquier político, entonces cuando se duda del buen nombre y honor de alguien, lo más común es pensar que esto es cierto.

campo popular

Supuesta geografía ideológica que se utiliza para ubicar a los sectores nacionalistas (generalmente peronistas o con alguna cercanía con el peronismo) pero con tendencias de izquierda. En los sectores que integran el llamado “campo popular” suelen convivir como estandartes o figuras icónicas el Che Guevara y Eva Perón, además de desaparecidos como Rodolfo Walsh, o mártires como Darío Santillán. Si bien el “campo popular” se ubica a la izquierda del mapa ideológico argentino, no es lo que de manera clásica se denomina “la izquierda”. Una izquierda que hoy está más vinculada a sectores troskistas, pero que históricamente contuvo también a marxistas no troskistas ni peronistas, fundamentalmente el Partido Comunista y sus derivados. El brusco acercamiento que tuvo el PC hacia el peronismo a partir de los años 80 del siglo XX y, luego, de modo más definitivo, en los primeros años del siglo XXI, hizo que se prácticamente pasara a formar parte del “campo popular”, abandonando de este modo el clásico mote de “izquierda”. El campo popular siente fascinación por la revolución cubana y todo lo que se autoperciba “socialista” y no esté comprendido en la socialdemocracia. Pero básicamente es una categoría surgida en el peronismo y siempre termina votando al peronismo, con el argumento de que cualquier otra cosa va a ser peor. El campo popular es amigo de las peñas, los libros de Eduardo Galeano, los poemas de Mario Benedetti, las canciones de León Gieco y los dibujos de Ricardo Carpani. Considera a Jauretche un filósofo esencial y al tango y el folklore, bastiones de nuestra identidad. Considera que los triunfos electorales del peronismo son victorias del pueblo que lucha por su soberanía. Y las derrotas, producto de que la clase media es una mierda.

candidato, ta

Persona que se pone al frente de un alguna de las muchísimas listas que se presentas para cargos electivos, tanto ejecutivos como legislativos, sean estos políticos, sindicales, empresariales, deportivos, estudiantiles o de cualquier otra índole. En el caso de los candidatos políticos, también son personas que están dispuestas a hacer prácticamente cualquier cosa para obtener su cargo: bailar, cantar, ocultar algunos aspectos de la vida privada y difundir otros, quedar en ridículo o autoflagelarse. Casi cualquier cosa. Y el casi tiene que ver con que algunas cosas no las hacen, aunque no por pudor o pruritos, sino porque más que sumar, les puede significar perder votos. Por ejemplo: la zoofilia es una práctica que si un candidato practica (por supuesto, hay muchos casos), difícilmente lo haga público. Porque resulta algo mal visto y puede generar pérdida de votos. El amor a los animales está bien visto, aunque socialmente tiene un límite. Y ese límite es, sin dudas, el acto sexual. Pero si la zoofilia tuviera una buena aceptación popular y fuera beneficioso a la hora de conseguir votos la cosa cambiaría por completo. Y no sólo quienes la practican blanquearían tal accionar, sino quienes no la practican casi con seguridad comenzarían a hacerlo.

carapintadas

Grupo de militares que atentaron contra la democracia entre fines de los años 80 y principios de los 90, en el último intento golpista por parte de miembros de las fuerzas armadas. Se los llamó así porque, en sus alzamientos, los oficiales y suboficiales se pintaron la cara, en señal belicosa. Lejos de haber sido condenados por estos atentados contra la institucionalidad, muchos de estos militares fueron beneficiados tanto en la opinión pública como en la vida política nacional. Primero, porque se les reconoció el rango de héroes de guerra, por su actuación durante el conflicto bélico con Gran Bretaña por la soberanía de las Malvinas y demás islas del Atlántico Sur. Luego, porque se les concedió no sólo la libertad, sino también la posibilidad de actuar en política. Algunos de ellos ocuparon cargos públicos, tanto electivos (uno de ellos, muy notorio y de alta exposición mediática logró ser intendente de una localidad del conurbano bonaerense) como ejecutivos: otro de ellos fue un alto funcionario de seguridad durante un gobierno democrático que se jactaba de defender los derechos humanos. El último acto de reivindicación pública de un carapintada fue durante los festejos por el Bicentenario de la Independencia, donde varios de ellos (incluido el más famoso de todos) desfiló junto a otros veteranos de Malvinas, junto a represores de la última dictadura militar, en una curioso intento de llevar a la práctica la “unidad nacional” (ver).

carne podrida

Información falsa. Curiosamente, a pesar de ser la Argentina un país donde la carne es constitutiva del ser nacional, pero hablar sobre las informaciones falsas se utiliza más el “pescado podrido” que el “carne podrida” (ver Pescado podrido).

carpetazo

Publicación de algunos secretos poco publicables que generalmente sirven para crear mala imagen de aquella persona que lo sufre. Las “carpetas” son informes de los servicios de inteligencia de datos de una persona, obtenidos de manera reñida con la justicia, generalmente mediante extorsiones, escuchas, cámaras ocultas y toda clase de maniobras ilegales. Si bien el método es repudiable, muchas veces los carpetazos no faltan a la verdad. Por ejemplo, imaginemos a un funcionario que es invitado por un agente de inteligencia a una orgía con prostitutas menores de edad, víctimas de una red de trata, y cocaína. Imaginemos que el funcionario accede y es filmado. Imaginemos finalmente que tiempo después algún otro funcionario decide denunciar al primero y publica esa información. Es decir, les pide a los servicios que hagan un carpetazo. ¿Está bien el carpetazo? No. Ahora, ¿eso significa que está bien lo que hizo el funcionario, al acceder participar en una orgía con cocaína y prostitutas menores de edad, víctimas de una red de trata? Tampoco. Distinto es cuando los carpetazos no son tales, sino que se trata de maniobras fraudulentas, inventadas por los servicios para involucrar a gente que no tiene este tipo de conductas (ver Pescado Podrido o Carne Podrida).

carta abierta

Expresión que, a lo largo de 40 años, ha encontrado significados bien distintos en la historia política argentina. Muchos son los términos que tienen varias acepciones, algunas antagónicas. Pero es difícil encontrar otra que se aplique a tantas cosas. La primera carta abierta famosa fue escrita por un notable periodista y escritor al cumplirse el primer aniversario de un gobierno dictatorial. Aquella carta abierta contenía datos bien precisos sobre distintos aspectos de aquella gestión de Gobierno: accionar represivo, desaparición forzada de personas, torturas, censura, aunque también detalles de un plan económico que generó muchos más pobres en el país, además de una notable concentración de recursos por parte de los sectores más poderosos. El término fue retomado en el año 2008 para denominar a un grupo de autodenominados “intelectuales” que comenzaron defendiendo al Gobierno Nacional frente a los ataques de la corporación del campo y terminaron justificando y dándole un marco conceptual a cualquier acto de Gobierno. Hay quienes dicen que de vez en cuando, estos “intelectuales” del grupo en cuestión esbozaron algunas críticas al Gobierno. El carácter críptico de la forma en que se enuncian estos comunicados hace difícil corroborar esto, aunque puede ser. Por último, la expresión “carta abierta” encontró en 2015 una nueva acepción, a partir de que dos periodistas enfermizamente opositores les escribieron sendas epístolas al Papa y a la Presidenta de la Nación. Curiosamente, el Papa respondió la misiva. Previsiblemente, la presidenta no contestó.

CEO

Sigla que, en inglés, significa Chief Executive Officer. El término se utiliza en castellano (y en particular en la Argentina) para designar a un director ejecutivo o director gerente de una gran compañía o empresa. Es decir, alguien con alto poder de decisión, con el escalafón más alto en la cadena de mandos, pero que no es dueño de esa empresa o compañía, que por lo general es transnacional o una gran corporación. Aunque no es dueño, el CEO puede ser accionista, de acuerdo al grado de injerencia que tenga. La irrupción de varios ex CEOs de distintas empresas al frente de distintos ministerios hizo que desde la oposición se calificara al Poder Ejecutivo que los nombró como “Gobierno de los CEOs”. Algo que, desde esa oposición, sirve como descalificación, pero no es visto como un gesto agraviante por parte del oficialismo. ¿Qué tiene de bueno y qué de malo que un CEO esté al frente de un ministerio? La pregunta puede parecer obvia si todo funcionario que no es CEO se dedicara a defender los intereses populares antes que los de las corporaciones. ¿Pero qué ocurre si así no fuera? Puede pensarse, por un lado, que si un ministerio va a defender los intereses de esas empresas antes que el de los consumidores, siempre es mejor que al frente esté alguien que es parte de esa empresa y no un intermediario que hace negocios con esa empresa. Ese argumento es claramente favorable a los CEOs. Por otro lado, puede argumentarse que siempre es mejor un político, aún uno corrupto, que un CEO. Porque el político, por más corrupto que sea, siempre va a depender de la voluntad del electorado. Y que sólo ese hecho hace que no pueda beneficiar sólo a las empresas: algún beneficio tendrá que tener con la población, caso contrario será castigado en las urnas y perderá su única posibilidad de acercarse al poder. A diferencia del CEO, que siempre defenderá sólo los intereses de las empresas, porque allí está su poder, tanto económico como político. Este es un argumento claramente favorable hacia quienes repudian a los CEOs. Es de destacar que CEO es una término de uso cotidiano muy reciente. Hace unos años, para eso mismo se utilizaba la palabra “gerente”. CEO comenzó a usarse de forma exclusiva en el lenguaje empresarial, al mismo tiempo que “coaching” sustituyó a “entrenamiento” o “marketing” a “imagen”. El término fue ganando aceptación popular a partir de la difusión en medios, primero económicos y luego de interés general. Y logró su momento de mayor popularidad con la mencionada llegada a los ministerios de varios CEOs. Esto generó controversias, no sólo por el hecho en sí, sino también por la incompatibilidad de funciones en la que incurrieron algunos funcionarios que seguían siendo accionistas de las empresas a las que, como ministros, debían reglamentar. La popularidad de la palabra CEO coindide también con la celebración de algunas festividades propias del mundo anglosajón, como Halloween, San Patricio y San Valentín. Hace un par de décadas, en la Argentina, el término CEO era conocido por ser el seudónimo del humorista gráfico Eduardo Omar Campilongo, uno de los artistas más destacados de la mítica revista Humor. Como CEO firmaba todas sus obras, entre las que se destaca la historieta “La clínica del doctor Cureta”, creada por el guionista Jorge Meijide (Meiji) y con dibujos del mencionado CEO. Esta versión del CEO dibujante es contemporánea el momento en el que PC significaba Partido Comunista y no Personal Computer.

cepo

Restricción a la compra de dólares. El cepo es una medida que suele estar vinculada a gobiernos a los que despectivamente se califica como “populistas” o “estatistas”, pues la medida supone una fuerte intervención estatal sobre la libertad individual. Pero lo cierto es que en la Argentina el cepo puede ser implementado por gobiernos de cualquier color político. Lo cual debería llevar a una revisión de aquello que llamamos lineamientos ideológicos de un gobierno. En lo concreto, el cepo no es una medida que perjudique a la mayoría de la población, que suele vivir con lo justo y no se ve afectada con la restricción a la compra de divisas extranjeras. Más cuando ese cepo se aplica a partir de grandes sumas. Pero así y todo, suele ser presentado como una falta de libertad pues, según ese argumento, no se respeta la libertad de la gente de hacerse con 50 mil dólares. Algo que, independientemente de poder o no disponer de esa suma de dinero, es un duro golpe para el normal desenvolvimiento de nuestras tradiciones más nobles.

cerveza artesanal

Bebida que se popularizó bastante en determinado sector social (clase media acomodada y media alta), hasta el punto que en los últimos años en determinados barrios de las grandes ciudades del país puede haber varios negocios que la venden en una zona de pocas cuadras. Se trata de una versión refinada de una bebida que, en su versión industrial, hace años es muy masiva. El boom de la cerveza artesanal vino acompañado del boom de las hamburguesas gourmet: de cordero, con queso cheddar, con cebolla caramelizada, con tomates confitados, con mayonesa de ajo, etc. Es decir, el maridaje de Paty y birra, pero versión Palermo. La gran cantidad de negocios que venden cerveza artesanal, sumado a la falta de certeza de la procedencia de esa cerveza artesanal, hizo nacer la ilusión de que fabricar cerveza artesanal podía transformarse en una buena opción para la gente que no tenía trabajo. Una ilusión que fue refrendada por las declaraciones de un funcionario nacional que seguramente, para alentar esas palabras, había tomado mucha cerveza (artesanal o industrial) o había visto recientemente la serie Breaking Bad.

cheto, ta

Persona que viste a la moda, tiene dinero y modales de de clase social muy acomodada. Los chetos suelen juntarse con personas de su misma condición, pues no consideran interesante lo que sucede con la vida de personas de otras clases (sobre todo las de clases media-bajas o bajas) y además suele resultarle difícil la comunicación con personas de habla no cheta. Aunque oficialmente no está considerado como tal, el cheto podría ser también un idioma. O cuanto menos un dialecto. Porque los chetos hablan de un modo bien diferente del resto de la gente. Y les cuesta comunicarse, hacerse entender. Cada tanto surge alguien que, por convicción y ambición, y con la ayuda de un nutrido grupo de asesores, logra hacerse entender. Cuando un cheto logra eso, puede soñar ilimitadamente. No sólo con lograr hacerse entender con el resto de la gente: también puede llegar a gobernar al resto de la gente. Porque, si bien es cierto que los chetos ocupan siempre lugares dirigenciales dentro de la sociedad, lo hacen por el peso de la herecia familiar y alguna clase de pericia para seguir dominando. Pero esto no implica interactuar con otros sectores sociales. Un cheto que se hace entender, en cambio, puede llegar a ser presidente de la Nación. Y no hay nada más peligroso para el resto de la población que tener a un cheto como presidente. 

chofer

Persona que maneja un vehículo para trasladar a otra o a otras. En los hechos, persona que maneja la agenda de un dirigente. Fueron distintas las personas a las que los personajes poderosos fueron confesando sus secretos más íntimos. La confesión fue durante siglos un mecanismo cristiano de conocimiento incondicional de las personas. Le siguieron los psicoanalistas y, en tiempos más modernos, los contadores. En la actualidad los choferes de funcionarios suelen ser quienes terminan compartiendo los secretos más íntimos de sus patrones. Y es así que luego se transforman en testaferros y socios menores pero importantes de cualquier negocio oscuro. Muchas veces, los choferes terminan cobrando notoriedad y hasta presentándose a cargos públicos. Inclusive hay quienes logran demostrar en la política un manejo tan bueno como el que tenían con el vehículo.

cierre de listas

Momento cumbre de la rosca (ver) que se produce antes de las elecciones. La rosca (o las negociaciones, como se las prefiera llamar) previa al armado de lista termina exactamente en el momento en que la ley establece que debe entregarse ese armado electoral para ser presentado en sociedad. Pero hasta el último minuto puede haber modificaciones en las listas. Y, de hecho, las hay. Si bien en general las candidaturas presidenciales suelen presentarse con una anticipación mayor (seguramente para dar sensación de seguridad y seriedad, aunque también porque hay allí sólo dos puestos para acordar) en las listas para legisladores es donde hay mayores niveles de rosca y donde hasta último momento todo puede pasar. Y eso es mucho decir en un mundo como el de la política, donde los niveles de rosca son de por sí altísimos y donde da la sensación de que en cualquier momento cualquier cosa puede pasar. Durante los días previos al cierre de lista y, sobre todo, el mismo día del cierre, suelen vivirse momentos de altísima tensión, de esos como sólo se viven en la política. Es decir, creyendo que se trata de una cuestión de vida o muerte y que es lo más importante del mundo. Cuando en realidad se trata de un asunto que le importa a los candidatos y a la gente que va a tener trabajo gracias al buen desempeño electoral de un candidato. 

círculo virtuoso

Dinámica económica que consiste en un gran incremento de la capacidad de consumo de amplios sectores de la sociedad, lo que genera mayor producción, lo que a su vez genera más empleo, lo que redunda en mayor calidad de vida, lo que genera más inclusión, lo que genera un gran incremento de la capacidad de consumo de amplios sectores de la sociedad, y así sucesivamente. Esta espiral de bienestar no tiene un origen concreto, hecho que lo emparenta, en ese sentido, con la relación huevo-gallina. Sí se sabe que una vez que se logra poner en marcha, el despegue de un país es definitivo. El término aparece mucho en varios discursos económicos de especialistas de tendencias muy distintas y hasta antagónicas. Aunque en la práctica, nunca en la historia del país se ha llegado gozar de los privilegios de este círculo. Con lo cual, muchos creen que se trata sólo de un mito, de existencia incomprobable y sólo comparable en ese punto con el denominado “capitalismo con rostro humano” (ver).

concha del mono (la)

Maldición fuerte. A pesar de tener una impronta insultante no es estrictamente un insulto, sino una expresión que se lanza con bronca y algo de impotencia para reaccionar ante un hecho determinado y no está referida a nadie en particular. En política tuvo un efímero momento de estrellato cuando los servicios de inteligencia le proporcionaron un audio  al Gobierno Nacional y a algunos medios oficialista, obtenido de manera ilegal, donde se podía escuchar a una ex presidenta utilizando esa expresión. Aunque es de uso muy cotidiano en la Argentina, su construcción es bastante particular, cosa que vuelve más llamativa su condición de popular. Como se sabe, el mono no tiene concha sino pija. Y la que sí tiene concha es la mona. Sin embargo, se utiliza “la concha del mono” (y no “la concha de la mona”, o “la pija del mono”) como forma de maldición. Seguramente esto tenga relación con el hecho de que muchos apodos que involucran a animales se usan en femenino, aún en hombres. Los ejemplos son varios: hay un cantante de cuartetos que es La Mona; un futbolista que es La Gata y otro que es La Chancha, entre otros casos. Pero no es seguro que exista una relación entre estos apodos femeninos para hombres y la invocación a una inexistete vagina en los simios masculinos.

construcción

Gremio laboral que nuclea a albañiles, maestros mayores de obras y demás personas vinculadas a la realización de viviendas. A la construcción de viviendas (de allí el título), pero también a su reparación, restauración, ampliación, etc. Y a la construcción de otro tipo de obras: edificios públicos, rutas, puentes, etc. Como es sabido, es una actividad predominantemente masculina. La construcción suele ser una ocupación que crece básicamente con dos incentivos: subsidios estatales y blanqueo de dinero. Cuando no con una combinación de ambas. Muchas veces el Estado emprende grandes obras para involucrar laboralmente a mucha gente y evitar una suba en índice de desempleo. Por eso es particularmente alarmante cuando se recorta la obra pública, pues significa que crece el desempleo. La cantidad de trabajadores de la construcción es tan grande en relación a las poquísimas mujeres que trabajan en el gremio, que el Gobierno bien podría apelar a excusas vinculadas con la igualdad y la inclusión de género. Y así como se pide ahorro de energía en nombre del cuidado del medio ambiente, justo en momentos de tarifazos, bien podría decirse que la baja de obra pública y de los recursos para generar empleo no es parte del ajuste, sino de políticas de inclusión social hacia las mujeres. 

consumo

En economía, volumen de ventas de mercancías, ideas, objetos, productos y todo tipo de cosas que representan tiempo. En una sociedad que fomenta el consumo, los índices de consumo son los que se utilizan para medir si una sociedad funciona bien o mal. Si hay mucho consumo, se supone que todo está bien. Si hay poco consumo, se supone que las cosas están mal. Uno de los índices que más se utilizaron en los últimos tiempos para medir si la sociedad mejoraba y empeoraba fue el de la venta de automóviles cero kilómetro. Este índice es muy claro sobre el uso que se le da a esas estadísticas: mientras se mide el consumo de esta manera y se celebra que se vendan más autos, hay una preocupación por el colapso del tráfico en las calles, la saturación de contaminación atmosférica y sonora, etc. Otra manera muy popular de medir el consumo es la cantidad de gente que viaja a los lugares de vacaciones durante los fines de semana largos. Algo que es bastante discutible, pues aún en épocas de crisis, hay una gran cantidad de gente que viaja igual. Los peligros del consumo son reales y palpables. Sin embargo, esto también sirve muchas veces como excusa para tapar errores groseros en la implementación de políticas de energía. Es así que mientras se promociona la venta de aparatos de aire acondicionado, se pide que se los use poco o nada, en una clara intención de hacer pasar por cuidado del medio ambiente lo que en realidad es negligencia.

control de precios

Medida económica que consiste en la intervención estatal para decidir cuál va a ser el valor de la venta al público de determinados productos, generalmente incluidos en la denominada “canasta básica” (ver). Es decir, alimentos de consumo cotidiano y primario. El control de precios suele aplicarse cuando la propia regulación de la oferta y la demanda no alcanza para llevar a un valor razonable a aquellos productos que forman parte de la mesa diaria de los hogares de la gente con menos recursos, desde clase media a clase baja. Históricamente, el control de precios ha sido estigmatizado como “estatista”, “populista” e “irresponsable” por los sectores que creen que es el propio mercado el que debe autorregularse. Pero paradójicamente, este control de precios ha sido utilizado por gobiernos de todo tipo. Desde los acusados de “populistas” hasta los que se autoperciben “responsables”, “serios” y “republicanos”. Estos últimos recurren al control de precios fundamentalmente cuando la inflación parece imposible de detener y se avecinan elecciones nacionales en la que el presidente en cuestión intenta una reelección de su mandato.  

convicciones personales

Conjunto de ideas que rigen la vida de una persona. En política se utiliza para justificar medidas que, además de regir la vida de un funcionario o legislador, se extienden a la vida de toda la sociedad. Un diputado, por ejemplo, puede admitir que vota en contra de una ley determinada de acuerdo a “convicciones personales”. La fidelidad a las convicciones es algo que, en medio de la compra y venta de voluntades a cambio de favores, dinero o de dinero y favores, resulta un bien preciado y admirado. Entonces, que un diputado vote a favor o en contra de una ley por “convicciones personales” pasa a ser un mérito. Y se pierde así de vista el hecho de que las medidas políticas y las leyes no pueden ser regidas por “convicciones personales” pues tienen que contemplar las convicciones personales de los distintos sectores de una sociedad. Inclusive (y sobre todo) de las minorías. Por ejemplo, si un funcionario tiene unas determinadas convicciones personales de índole religioso, no puede hacer que una sociedad se riga por esos preceptos de fe. El legislador debe tener, eso sí, la posibilidad de tener espacios donde ejercer esa fe y poder seguir esas “convicciones personales” en su vida diaria. Pero no puede exigirle, por ley, a la mayoría de la sociedad que también siga esas normas. Por más que, en los hechos, haya una mayoría de la sociedad que, efectivamente, ejerce esa misma fe que el diputado. Un funcionario o legislador con convicciones es algo muy útil. En cambio, que un funcionario o legislador imponga esas condicciones con rango de ley, prohibiendo aquello que esté por fuera de esas convicciones, es algo bastante peligroso.

Copa América

Torneo continental de fútbol masculino en el que, a pesar de lo que indica su nombre, no participan selecciones de todo el continente americano, sino sólo de Sudamérica. O al menos eso era al comienzo. Porque con los años se fueron incorporando algunas selecciones de centro y norte américa (fundamentalmente, México y los Estados Unidos), también jugaron el torneo selecciones de países remotos, como Japón o Qatar. La Copa América es un torneo menor, que no genera mayor expectativa aunque sí provoca un efecto paradójico que roza la autoflagelación: si se gana no se vive como un gran logro, pero si se pierde se lo considera un fracaso rotundo. Y más si se pierden varias finales seguidas, y más frente a un rival con el que se tiene cierta rivalidad. La Copa América también puede servir como prueba de un gran cambio de actitud en algunos protagonistas del fútbol masculino. Por ejemplo, puede provocar declaraciones beligerantes en algún futbolista a quienes todo el mundo tenía por portador de mesura y sobre quien pesaba cierto estigma de “pecho frío”. Pero la Copa América también puede servir para llevar al paroxismo el uso político de una competencia deportiva, y mostrarnos al presidente ultraderechista, racista y homofóbico del país anfitrión, posando en el centro del estadio, canchero y casual, junto a la selección de su país, que acaba de alzar el trofeo.

Córdoba

Provincia del centro de la República Argentina, mediterránea, sin salida al mar, y sin frontera hacia el exterior. Geográficamente es una provincia con muchas regiones de sierras, que en épocas estivales suelen transformarse en muy concurridos sitios turísticos, principalmente de turismo interno, tanto provincial como de distintos puntos del país. Es también una provincia universitaria: a la casa de estudios de la Capital provincial llegan miles de alumnos de distintas provincias a estudiar todo tipo de carreras. Políticamente, Córdoba es tan compleja como a contramano del resto del país, donde se mezclan corrientes de lo más reaccionarias con focos combativos, todo con una impronta de profundo odio hacia los porteños. Desde el retorno de la democracia en 1983, Córdoba ha sido gobernada alternativamente por la peor versión del radicalismo y la peor versión del peronismo. Pero años antes, a fines de los 60, había sido sede del Cordobazo, una revuelta popular obrera que logró una gran adhesión en sectores estudiantiles, entre mucha otra gente. Los dirigentes sindicales que encabezaron esa rebelión fueron un marxista heterodoxo e independiente y un comunista pro chino. Por otra parte, en los 70, cuando la organización guerrillera más grande del país pertenecía a la izquierda peronista, en Córdoba era más fuerte el grupo armado marxista-guevarista, con origen en el trotskismo heterodoxo. En Córdoba se baila el cuarteto (un baile local característico, originado en la cruza del pasodoble y el chamamé, y posteriormente mezclado con el merengue) y se bebe un brebaje amargo de hierbas, de origen italiano, que se mezcla con una bebida cola, muy dulce, hecha por una mega-corporación estadounidense.

corpo (la)

Apócope de corporación. Superstición según la cual se pretende instalar la idea de que en el país sólo existe una corporación. En este caso, un poderoso grupo empresario, cuya cabeza visible está conformada por el más grande conglomerado de medios, que incluye diarios, canales de televisión, sistemas de cable, radios, etc. La idea de una “corpo” en singular genera varios equívocos. Por un lado, el hecho de señalar el accionar de las corporaciones resulta saludable. Las corporaciones existen y actúan. Por otro, la idea de que “la corpo” es una sólo resulta falaz. Y esta falacia puede llevar a la idea de que en realidad la señalada “corpo” no es una corporación, sino un humilde grupo comunicacional que sólo es otra víctima de la falacia. Es decir, a otra falacia que, increíblemente, logra cierta aceptación entre vastos sectores de la sociedad a la que le interesan estos temas y que no necesariamente coincide con vastos sectores de la sociedad en general.  

corte de boleta

Voto gourmet que consiste en elegir una lista de candidatos de un determinado partido o coalición para un cargo, y de otro partido o coalición para otro cargo. Suele pensarse en el corte de boleta como una manifestación de compromiso político, manejo de información y vocación cívica, pues el hecho de realizar uno o más cortes requiere de una paciencia y un tiempo, tanto para informarse como para llevar adelante la maniobra. Pero varias personas a las que les tocó ser autoridades de mesa afirman que los cortes de boletas que se ven en los sobres cuando se abren las urnas, en general no tienen lógica alguna y parecen estar más vinculado al disparate que al compromiso cívico. En los sobres suelen verse combinaciones a priori imposibles, que los encuestadores jamás pueden siquiera imaginar antes de una elección, y que los especialistas vinculan más a la esquizofrenia que a la vocación cívica o el compromiso republicano. Y no faltan quienes creen que se trata simplemente de las “ganas de hinchar las pelotas”, de algunos.

cortina de humo

Maniobra distractiva. De manera literal, en una pelea o batalla, se trata de provocar una humareda para que el enemigo no vea los movimientos que uno va a realizar. En términos mediáticos, se trata de provocar una acción que genere un gran impacto mediático, para que ese golpe de efecto en la opinión pública tape las repercusiones que pueden tener otro tipo de medidas. En general, los gobiernos crean cortinas de humo para disimular medidas que van a significar una brusca pérdida de derechos, sean laborales, jubilatorios, tributarios, etc. El rubro más utilizado para provocar esa cortina de humo es el poder judicial, porque es algo que el Ejecutivo tiene a mano (es imposible que un Gobierno se sostenga si no tiene una gran cantidad de jueces “amigos”) y que puede activar a su antojo. Sin embargo existen muchas otras cortinas de humo que permiten genera las más variadas maniobras distractivas: competencias deportivas, escándalos del mundo del espectáculo, accidentes, etc. Pero a diferencia de las cortinas de humo judiciales, están más vinculadas al azar o a situaciones eventuales. Y, por lo tanto, son más difíciles de provocar y administrar de acuerdo a las necesidades concretas y programadas de un Gobierno para desviar la atención de la población.

cosas (que pasaron)

“Pasaron cosas” fue la frase que eligió un presidente de la Nación para explicar por qué hubo un aumento del dólar de un 40% de un día para el otro, lo que ocasionó un aumento también en los combustibles, en los insumos importados y en el costo de la vida en general. Algo que no tuvo su correlato en los salarios, que sufrieron una violenta disminución en términos relativos. “Veníamos bien pero pasaron cosas”, dijo el primer mandatario. La primera parte del enunciado (”veníamos bien”) puede generar controversias, pues hay mucha gente que cree que las cosas no estaban yendo bien. Pero la falta de certeza del “pasaron cosas” (no se sabe qué cosas pasaron, por qué, quién las ocasionó ni cuáles serán las consecuencias de esas “cosas” que “pasaron”) no fue de gran utilidad a la hora de llevar tranquilidad a una población angustiada por lo que estaba pasando. Que no eran precisamente las “cosas” a las que se refirió el presidente.

crimen pasional

Eufemismo amable que se utiliza para no tirar mala onda con términos como “femicidio”. La expresión suele utilizarse cuando se trata de un crimen donde la víctima es una mujer y el victimario un hombre. La pasión a la que se alude suele ser, pues, unilateral. Tanto que no faltan quienes denominan a esa pasión con otros términos. Más precisamente el término “violación”. Afortunadamente, muchos medios y muchos comunicadores evitan dar tan malas noticias y nos evitan momentos feos. Es por eso que, en lugar de elegir el camino de la violación o el femicidio (cosas horribles, de las que nadie quiere hablar), eligen la senda de la pasión, que es mucho más linda porque puede ser el comienzo de matrimonios estables y familias bien constituidas.

crocs

Calzado que genera profundas antinomias en la sociedad argentina. Quienes lo defienden, consideran que representa una buena ecuación entre lo cómodo y lo práctico para afrontar el verano. Porque si bien es algo más cerrado que una ojota, también es cierto que es mucho mejor para caminar, porque no se sale con facilidad, es liviano y tiene más paso de aire que una zapatilla o un zapato. Quienes lo atacan lo encuentran antiestético, dicen que junta mal olor (por más que tenga agujeros, es un pedazo de goma) y que es demasiado caro. Sus detractores más acérrimos creen que se trata del equivalente para el pie de la máscara que usaba Hannibal Lecter en El silencio de los inocentes. Pero sus defensores contraatacan argumentando que quienes se oponen a las Crocs es porque nunca las probaron. Lo cierto es que este calzado logró una amplia difusión cuando un presidente se fotografió de manera “casual” (en lo que, obviamente, resultó ser toda una pieza de comunicación política) en un supermercado de la Patagonia, junto a dos supuestos ciudadanos que le pidieron que se sacara una foto con ellos. En esa foto, el presidente estaba en Crocs. La elección no es casual: para quienes manejan la comunicación presidencial, el calzado representa a la clase media que se toma un merecido descanso después de un año de trabajo. Aún no se ha realizado ningún trabajo académico serio sobre el impacto que podría tener en un proyecto de país serio tener un presidente en crocs. Y, sobre todo, cómo es posible salir adelante con un pueblo que aspira a caminar con las Crocs en los pies, por más que se encuentre de vacaciones.

cuaderno

Conjunto de hojas de papel encuadernado con dos tapas de cartón o cartulina. Las hojas pueden ser blancas lisas, con renglones, cuadriculadas o pentagramadas. Los hay de diferentes tamaños. En política tomaron una relevancia insólita a partir de la difusión de unos cuadernos donde estarían anotadas, paso por paso, todas las operaciones de pago, retiro y traslado de dinero ilegal. A esto se le sumó el hecho de que luego los cuadernos nunca aparecieron, sino tan sólo las fotocopias. La presunción de que un elemento vinculado con el imaginario escolar puede contener la prueba de un enorme desfalco al Estado le terminó de dar al caso todo el morbo que necesitaba. Y pronto el cuaderno se transformó en sinónimo de corrupción. Algo parecido a lo que sucedió con las valijas, los bolsos o las bóvedas en casos anteriores.

cuarentena

Período de reclusión y aislamiento social impuesto por un estado a toda o a una parte de la población, por medidas sanitarias. Quienes entran en cuarentena deben quedar recluidos o en observación por el tiempo que se fije la cuarentena. El término “cuarentena” tiene su origen en el número cuarenta. La palabra  comenzó a usarse durante una peste que, durante la edad media, provocó la muerte de un tercio de la población de Europa. Entonces quienes tenían síntomas de la enfermedad debían cumplir una reclusión de 40 días para chequear que realmente no tuvieran el virus. Desde allí se utiliza “cuarentena” para denominar a reclusiones que rara vez tienen 40 días. Por lo general las cuarentenas no abarcan a toda la población y no duran más que 15 días. Es muy raro encontrar un caso de una cuarentena que abarque a la inmensa mayoría de la población y que llegue a durar más de 40 días. Mucho más extraño es que una cuarentena dure 100 días. Rarísimo, sí. Pero no imposible. Hay historiadores que aseguran que alguna vez hubo en la Argentina una cuarentena de semejantes magnitudes. Lamentablemente esta información no es más que un rumor que no puede ser chequeado, de modo que carece absolutamente de interés general.

cuarto oscuro

Lugar donde el o la sufragante toma la boleta, en soledad, para introducirla en el sobre. Es el sitio donde se consuma el voto, antes de hacerlo efectivo introduciendo el sobre en la urna. El cuarto oscuro es un lugar de recogimiento y de reflexión profunda, pero también de despojo y de vulnerabilidad. Por un lado, tenemos el poder soberano de elegir una autoridad; por el otro, cierta fragilidad por una pérdida momentánea de la identidad, pues el documento quedó en manos del presidente de mesa. Hay también algo de candidez profunda en el cuarto oscuro, seguramente como consecuencia de que este nombre lúgubre en realidad es sólo el aula de una escuela, con pupitres, pizarrones y, la mayoría de las veces, imágenes escolares colgadas en las paredes. Esta imagen inocente e infantil se refuerza cuando el cuarto oscuro es una sala de jardín de infantes. Por último, hay también una sensación de asombro al entrar al cuarto oscuro, producto de enterarnos de la presencia de algunos candidatos cuyos nombres y los de sus partidos desconocíamos por completo. Fuerzas como Partido Popular, Fuerza Organizada Renovadora Democrática o Movimiento de Acción Vecinal se presentan por primera vez ante nosotros, en pie de igualdad con las otras fuerzas a las que sí conocemos. La democracia funciona aquí como un elemento aglutinante y, al mismo tiempo, de igualdad de oportunidades y posibilidades. Porque si bien es cierto que no tenemos la menor idea sobre qué proponen estos candidatos y partidos ignotos, es justo admitir que ocurre exactamente lo mismo con la mayoría de los candidatos y partidos archiconocidos.

Cuba

País que ocupa la isla más grande del mar Caribe, en América Central. En el imaginario argentino, Cuba es parte de enormes contradicciones. La idea argentina de “grieta” es mínima al lado de la que provoca Cuba: un modelo socialista que provoca amor u odio, pero nunca indiferencia. Con un control estatal casi absoluto, con un único partido político (el Partido Comunista), con liderazgos eternos, con un bloqueo económico brutal por parte de los Estados Unidos, Cuba se transformó en un baluarte, en un símbolo, y en un demonio. Pero más allá de las enormes contradicciones que genera este sistema económico y político, Cuba ha logrado inesperados consensos. Sobre todo en los enormes avances que logró el gobierno revolucionario tanto en educación como en salud. La medicina cubana goza hoy de un prestigio que sólo es comparable con el de los países más avanzados del mundo. Es por ello que varios líderes políticos argentinos han ido a tratarse a Cuba, más allá de las diferencias ideológicas que puedan tener con el gobierno y el sistema político cubanos. Inclusive cuando se generaron suspicacias por el tratamiento en Cuba de la hija de una ex presidenta (entre otras cosas, porque Cuba no tiene tratado de extradición con la Argentina y eso podría interferir en el accionar de la Justicia), nadie puso en duda la excelencia del sistema de salud cubano. Más allá de que en ciertos sectores de la derecha aún sigue utilizándose el término “esto parece Cuba” para hablar de la falta de insumos o la racionalización del expendio de algún tipo de productos. Aunque es justo aclarar que en los últimos tiempos el “esto parece Cuba” ha sido casi totalmente reemplazado por “esto parece Venezuela”.

cupo

Porcentaje de representatividad política que debe reservarse, obligatoriamente, a un determinado sector social, sectorial o de género. El cupo más famoso es el femenino, que ha fragmentado horizontalmente al arco político argentino. El asunto es paradojal: por un lado suena sensato pensar que lo que debe priorizarse a la hora de acceder a un cargo es la preparación y la idoneidad, más allá de la condición sectorial, social, étnico o de género. Por otro es igualmente cierto que para revertir siglos de patriarcado no se puede confiar en una selección natural marcada por la calidad, sino que es necesario instalar de manera obligatoria el cambio para naturalizarlo y que después sí las cosas se acomoden como resulte mejor. Quienes se oponen al cupo son, generalmente, hombres que forman parte de agrupaciones políticas con mayoría de hombres. Y hablan de priorizar la excelencia como si realmente creyeran que todos los hombres que acceden a los cargos públicos son idóneos y probos. Desde la izquierda se ha acusado muchas veces a estas reivindicaciones de “desviaciones pequeño burguesas que intentan correr el eje de lo que realmente importa: la revolución socialista que barrerá con todas las injusticias, inclusive las de género”. La excusa perfecta para no poder disfrutar de ninguna clase de beneficio mientras esa revolución (que nadie tiene idea qué implica y cómo será) no se lleve adelante.

D

debate electoral

Intercambio de ideas entre candidatos de distintas fuerzas. Los debates tienen características muy particulares: se realizan frente a las cámaras de televisión, sus condiciones son pautadas previamente por asesores de los distintos candidatos en reuniones interminables, y siempre cuentan con la presencia de todos los candidatos, excepto aquel que tiene las mayores chances de ganar o, al menos, lidera la intención de voto de acuerdo a las encuestas. En los días previos a cada debate, los candidatos que no asisten se la pasan buscando excusas ridículas para explicar por qué no van a debatir (“la sociedad ya sabe lo que pienso”, “hay un clima muy hostil hacia mi persona”, “prefiero seguir trabajando al lado de la gente en lugar de ir a un estudio de televisión”, “que me juzguen por la gestión y no por una discusión”, etc), mientras que los candidatos que sí van hacen una defensa del diálogo democrático, del intercambio de ideas y de mostrarle a la sociedad cuán civilizados somos. Los debates suelen tener pautas tan estrictas y los candidatos van con un libreto tan estudiado y unaque se pierde toda posibilidad de lograr declaraciones picantes y, mucho menos, de lograr algún tipo de espontaneidad. Sin embargo, suelen tener una gran audiencia. Esto puede deberse a que los votantes no pierden las esperanzas de que alguien rompa el molde y discuta en serio. Aunque es probable que quienes ven esos debates sólo se conformen con ver a los candidatos frente a frente, como único y humilde rasgo de humanidad de aquellos a quienes quizá voten.

denuncia

Acción de sacar a la luz un acto ilegal de algún funcionario y/o candidato político. Las verdaderas denuncias son aquellas que se hacen frente a la justicia, para que un magistrado o tribunal decida si el personaje imputado cometió o no algún delito. Pero estas denuncias verdaderas no son las que logran mayor impacto en la opinión pública. Las denuncias más difundidas son aquellas que se realizan en la prensa. Y más aún, si se realizan más cerca de un acto eleccionario. Muchos candidatos recurren a una denuncia para embarrar a su adversario y relegarlo en la campaña. Y aunque la mayoría de las veces estas denuncias resultan tan oportunistas como cargadas de verdad, lo cierto es que es muy difícil que los datos sean comprobados, que actúe la justicia y ni hablar de que alguno de los denunciados vaya a la cárcel: esto no ocurre casi nunca con dirigente político alguno, por más que sea casi una obligación para cada uno de los candidatos prometer durante la campaña que “se van a investigar hasta las últimas consecuencias todos los delitos de corrupción” y que “todos los corruptos se van a pudrir en la cárcel, tengan el cargo que tengan”.

derrame

Teoría económica según la cual es necesario llenar la copa de la abundancia para que, una vez que rebalse, el derrame de recursos, dinero y consumo alcance a toda la población. Esto implica necesariamente un fortalecimiento de la riqueza de quienes más tienen, pues sólo ellos, según esta teoría, serían capaces de lograr el bienestar general. La teoría se ubica a las antípodas de quienes creen que, por el contrario, hay que debilitar a los más poderosos para darles a quienes menos tienen y lograr así lo que, se supone, es el fin último de toda teoría económica: el bienestar general. Quienes se oponen al derrame argumentan que es imposible lograr el bienestar de unos si no se restringe la abundancia de otros. Y sostienen que el derrame no es más que un espejismo creado por quienes buscan mantener el poder. Estos argumentos no son rebatidos de modo muy serio por quienes apoyan el derrame, que nunca supieron dejar en claro si pretenden que los más pobres deban contentarse con algunas gotas de derrame, si el derrame alcanzará para unos buenos tragos o si en realidad todos llegaremos algún día a nadar en la abundancia, cuando la riqueza sea una inundación y la copa se torne innecesario y hasta posiblemente quede flotando en la superficie de este profundo mar de la abundancia.

desaparecido en democracia

Variante del término “desaparecido” (ese que hizo famosa a la Argentina en el mundo, tanto que aún en otras lenguas se utiliza el término en castellano), pero que en lugar de ser cometido durante una dictadura, es llevado adelante, como su nombre lo indica, durante un gobierno democrático. O, para no ser puristas con el término “democrático”, por un gobierno elegido legítimamente en las urnas. Como ocurre con todas las desapariciones, suele haber casos que despiertan más interés en la mayoría de la población, de acuerdo a la condición de clase de tal desaparecido. Es más probable que una persona blanca, de clase media o media alta, con buen nivel socio-cultural, tenga más interés para la mayoría de la gente. Aunque también el interés puede variar de acuerdo a las condiciones políticas en las que se lleva adelante una desaparición. No es lo mismo una desaparición durante un gobierno que se autopercibe como de izquierda o centro izquierda, que un gobierno con evidentes raíces de derecha. En el Gobierno que se autopercibe “de izquierda”, el interés va a ser mucho menor, pues los partidarios de ese Gobierno aducirán que reclamar por ese desaparecido es “hacerle el juego a la derecha” (ver), mientras que la oposición de derecha, por definición, jamás reclamará nada. En cambio, cuando gobierna la derecha, la oposición (inclusive quienes gobernaron y se autopercibían “de izquierda”) sí se encolumnará detrás de un mismo reclamo justo: el de exigir la aparición con vida de dicho desaparecido. Vale aclarar que los desaparecidos en democracia no suelen mover demasiado la intención de voto, y que muchos son los gobiernos (de “izquierda” y de derecha) que han ganado elecciones después de que las fuerzas de seguridad hicieron desaparecer a alguien.

desaparecidos

Personas que son secuestradas por bandas estatales, para-estatales o que tienen alguna clase de acuerdo con algún sector estatal (desde la política hasta las fuerzas de seguridad) y cuyos cuerpos jamás aparecen. El término empezó a usarse a fines de los años 70, durante la última dictadura militar (cívico-religiosa-militar, para ser más exactos) que hubo en la Argentina en el siglo XX. Y la tragedia se hizo visible cuando los familiares de las víctimas (especialmente, las madres) empezaron a reclamar la “aparición con vida” de sus hijos. Un reclamo que, en realidad, tenía como trasfondo la exigencia de la aparición de los cuerpos, teniendo en cuenta que toda persona tiene derecho a enterrar a sus muertos, en el caso de un desenlace fatal. El reclamo de las madres de las víctimas cobró tal relevancia internacional, que el término empezó a usarse así, en castellano, aún en países de habla no hispana. Con la restauración democrática siguieron existiendo desapariciones, aunque no tanto como en los años de la dictadura. Pero es de destacar que muchos de los familiares de aquellos desaparecidos, agrupados ya en organismos de derechos humanos, no pusieron el mismo énfasis en reclamar justicia por estas desapariciones, como sí lo habían hecho por aquellas.

desnutrido, da

Persona que tiene serias malformaciones físicas, causadas por una pésima (y casi nula) alimentación, producto de políticas públicas de salud, trabajo, asistencia social y educación que no contemplan ni la inclusión social ni la situación angustiante de grandes sectores de la población, sino que, por el contrario, ignoran y profundizan esta realidad acuciante. La aparición de desnutridos no es un dato que logre cambiar el rumbo electoral, pero sí les sirve a varios medios para lograr mucho rating. También es muy útil la difusión de imágenes de gente desnutrida, viva o muerta pero siempre en condiciones espantosas, para difundir en redes sociales y hacer comentarios del tipo “qué barbaridad”.  La difusión de estas imágenes ha generado varias controversias en Facebook, donde cada vez más gente se pregunta si está bien, poner “me gusta” a una foto de un niño chaqueño desnutrido (por ejemplo), pues esto podría considerarse un regodeo y una medida de complicidad con la repudiable situación que atraviesa ese niño chaqueño.

despido

Decisión empresarial que consiste en dejar sin trabajo a un trabajador. Esta decisión no se toma necesariamente cuando el empleador tiene apuros económicos o el trabajador es muy malo realizando sus tareas. Dos motivos que, sin ser justificables, podrían considerarse como objeto de discusión. Los despidos suelen realizarse en empresas que ganan fortunas y tienen como damnificados a trabajadores que hacen bien lo suyo. Los despidos suelen generar la organización de los laburantes damnificados, que se unen para hacerle frente a esta situación. Las respuestas de los empresarios suele ser la represión (sobre todo cuando los trabajadores pretenden tomar una fábrica o quedarse con la empresa) o la huida con todo el dinero del desfalco. Aunque es posible también que ambas opciones convivan. Algo que demuestra que el empresariado argentino es muy serio y quiere lo mejor para el país.

deuda externa

Dinero que un país pide a organismos internacionales para atender necesidades básicas de la población, como infraestructura, generación de empleo, reactivación industrial, créditos a pequeños y medianos emprendedores, etc. Este dinero es un préstamo que luego hay que devolver. Como en general la plata que se pide a los organismos internacionales no necesariamente se utiliza para aquello para lo que se la solicitó, una vez recibido el préstamo el problema pasa a ser cómo devolver ese dinero. Es así que en la mayoría de los casos, los países (o al menos eso ocurre en la Argentina) terminan pidiendo créditos para pagar las deudas del préstamo pedido anteriormente. Se inicia así un círculo vicioso de préstamos para pagar los préstamos. Esto en el mejor de los casos. Porque a ese círculo con capacidades virtuosas diferentes hay que sumarle el hecho de que por cada préstamo pedido hay sectores concentrados de la economía (es decir, gente con muchísimo dinero y muchísimo poder) que se dedica a ganar muchísimo más dinero y, por añadidura, mucho más poder. El rechazo a contraer créditos y a pagar las deudas contraídas anteriormente suele ser grande cuando una fuerza política se encuentra en la oposición. Tan grande como el convencimiento de que hay que honrar peso por peso y en tiempo y forma los compromisos internacionales, cuando esa misma fuerza política pasa de la oposición a ocupar el Gobierno Nacional.

devaluación

Clásico argentino como el dulce de leche, el mate, el tango, la ojota con media o la picana eléctrica. Se trata de la pérdida de valor de la moneda local (en los últimos años hubo peso moneda nacional, peso ley, peso argentino, austral y peso) respecto del dólar. Cada devaluación implica que se necesitan más pesos (o la moneda local que fuera) para comprar un dólar. Y como el precio de todo está atado al dólar (el combustible está atado al precio del dólar porque el petróleo tiene precio internacional; entonces todo está atado al dólar), cada vez que hay una devaluación, aumenta todo. Menos el salario. El salario a veces aumenta, pero no de manera proporcional. Cada devaluación implica una pérdida del salario real. En 1985 la moneda argentina pasó a ser el austral. Que, como cada vez que se cambia una moneda, valía 1 dólar. El peso actual se instauró en 1991 y valía un dólar. En el momento de la llamada convertibilidad (un peso=un dólar), el peso equivalía a 10 mil de los antiguos australes. Con el dólar a 40 pesos, hoy harían falta 400 mil australes para comprar un dólar. Por el momento, el dólar viene ganando. Por el momento.

diálogo

Término al que se apela cuando se quiere dar muestras de sensatez política, de raciocinio, de madurez y de preocupación por los grandes temas nacionales. Si el acuerdo es el fin, el diálogo es el medio. Se trata de otro de los recursos que se invocan como un llamado a la cordura, a la mesura, a la racionalidad, cuando en realidad todo el mundo sabe que lo que importa no es el diálogo, sino la discusión. O, más bien, lo que importa es ganar esa discusión, imponer las condiciones y aniquilar al rival. Si bien puede pensarse que la política se basa en el diálogo (algo totalmente cierto), no es el tipo de diálogo al que se refieren quienes hablan de diálogo. El diálogo al que se alude públicamente de manera retórica supone un supuesto intercambio de ideas en el que cada una de las partes escucha a la otra para llegar a un consenso donde lo que priman son las mejores ideas. Es un diálogo ideal, que supuestamente puede ser algo importante para generar consensos en determinados ámbitos de la vida, tanto en la política como más allá de la política. Para aprender, para escuchar, para seguir adelante. En los hechos, el diálogo es en la política eso que se realiza mientras se mide la correlación de fuerzas y se analiza cómo ganar. En la práctica, para la política el diálogo no es más que un despliegue de poder en el que cada una de las partes trata de sacar el mejor provecho para hacer crecer su fuerza e intentar neutralizar (cuando no destruir) a su adversario. El hecho de que existan muchos factores para hacer y deshacer alianzas, no implica que esto tenga que ver con intercambio de ideas o la utópica construcción que existe sobre el diálogo. Muchas veces, aquello que se supone que es “diálogo”, no es más que apriete, amenaza, advertencia, o ultimátum. Y, sobre todo, el hecho de que exista diálogo no necesariamente implica que pueda llegarse a acuerdo alguno. Por otra parte, cuando se pierde una pelea, el diálogo funciona como un recurso al que se apela para dignificar una derrota. Se invoca al diálogo para explicar que no se ha perdido, sino que se le dio cabida al consenso y se han escuchado las razones de un rival. Porque en política, como en la vida, lo último que se hace con una derrota es admitirla.

disculpas

Acto casi inaceptable en la vida pública argentina. En la política, en los medios, en la vida empresarial o sindical, y en general en toda la dirigencia del país, cuando se torna evidente que se ha cometido un error, la primera medida es tratar de tapar el entredicho, y la segunda juntar pruebas que intenten justificar este error. Pero hay momentos de excepción: suceden cuando algún dirigente ha sido demasiado tozudo en sus decisiones y se torna demasiado evidente para la opinión pública que se quiere justificar cualquier error y seguir adelante bajo cualquier circunstancia. Es entonces cuando suelen aparecer, en su reemplazo, dirigentes que no sólo salen a reconocer públicamente sus errores, sino que hacen de este permanente pedido de disculpas una política de Estado, al igual que sucede en el personaje Juan Domingo Perdón, del programa de televisión “Peter Capusotto y sus videos”. Las disculpas funcionan en ese caso como gestos humanos en medio de la deshumanización que parece regir la política. Y más en una cultura judeo-cristiana donde el perdón y la penitencia funcionan como baluartes de la estructura moral de los habitantes de un país. En este caso, la Argentina. Las disculpas son una herramienta muy atractiva para ejercer el poder. Porque permiten a un gobernante impulsar medidas absolutamente arbitrarias e impopulares, inclusive algunas que se sabe de antemano que van a ser rechazadas. Si a pesar de lo nefastas, estas medidas logran ser impulsadas, el Gobierno se anotará un punto importante con los poderes que se beneficiarán con esas medidas. Y si las medidas generan mucho rechazo, el Gobierno dará marcha atrás (algo que ya estaba previsto de antemano), pedirá las disculpas del caso y se mostrará como dialoguista, civilizado y humano. E inclusive se podrá apelar a la supuesta grandeza de quienes saben reconocer sus errores, para seguir adelante con la frente alta y la moral intacta.

distanciamiento

Distancia que deben mantener las personas durante un aislamiento social (ver). Dado que el aislamiento tiene excepciones, en esas excepciones se debe mantener la distancia. Por ejemplo, no debe haber una gran acumulación de gente en espacios a los que se está permitido ir (almacenes, supermercados, verdulerías, farmacias), y al caminar por la calle las personas tienen que ir solas. Eso si no es que tienen que ir a cobrar al banco su jubilación o un plan social, pues en ese caso la situación puede no estar prevista y se producen daños colaterales, como la aglomeración de muchísima gente. Pero hay a quien echarle la culpa por este tipo de conductas irresponsables: a la pandemia. Y, más precisamente, al virus. 

disturbios

Eufemismo que se utiliza para instalar la idea de caos social cuando no se quiere investigar qué es lo que causó ese supuesto “disturbio”. Es muy común el “disturbio” como forma de empañar una movilización masiva. Para esos casos, basta infiltrar a algunas personas (en general, agentes de alguna fuerza de seguridad y/o de los servicios de inteligencia; ver infiltrados) para ir a causar destrozos y provocar y justificar así la represión policial a los manifestantes. Si bien a veces se sabe la verdad y se da a conocer que lo que se presentó como “disturbios” no era más que una serie de incidentes violentos armados, esta aclaración casi nunca llega a tener la relevancia que tuvieron las imágenes de los “disturbios”, Y se hace así difícil borrar del imaginario colectivo la idea de que, lo que debería haber sido la noticia de una movilización popular masiva para reclamar algo concreto, se vio opacado por gases, piedras, paredes pintadas, vidrieras rotas y monumentos históricos dañados. Más bien, lo que queda como noticia es el costo que tendrá que afrontar el Estado (es decir, los contribuyentes a través de los impuestos) para pagar los daños ocasionados por los “disturbios”. Y de esta manera instalar la idea de que los manifestantes son los culpables de que todos tengamos que desviar fondos públicos que, de otra manera, irían a parar a escuelas y hospitales.

divisiones inferiores

Categorías juveniles donde juegan los futbolistas que aún no debutaron en la primera división de un club. Las divisiones inferiores van de la novena a la tercera y, en términos de edad, de la infancia a la adolescencia. Las divisiones inferiores sirven para la formación de un futbolista antes de volverse profesional. En España se la denomina “cantera”, por tratarse de un lugar que tiene el potencial de nutrir a los clubes de quienes serán los grandes cracks del mañana. Pero la mercantilización cada vez más creciente en el fútbol profesional ha convertido a las divisiones inferiores en otro tipo de “cantera”. Por ejemplo, una cantera de pedofilia y prostitución de menores de edad. Dado el origen humilde de muchos de los chicos que pueblan las divisiones inferiores de los clubes, sumado al hecho de que muchas veces se trata de chicos que, además de pobres, están solos en una ciudad, provenientes de distintos lugares remotos de las provincias, hay representantes que aprovechan y comercializan los favores sexuales de los chicos. Esta situación se hizo pública en el momento en que se denunció una red de prostitución adolescente en las divisiones inferiores de un club grande de Primera División. Pero enseguida se escucharon declaraciones de ex futbolistas, retirados 30 o 40 años atrás, que, aseguran, “esto en el fútbol sucedió siempre”. De comprobarse esta tradición, resta esperar ahora que los especialistas se pongan de acuerdo para saber si esto de violar jugadores menores de edad forma parte del denominado “folklore del fútbol”.

docente voluntario

Persona que se ofrece para trabajar gratis como maestro cuando los docentes hacen huelga. La convocatoria por parte de un gobierno a este tipo de tareas presupone una muy baja estima por la tarea docente. Puesto que se desprende de esta medida la idea de que cualquiera puede ser maestro. Y más cuando la convocatoria se hace a través de lugares con poco filtro para la verificación de idoneidad, como las redes sociales.  Pero inclusive en los casos en los que los convocados tienen el nivel de conocimiento necesario como para dar clase (en el caso de los graduados universitarios, por ejemplo) lo que se desconoce por completo es la formación pedagógica, de manejo de grupos y de instrucción general y social que, se supone, debe tener un docente. Si se utilizara la misma lógica, durante una huelga de cirujanos se podría convocar a carniceros, faenadores y artesanos en goma eva, dada la experiencia de estos trabajadores en cortes. Hay quienes piensan que quienes se anotan como voluntarios, más que reemplazar a los docentes cuando hacen huelga, deberían reemplazar a los policías ante un reclamo gremial, por su condición de vigilantes. La baja consideración por la tarea docente que se desprende del hecho de buscar reemplazos a través de las redes sociales es la manera más gráfica de explicar por qué los maestros ganan tan mal. Y, sobre todo, la forma en que se entiende por qué nadie dice nada sobre el hecho de que los maestros ganan tan mal y por qué esta cuestión está totalmente naturalizada.

dólar

Obsesión argentina. A pesar de tratarse de la moneda de los Estados Unidos de América, el dólar se transformó en un símbolo y una referencia argentina. Comparte ese privilegio con otros productos que, si bien tuvieron origen extranjero, se volvieron íconos nacionales gracias a su resignificación. El bandoneón, por ejemplo, de origen alemán, pero que encontró en el tango su máxima expresión artística mundial. O el fernet, un aperitivo digestivo italiano, que se resignificó en la Argentina cuando se volvió un trago, mezclado con gaseosa cola. Hoy hay más bandoneones en la Argentina que en Alemania. Y se consume más fernet en la Argentina que en Italia. Con el dólar no ocurre lo mismo: en los Estados Unidos y en muchos otros países del mundo hay muchos más dólares que en la Argentina. Sin embargo, aquí el dólar ocupa un lugar casi religioso, pues sirve como respaldo, como verdad y como certeza cuando la economía se vuelve caótica. El dólar se transforma en la única verdad, contradiciendo la idea de que la única verdad es la realidad. Todo se traduce a dólares en la Argentina. Inclusive los montos en euros, como las transferencias de los jugadores. Aunque el euro es más fuerte, en la Argentina se habla de dólares. El dólar funciona como mercancía de ahorro, como tabla de salvación, pero también como zona de referencia. Se sabe con certeza que un aumento del dólar significa aumento de precios, caída del poder adquisitivo, inestabilidad laboral y una suma de factores que indicarían que todo, más temprano que tarde, podría irse a la mismísima mierda.

dólar blue

Eufemismo por “dólar ilegal”. El dólar (ver) es la gran obsesión económica argentina. Inclusive para la gran mayoría de la gente que no puede comprar dólares, el aumento del dólar significa la alteración del estado de ánimo colectivo. Porque el aumento del dólar implica el aumento de todo. Esta obsesión por el dólar vino de la mano de una clandestinidad del dólar, a partir de distintas medidas tomadas por gobiernos de distintos signos políticos. Durante muchas administraciones, comprar dólares fue algo complejo y hubo que hacerlo en el mercado ilegal. Como la palabra “ilegal” es demasiado cruel para llamar a algo tan querido como el dólar, se utilizaron distintos términos. Como “dólar paralelo”. Algo que también suena feo. Estamos hablando del dólar, no está bien arrojarlo a una colectora. Y el asunto no dejaba de ser marginal. En una época se usó también “dólar negro”. Pero también queda feo. Por un lado, por el mercado negro, donde todo es muy turbio, muy oscuro. Por otro, porque puede sonar racista. Un racismo que no se corrije llamándolo “dólar afrodescendiente”. De modo que fue una bendición la aparición del término “dólar blue”. La expresión marca algo diferente y distinguido. Ni siquiera es “dólar azul”, que hubiera sido ordinario. No, es blue, con reminiscencias a Kind of blue, el disco icónico de Miles Davis, precursor del cool jazz. Sí, hablar de dólar blue es muy cool. Aunque pensándolo bien, “dólar black” tampoco hubiera estado mal. Como tampoco hubieran estado mal las diferentes opciones culinarias gourmet: “dólar cherry”, “dólar boutique”, “dólar bombón” y hasta “dólar IPA”. Todo sea por destacar la nobleza de nuestra divisa patria. In dollar we trust. 

E

editorial de La Nación

Usina ideológica de los sectores más reaccionarios de la derecha argentina. El editorial del diario fundado por Bartolomé Mitre nunca lleva firma, porque encarna el pensamiento de los dueños de medio periodístico. Junto con el correo de lectores y los avisos fúnebres, conforman el tridente más ofensivo hacia los valores democráticos y de justicia social. Desde estos textos se ha exigido la liberdad de los genocidas presos por delitos de lesa humanidad, se ha justificado el embarazo en niñas violadas o se ha amenazado a presidentes elegidos por el sufragio popular, advirtiendo que no llegarían a cumplir un año en su cargo. Con el tiempo, los editoriales de La Nación se volvieron cada vez más caricaturescos, por mantener en alto convicciones caídas en desuso. Tanto que les trabajadores del diario se encargaron de desacreditarlos públicamente. En épocas en que los diarios perdieron notablemente su poder de fuego, opiniones tan reaccionarias se volvieron insostenibles. Tal vez por eso llame la atención que La Nación insista, cada tanto, con sus editoriales provocadores. El fenómeno resulta difícil de explicar. Puede que se trate de un discurso que no esté bien visto socialmente pero que tenga mucho más respaldo social de lo que se cree. O puede también que funcione con la misma lógica con la que nos fascinan, en la infancia, los dinosaurios. ¿Por qué nos gustan tanto los dinosaurios? Porque sabemos que existieron, pero también sabemos que no existen ni pueden volver a existir jamás. Y que, además, su existencia no coincidió con la del ser humano, con lo cual es imposible pensar en una convivencia con ellos. Por eso el término “dinosaurio” resulta tan certero para calificar estos textos y a quienes los escriben y los muestran como un estandarte ideológico y estético.

educación religiosa

Escolaridad vinculada con la religión. Por ser la Argentina un país católico, esta expresión está vinculada con esa variante de la cristiandad, y no con protestantes o evangélicos, y menos aún con judíos, musulmanes, umbandas, budistas o maradonianos. Existen escuelas de distintos credos, adheridos al sistema oficial de educación de la Argentina. Pero en general la expresión se utiliza para pedir la vuelta de la enseñanza obligatoria de la religión católica en todas las escuelas, algo que sucedía en el país hace algunos años. La superstición indica que la vuelta de la educación religiosa obligatoria va a redundar en chicos y chicas con mejores modales, alejados de los vicios y poco proclives a violar la ley. En ese sentido, los partidarios de la educación religiosa se parecen bastante a quienes piden la vuelta del servicio militar obligatorio. Y como el porcentaje de la población que ve con simpatía estas medidas es bastante más grande de lo que se cree, cada tanto aparece algún diputado o algún ministro a plantear públicamente estos disparates para seducir a una porción importante del electorado.

eficiencia

Superstición que consiste en pensar que hacer las cosas correctamente significa hacer cosas buenas y hacerlas bien. En nombre de la eficiencia se instala la idea de que es mucho mejor la gente que viene del sector privado que la que viene de la militancia política. Y, sobre todo, la eficiencia a la que se apunta no es la de cooperativas o de pequeñas y medianas empresas (que también forman parte del sector privado), sino las de grandes corporaciones. El concepto de eficiencia sirve como elogio en el discurso político y mediático (y, por extensión, en toda la opinión pública) sólo cuando va unido a una gran empresa. Sin entender que las grandes empresas tienen un mismo funcionamiento desapasionado y a reglamento que cualquier oficina pública, con la única diferencia que en las grandes oficinas de las empresas privadas no existen los sindicatos. Y si existen, tienen una incidencia menor. Pero fuera de la decoración de las paredes y de la cantidad de consignas pegadas, el funcionamiento es más o menos el mismo. Con lo cual la asociación entre “eficiencia” y puesto gerencial en una gran empresa privada podría ser, cuanto menos, cuestionable.

embajada

Representación de un país en otro país. Las embajadas son lugares soberanos a los que las autoridades de un país no pueden entrar, por más que se trate de viviendas que, supuestamente, están en el territorio de ese país. Eso son, en general, las embajadas. Pero hay que destacar que, cuando se habla de LA embajada, en la Argentina se hace referencia a la embajada de los Estados Unidos de América, lugar al que reportan gran cantidad de políticos, empresarios, sindicalistas, periodistas, sacerdotes, intelectuales y demás personas con poder e incidencia en la opinión pública. Los beneficios económicos de quienes responden a las inquietudes de LA embajada suelen ser cuantiosos y determinantes para quienes buscan una vida ajena a las privaciones en lo cotidiano. Se la conoce como LA embajada porque es un lugar de muchísimo poder, tanto ahora como en los últimos 70 años. Hay que destacar que LA embajada fue artífice fundamental de varios golpes de Estado en la Argentina, así como impulsora de varias políticas tendientes a beneficiar a grandes corporaciones y a la concentración de riqueza. Es por eso que cuando alguien habla de LA embajada no hace alusión a la de Bolivia, por más que es cierto que también se trata de una embajada, y es allí donde acuden a hacer los trámites muchos quinteros, albañiles, trabajadores textiles precarizados y cholas que venden ajo, limones y lencería de tamaño enorme en las calles de las grandes ciudades argentinas.

emergencia alimentaria

Medida extraordinaria que se le exige a la dirigencia política cuando existe un 20 por ciento de la población que pasa hambre o se alimenta mal, en un país que exporta cinco veces más de los alimentos que necesita la población para estar bien. Como toda medida que se exige, su implementación está atravesada por el andamiaje burocrático. Primero, para dilucidar si se trata de algo que debe decidir el Poder Ejecutivo (mediante un decreto) o el Legislativo, mediante la aprobación de una ley. Y segundo, en el caso de que la emergencia finalmente se apruebe, decidir qué se hace para paliar el hambre, que es finalmente de lo que se trata, más allá de decretos, leyes, enunciados, palabras, significados o definiciones técnicas.

emergencia social

Situación a la que se llega cuando una parte importante de la población no sólo no tiene acceso a condiciones de vida dignas (vivienda, trabajo, salud, educación, ropa, alimento, etc), sino que no tiene perspectiva alguna de alcanzar esas condiciones en un tiempo más o menos breve. Son estas épocas en que se han disparado varias alertas en distintos campos. Es así que nos hemos familiarizado con la expresión “alerta meteorológico”, cuando debemos prepararnos para vientos huracanados y caída de granizo, cuando al final lo único que puede que ocurra es que caiga una leve llovizna. Los alertas y las emergencias pueden alcanzar otros tópicos, como inseguridad, delito, drogas y todo aquello que la agenda mediática esté dispuesta a impulsar y, lo que es más importante, lo que la opinión pública esté dispuesta a tolerar. Aunque, curiosamente, la emergencia social ocupa uno de los últimos lugares en cuanto a la repercusión de alertas y emergencias, aún cuando se supone que debería ser uno de los temas más importantes en el interés general.

encuesta

Superstición preelectoral que consiste en creer que los datos que manejan las encuestadoras sobre la intención de voto van a ser más o menos parecidos a lo que finalmente va a votar la gente. Antes de los comicios se difunden muchísimas encuestas con resultados bien diferentes. Esas encuestas sirven como operaciones para condicionar el voto de la gente. Pero también se encargan de llenar un espacio de atención que, sin esos datos, jamás se lograría. Las encuestas resultan hoy el mejor ejemplo de lo incierta que resulta hoy la información. Cuanto más avanza el marketing sobre las estrategias electorales, mayor es el peso de las encuestas y mayor la injerencia de los encuestadores en las campañas. Esto es algo consensuado tanto por los candidatos como por los medios. Sin embargo, el crecimiento del protagonismo de los encuestadores es directamente proporcional a lo poco que se acercan esas encuestas a los resultados reales de una elección. Luego de cada comicio, en los medios se pueden leer muchas noticias sobre lo equivocadas que estuvieron las encuestas y los encuestadores que las realizaron. Pero al otro día, esos mismos medios vuelven a publicar encuestas, sin aclarar que pueden estar muy equivocadas. 

escrache

Modalidad de visibilización de un acto de injusticia, cuando el poder judicial no actúa o actúa de un modo fraudulento. El escrache apareció en la Argentina en los años 90, cuando una agrupación que nucleaba a hijos de desaparecidos durante la última dictadura cívico-religiosa-militar que sufrió el país comenzaron a mostrar dónde vivían los represores. Para entender cómo nació el escrache hay que analizar el contexto: en ese momento había represores, violadores y asesinos que estaban en sus casas, en libertad. Personas que habían sido juzgadas y condenadas por esos delitos. Pero que gozaban de la libertad gracias a un masivo indulto masivo que les había otorgado el perdón por sus actos aberrantes. Los hijos de desaparecidos comenzaron a realizar escraches para hacer visible esta situación injusta. Los escraches consistían en concentrarse frente a las casas donde los represores vivían, gozando de la libertad. Y con carteles le mostraban a los vecinos que estaban viviendo al lado de un asesino y torturador. Como suele ocurrir con muchos términos, a veces el sentido se pierde por completo y comienza a utilizarse de manera equivocada y berreta una palabra que tenía un inicio noble. Si a eso se le suma el reemplazo del acto presencial por un posteo en redes sociales, y encima se considera que esa publicación en redes reemplaza a las denuncias en la justicia, el bastardeo de un acto de justicia puede llegar a ser infinito. Hoy se llama escrache a actos que, en general, suelen estar vinculados con posteos en blogs o historias en redes sociales. Lo que hoy se llama escrache es apenas la búsqueda de una condena social, que incluye un título y un cartel para reproducir en redes. Un formato que demuestra que hay gente que quiere instalar la idea de que un escrache es algo muy parecido a un meme.

escuchas

Actividad ilegal que consiste en escuchar las conversaciones de otras personas, principalmente las que se realizan telefónicamente. Las escuchas suelen realizarse por las fuerzas políticas que controlan algún tipo de aparato estatal (ya sea nacional como provincial o municipal), y tienen como destinatarias a las agrupaciones opositoras. A pesar de la gravedad de este tipo de delitos, por la violación a la intimidad y a la privacidad para realizar charlas políticas o de cualquier otra índole, lo cierto es que para la opinión pública realizar escuchas no constituye una violación a la legalidad de gran importancia. Un jefe de Gobierno porteño (o un gobernador, o un legislador nacional, etc) no sólo puedo continuar en el cargo a pesar de estar imputado por realizar escuchas a un adversario político, sino que además puede presentarse a elecciones e inclusive ganarlas.

esperanza

Vaguedad que junto con la fe forman parte de los pilares de toda religión o conjunto de creencias. Se trata de algo intangible e inasible, que se le reclama a la población cuando no es mucho lo que se le puede ofrecer de manera concreta y cuantificable. En una época donde la emoción forma parte central del discurso político (muy por encima de las ideas o propuestas concretas) la apelación a la esperanza tiene una apelación casi mágica. Tanto que uno de los objetivos centrales de un candidato en campaña es transformarse en alguien que representa “una esperanza para la gente”. Lo cual no se sabe muy bien qué es lo que significa, pero que puede ser tan importante que resulta crucial a la hora de tener una buena performance en un comicio.

F

falso suicidio

Modalidad bastante común de dar muerte a una persona, que consiste en hacer pasar por suicidio lo que en realidad es un crimen. En general, el falso suicidio se arma para deshacerse de alguien que podía ser un testigo importante en un delito económico que involucra a personas importante de la política o de los negocios. O en general (esta es la mayor tendencia) personas importantes de la política y de los negocios. Es tan grande la cantidad de falsos suicidios en la historia argentina que cada vez que alguien más o menos importante o cercano al poder aparece “suicidado”, la sospecha es que se trató de un falso suicidio. Es decir, un crimen. En general, la opinión pública no sólo suele calificar como falso suicidio a todo suicidio, sino que además, cada suicidio (o falso suicidio) genera una instantánea pasión por los peritajes, las declaraciones de los testigos, las pruebas, los móviles y todo tipo de detalles técnicos policiales. Esta pasión nacional por conocer los detalles sobre los falsos suicidios sólo puede ser comparada por la pasión por el fútbol.

femicidio

Asesinato de una mujer a manos de un hombre, por el sólo motivo de ser mujer. Lamentablemente, hoy la palabra sólo forma parte de un grupo de gente vinculada directa o indirectamente a agrupaciones feministas o concientizadas sobre el tema. Pero no está instalada en el resto de la sociedad para describir a un accionar. Y esto se ve reflejado en la mayoría de los medios masivos, que aún utilizan términos como “crimen pasional”, aunque cada vez menos. Lo que ocurre hoy con el término “femicidio” encuentra analogías a lo que sucedió en los años de la última dictadura cívico-religiosa-militar, cuando los términos “desaparecido”, “dictadura militar” o “genocidio” formaban parte del léxico de los organismos de derechos humanos y personas allegadas. Se presume que, con este razonamiento, hubo un tiempo en que las palabras “tomate”, “pan”, “guiso”, “churrasco” y “flan” eran de uso exclusivo de los cocineros pero desconocidas para la mayoría de la gente. Aunque esto último es tan sólo una hipótesis que resulta difícil de comprobar. 

feminazi

Forma despectiva con que las personas machistas se refieren a las feministas. Se trata de un arcaicismo que seguramente será recordado, dentro de algunos años, de un modo similar al que hoy se recuerda a quienes, en épocas de Cristóbal Colón, aseguraban que la Tierra era plana. Según quienes lo usan, el término sirve para definir sólo a “las feministas de pensamiento extremo, que quieren someter a los hombres”. Suponiendo que realmente existan feministas así (es posible, puede ser), no serían más que un sector absolutamente minoritario e insignificante. El uso del término “feminazi” en un momento de gran visibilización de la lucha feminista sirve sólo para poner en duda esta lucha. Algo que se pone en evidencia cuando quienes usan este término aclaran: “Yo no soy feminista ni machista”, como si pudieran equipararse ambos términos. Más allá de cualquier disidencia lógica contra algunos de los muchos sectores que contiene el feminismo, justo es decir también que la “violencia” feminista nunca mató a ningún hombre. Y suponiendo que haya habido alguna víctima, la relación sería aproximadamente de 100 mil a 1. Con lo cual, siguiendo la lógica de quienes hablan de “feminazis”, bien podrían decir también: “Yo no estoy ni a favor ni en contra de la tortura” o “yo no estoy ni a favor ni en contra del abuso sexual de niños”.

feminismo

Movimiento que lucha por los derechos de las mujeres. El feminismo existe hace muchos años. Tanto que es posible encontrar muchos ejemplos de feminismo  aún antes de que este tipo de acciones o de posicionamiento se denominara “feminismo”. En ese sentido pasa lo mismo como otros ismos, como el comunismo, el capitalismo o el fascismo. Si bien el feminismo hace referencia a lo femenino (la mujer) esto no significa que sea lo contrario del machismo. Pensar esto es como creer que el animalismo es lo contrario del humanismo. El feminismo es un movimiento más de ampliación de derechos que de imposición de un régimen determinado, como ocurre con el capitalismo o el comunismo. Sus bases son tan amplias e incluyen tantas posiciones bien diferentes, que suele decirse, con razón, que no existe el feminismo: existen los feminismos. Como ocurre con cualquier otra causa noble que pretende ser inclusiva y portadora de una ampliación de derechos, el feminismo suele tener entre sus partidarias a una gran cantidad de “activistas” que se escudan en algunas posiciones extremas para aferrarse a contratos, dádivas, comisiones y otras miserias. En ese sentido es justo aclarar que, dado que el feminismo es un movimiento social que alcanzó la masividad recientemente y que eso hizo que se transformara en una moda, cuenta con una caja bastante importante para repartir. Como ocurre también con cualquier otra causa noble que pretende ser inclusiva y portadora de una ampliación de derechos, la proliferación de kiosqueras de género no debería hacernos perder de vista los femicidios, el machismo ni la violencia hacia las mujeres que impera en la sociedad, y que hicieron que el feminismo tuviera la masividad que hoy tiene.

Feria del Libro

Lugar donde se venden los mismos libros que se consiguen en las librerías, al mismo precio que se consiguen en las librerías, pero pagando una entrada que suele ser un tercio del precio de un libro estándar recién editado. La única diferencia entre la Feria del Libro y las librerías es que en las librerías la entrada es gratuita. Por lo demás, en la Feria del Libro suele haber muchos puestos de libros, charlas de autores y firmas de ejemplares. Como suele haber en muchas librerías. La Feria del Libro suele albergar todo tipo de autores: novelistas, poetas, ensayistas, filósofos, cocineros, youtubers, políticos y hasta periodistas, entre otra clase de gente que saca libros. La presentación del libro de un político suele ser un acto de campaña, al igual que lo es el libro, que no suele vender muchos ejemplares, y que suelen ser proyectos pagados por los propios candidatos. Claro que hay excepciones. Y un libro de un político (o una política) puede transformarse en un boom editorial y la presentación de su autor (o autora) un fenómeno social sorprendente. Y más impactante es aún si ese político (o esa política) suelen ser refractarios a una clase media porteña que suele darse cita en la Feria del Libro, sobre todo la de Buenos Aires, la más importante del país. Que haya en la Feria del Libro legiones de gente cantando la Marcha Peronista es algo que excede largamente al hecho de ver puestos de panchos o hamburguesas gourmet en el medio de los clásicos de la literatura universal. Como suele ocurrir en la feria.

Fernández

Apellido de origen español, muy común en la Argentina. Al punto que puede tratarse de uno de los más conocidos o difundidos. En la escena política, este apellido logró especial relevancia cuando el país tuvo una fórmula presidencial cuyo candidato a presidente y cuya candidata a vicepresidenta compartieron ese mismo apellido tan común. 

fin de ciclo

Utopía opositora según la cual el último año de un Gobierno significa el fin de cada una de sus acciones, la jubilación definitiva de cada uno de los funcionarios y la caída en desgracia de cada una de las medidas impulsadas. El fin de ciclo lleva a quienes se acercaron a un Gobierno a tratar de despegarse un poco, abriendo canales críticos, y a quienes buscan subsidios por parte de ese mismo gobierno, a apurar los trámites y la presentación de formularios, conscientes de que no hay mucho tiempo que perder. El clima que genera el supuesto “fin de ciclo” (o la superstición del “fin de ciclo”; todavía no es seguro que tal cosa exista) puede generar conductas de lo más extrañas tanto en la dirigencia política como en muchos sectores de la sociedad. El asunto se termina apenas asume un nuevo Gobierno y para un nuevo “fin de ciclo” hay que esperar al menos cuatro años.

fondo buitre

En abstracto, la expresión denomina a un fondo de inversión de ganancia grandísima, pero de riesgo igualmente alto, pues se invierte en empresas o entidades al borde de la quiebra. En los hechos, en la Argentina denomina a las inversiones extranjeras que sólo llegan al país por una oportunidad puntual de hacer negocios ventajosos en algún momento en que la desesperación de un gobierno argentino por conseguir crédito internacional lo lleva a ofrecer bonos a tasa elevadísima. Estos fondos de inversión no suelen tener más vínculo con el país que la especulación sobre la usura de esos bonos, sumada a la certeza de que en algún momento habrá en el país un Gobierno decidido a pagar lo que se pactó en esos bonos. No hay aquí producción ni valor agregado alguno, sólo la especulación sobre un papel emitido por el país. En definitiva, el fenómeno de los “fondos buitre” parece más digno de estudio por parte del Bingo de Avellaneda que por la Facultad de Economía de la Universidad de Buenos Aires. Se los denomina “fondos buitre” por la condición de devorador de cadáveres que tienen esas aves rapaces. Nótese que se eligió un tipo de ave fea, feroz y que hace cosas desagradables. No se habla de “fondos panda”, “fondos ponys” o “fondos cachorritos”.

Francisco, Papa

(ver también Papa Austero). Nombre mágico cuya mención anula cualquier clase de discusión en el país. La clase política argentina se divide en dos grandes categorías: quienes viajaron al Vaticano a ver al Papa Francisco y se tomaron una foto con él, y quienes se mueren de ganas de viajar al Vaticano a ver al Papa Francisco y tomarse una foto con él. Hay una pequeña minoría que, además de la foto, también quieren mantener una charla con el Papa. Entre estos últimos cotizan más quienes tuvieron la audiencia más larga con Francisco, independientemente de lo que hayan hablado, que es un asunto más bien secundario, por incomprobable. Pero en cuanto a lo que tiene que ver con una charla con el Papa, en la política argentina el tamaño sí importa. Eso sí, como siempre, cuando se trata de alardear de tamaño, hay mucho mito y mucha mentira. Y hasta hay quienes aseguran que lo que importa no es el tamaño de la charla, sino la calidad. Que es mejor una charla pequeña pero juguetona, y no una charla extensa pero aburrida. Aunque la mayoría cree que este no es más que un consuelo de quienes sólo pudieron obtener una audiencia pequeña.

fraude

Medida política que consiste en alterar el normal desempeño de un proceso electoral. Suele usarse muchas veces, muchas más de lo que se cree, que ya es mucho. La mayoría de las veces, quienes ganan una elección hacen algún tipo de fraude, cuando menos mínimo. Y también la mayoría de las veces, quienes pierden esa misma elección son quienes hablan de fraude. Y la mayoría de las veces, estas denuncias de fraude tienen alguna clase de sustento real. Como también es cierto que quienes denuncian fraude, la mayoría de las veces lo hace porque ansían tener el poder; es decir, la maquinaria electoral; es decir, que envidian a quienes hacen fraude porque ya les gustaría a ellos poder hacer su propio fraude. Aunque también es justo aclarar que sin fraude nadie sabe muy bién cómo sería hoy la fuerza política que gobernaría el país, porque es imposible pensar una elección sin fraude.

frío

Momento climático de bajas temperaturas, que por lo general se produce en la época invernal. Cuando hace mucho frío se hace difícil estar en la calle. Es por eso que el frío pone en evidencia el hecho de que existe mucha gente que vive en la calle (ver).  Exponerse al frío intenso durante varias horas puede causar una hipotermia que a su vez puede desembocar en la muerte. Como se trata de una muerte evitable con un estado presente que proteja a la gente que vive en la calle y tiene que soportar las bajas temperaturas, más que hablar de muertos de frío, debe hacerse mención a muertos por estado ausente. Es en esos casos en los que hablar del clima deja de ser una cuestión de conversaciones irrelevantes que se producen en ascensores o veredas sólo para ocupar el tiempo diciendo algo, y pasa a ser un tema central en la política nacional.

G

gabinete

Conjunto de ministros que un presidente elige para llevar adelante su administración gubernamental. Una vez en funciones, cada uno de los integrantes del Gabinete ocupan en la opinión pública un lugar de acuerdo al interés que logran acaparar las medidas que llevan adelante, o las reuniones y/o declaraciones que los tienen como protagonistas. Pero hay un momento fundacional en cada nuevo gobierno que está por asumir: el anuncio del nuevo Gabinete. Durante los días previos a los nombramientos oficiales se tejen especulaciones y circulan todo tipo de versiones. Hay gente que incluso hace apuestas al respecto. Finalmente, los anuncios oficiales son seguidos atentamente en medios y redes sociales por miles de personas interesadas en el tema. El clima que se vive alrededor de los momentos en que va a nombrarse todo un nuevo Gabinete es similar al del anuncio de un director técnico de la Selección sobre cuál será el plantel que viajará a un Mundial. Aunque justo es aclarar que no puede compararse la enorme atención popular que acapara un acontecimiento trascendente y definitivo, como un Mundial de fútbol, frente a un hecho importante aunque menor, como es gobernar un país. Por más que suele caerse en la trampa de que son  similares, tan sólo por la coincidencia de que ambos suceden cada cuatro años. Este clima de incertidumbre sobre la posible conformación del Gabinete vuelve a repetirse (aunque en mucho menor escala) cada vez que hay rumores sobre el posible alejamiento de un ministro y la llegada de uno nuevo.

garantías constitucionales

Otro de los eufemismos más usados para camuflar mediáticamente un discurso. La Constitución Nacional es como La Biblia: es un libro que rige la vida de quienes lo toman como palabra santa. Pero eso, lejos de crear sumisión, genera interpretaciones de todo tipo. Y lo que debería ser el conjunto de las medidas que deben regir para que a una persona pueda comparecer ante la Justicia sin condicionamientos ni prejuicios, en realidad forma parte de aquello que se enuncia para tapar o camuflar un discurso. El enunciado de algo como forma pomposa de presentar un hecho, cuando en realidad se quiere decir algo distinto, forma parte del manual básico de desenvolvimiento mediático entre personas que ejercen algún tipo de poder en el país. Pero este artilugio cargado de hipocresía o de doble discurso no se presenta de forma tan clara como sucede con todo lo vinculado a la Justicia. 

gasto público

Dinero que utiliza el Estado para su funcionamiento. Quienes utilizan esta expresión lo hacen porque consideran como “gasto” aquello que supuestamente el Estado debería garantizar para toda la población: salud, educación, seguridad, justicia. Es por ello que esta expresión se usa de forma despectiva y casi siempre viene precedida por el infinitivo “bajar”, pues la demanda es “bajar el gasto público”. Se supone que esta forma de referirse al dinero que cuesta mantener el Estado resulta menos violenta y algo más diplomática a la hora de echar empleados estatales, bajarle el sueldo a los docentes o recortar recursos para la salud o la justicia. En ese sentido se parece al uso de los diminutivos que vuelven más amables y menos tóxicos algunos términos gastronómicos: por ejemplo, comerse “una mollejita”, “un choricito” o “un riñoncito” parece ser más saludable y con menos contenido de colesterol que comerse “una molleja”, “un chorizo” o “un riñón”. Del mismo modo, se supone que “bajar el gasto público” es más humano y políticamente responsable que “echar gente, bajar jubilaciones o suspender subsidios”. Justo es aclarar que quienes utilizan el término “gasto público” o la expresión “bajar el gasto público” encuentran la excusa perfecta para machacar con su discurso en el pésimo funcionamiento del Estado, a cargo de una dirigencia política que, en su versión más estatista y hasta populista, nunca logra satisfacer las demandas de la población. Una dirigencia que, en cambio, sí es efectiva a la hora de sobrecargar la planta de determinadas dependencias sin más compromiso que el de cumplir con favores políticos.

género

Eufemismo que se utiliza no se sabe para bien qué, aunque la mayoría de la gente cree entender vagamente qué es, sin poder explicarlo con certeza. Según consta en su DNI (e inclusive después de la sanción de una supuesta muy “progresista” Ley de Identidad de Género), el género de una persona puede ser “masculino” o “femenino”. Sin embargo, el término “género” suele ser utilizado para hablar de cuestiones que tienen que ver con el “femenino” o aquello que no es ni una cosa ni la otra: trans, por ejemplo. El término “género” suele estar acompañada por dos término. Cuando se habla de “cuestiones” (“cuestiones de género”) en general la referencia hace relación a relaciones problemáticas, de discriminación, de humillación, etc. En general, el “género” sufre: las “cuestiones de género” de las mujeres tienen que ver con la discriminación, el maltrato, cobrar salarios inferiores a los hombres o la interrupción voluntaria de un embarazo; las “cuestiones de género” de las personas trans son más o menos las mismas, pero sin la interrupción voluntaria del embarazo. Curiosamente, aunque el “masculino” es un género, no aparece mencionado en ninguna de las “cuestiones de género”. Además de las cuestiones, el género suele ir acompañado del término “violencia”. Pero la “violencia de género” merece una definición aparte (ver).

gente (la)

Entidad social poco definida que podría comprender a la mayoría de la población, aunque no hay certeza ni científica, ni estadística, ni siquiera empírica de que esto sea realmente así. Hay quienes creen que podría tratarse de una superstición. Sin embargo, como ocurre con la mayoría de las invocaciones políticas en los medios (sobre todo en épocas electorales), se recurre permanentemente a “la gente” para justificar casi todo. Así se escuchan frases como “la gente está harta”, “la gente está cansada”, “a la gente lo que le interesa es la inseguridad”, “la gente quiere que le hablen claro”, etc. Muchas personas terminan haciéndose eco de estos reclamos, conformando así eso que suele llamarse “la gente”. Aunque no queda claro si son los políticos y los medios quienes toman los reclamos de “la gente”, o si es “la gente” la que, sugestionada por esos discursos, hace suyas esas consignas. Hasta hace poco, la voz de “la gente” en los medios era el oyente promedio que participaba activamente en los programas de radio de AM. Hoy “la gente” opina de muchas maneras: foros de medios electrónicos, redes sociales, móviles de programas de televisión, etc.

gente que vive en la calle

Personas sin hogar que arma un lugar donde dormir en lugares públicos. A pesar de lo que opinan algunos funcionarios, esta gente no tiene como primera opción de vida dormir en la calle. Son las penurias económicas las que, por lo general, las han arrastrado a esos colchones tirados en la vereda, debajo de una autopista o en algún otro lugar más o menos resguardado de la lluvia que han podido conseguir en algún rincón de una ciudad. Mucha gente suele recibir ayuda por parte de otras personas que les acercan una frazada, un abrigo o un plato de comida caliente. La ayuda del Estado, en cambio, suele ser poca o nula. Esto es algo absolutamente justificable por el hecho de que el Estado no está para evitar que la gente duerma en la calle, sino para otras cosas mucho más importantes, que en este momento no viene al caso mencionar, para no confundir a la gente y mucho menos generar un clima de caos y rencor entre la población.

glamour

Elegancia al vestirse, especie de corrección absoluta de la apariencia y estado en el que la vida parece mejor, hasta generar la envidia de la mayoría de la población, dado que el glamour es cosa de poca gente. En la política es un valor que se destaca cuando no se quiere hablar de medidas políticas. Lo que, evidentemente, resulta muy político. El término se utiliza casi exclusivamente para los personajes femeninos, y de manera muy especial para los encuentros protocolares, casi siempre en el extranjero o en recepciones a mandatarios extranjeros. En el caso de mandatarios varones, son ellos quienes hablan de política y sus esposas (las primeras damas) quienes ejercen (o no) el glamour. Para estos medios, la máxima aspiración de una primera dama es el “estilo” y esto se consuma cuando se utiliza una expresión conformada por el término “estilo” seguido del nombre de pila de la primera dama en cuestión. Cuando la mandataria es una mujer, la búsqueda de glamour se transforma en el único objeto de opinión y las medidas políticas no es que quedan en un segundo plano en las coberturas periodísticas, sino que directamente desaparecen.

Gloria

Aquello con lo cual se debe morir, de acuerdo a la letra del Himno Nacional Argentino, escrita por Vicente López y Planes. También marca de un cuaderno muy popular. Hay algo triunfalista en las marcas de cuadernos, ya que las más conocidas se llaman Gloria y Éxito o tienen nombres de próceres del siglo XIX, como Rivadavia o Laprida. La irrupción de los cuadernos (ver cuaderno) en la vida política argentina hizo tomar relevancia a estar marca. Y aquello de “con gloria morir” con que termina el Himno cobró una inesperada y sorprendente actualidad.

golpe financiero

(tb. golpe de mercado). Shock económico dado por los mercados (ver) que consiste en cambiar completamente las reglas de juego del desarrollo económico. El golpe financiero por lo general incluye aumento desmedido de precios (o hiperinflación) o disparada del dólar o retenciones de los depósitos bancarios. Aunque por lo general, muchos de estos factores se dan combinados. Este golpe de mercado provoca altos niveles de desempleo y empuja a muchísima gente a la pobreza. 

gradualismo

Supuesta versión humanitaria del ajuste, según la cual el hecho de implementar ese ajuste de un modo escalonado provocaría que sus efectos fueran algo menos agresivos. Algo así como una anestesia o una buena cantidad de vaselina sostenidos en el tiempo. Se trata de una definición flamante, que surge de la necesidad de que, llegado al punto en que se instala el hecho de que un ajuste es inevitable, puede pensarse que al menos queda el consuelo de un ajuste con poco dolor y sufrimiento. Puede ubicarse entre los grandes espejismos inventados por los economistas, tal vez sólo comparable a mitos como los del derrame. Según ese mito la los problemas económicos se solucionarían llenando la copa de la riqueza (es decir, enriqueciendo aún más a los más ricos), para lograr así un derrame hacia los pobres. El término también es reflejo de la inventiva que tienen los economistas a la hora de crear discursos e incidir en la opinión pública. Una inventiva sólo comparable a la utilizada para crear nuevos términos y nuevas definiciones en filosofía, marketing, tecnología, ciencia e insultos.

grieta, la

Supuesto enfrentemiento político-ideológico que comprende a toda la sociedad argentina y que tiene como eje el hecho de ser partidario o detractor de un gobierno. La grieta en cuestión implica un abismo que corta en dos a la sociedad argentina, dividiendo la mesa familiar y enemistando a quienes eran amigos hasta la aparición de ese Gobierno que supuestamente dividió a los argentinos. Quienes están en contra de ese Gobierno despotrican contra la existencia de esa grieta, piden unidad nacional y familiar, pero dudan de incluir en esa unidad a los partidarios de ese Gobierno, llegando a tratarlos de infradotados y hasta pidiendo la pena de muerte para ellos. Los partidarios de ese Gobierno tienen una opinión más o menos similar sobre quienes se oponen a ese Gobierno, y piden medidas similares a quienes consideran “gorilas”, “cipayos” o “vendepatrias”. Lo cierto es que el Gobierno en cuestión no se caracterizó por tomar medidas que modifiquen profundamente la calidad de vida de la mayoría de la gente. En todo caso, podría hablarse de una leve mejora en términos relativos, tomando como punto de comparación la pésima matriz distributiva que históricamente hubo en la Argentina. Se desconoce, pues, cual es el verdadero origen de las pasiones que se juegan en la denominada “grieta”. Tal vez la clave esté en buscar analogías con lo que sucede en otro tipo de rivalidades irreconciliables, como en el caso del fútbol o del rock, donde existen este tipo de odios profundos. Es bueno recordar que en el rock, los fans de una banda muy popular cantan que su ídolo “se la da” al líder de otra banda, también muy popular, pero supuestamente antagónica, quien, según este cantito de los fans, “se la come”. Lo curioso es que en la actualidad el líder del grupo que “se la da” es solista y toca acompañado por los mismos músicos que, en vida, acompañaban al líder del grupo que “se la come” cuando esté comenzó su carrera solista. Esta paradoja rockera es un buen ejemplo de cómo funciona, en política, la “grieta”.

guerra sucia

Término con el que los responsables del terrorismo de Estado se referían a la cacería que llevaron adelante contra guerrilleros y militantes políticos, sindicales, estudiantiles y de todo tipo, durante la última dictadura cívico-militar-religiosa del siglo XX. El hecho de llamarla “guerra” implicaba poner en paridad de condiciones de combate a las fuerzas armadas con las organizaciones guerrilleras; y el hecho de llamarla “sucia” implicaba justificar las peores atrocidades en nombre de las desprolijidades propias de una guerra. El término cayó en desuso durante la restauración democrática, hasta que un presidente constitucional lo volvió a poner en uso, luego de admitir que no tenía idea cuál era el número de desaparecidos. Este revival es por lo menos alarmante, aún más que una supuesta vuelta de otras modas espantosas, como la campera con corderito, los jeans nevados o las calzas brillantes, algunas de las cuales también volvieron con una absoluta impunidad.

H

hambre

Prueba máxima de la miseria y de la inequidad social de un país. El hambre puede verse tanto en el ejemplo clásico de la falta de comida (y la consecuente desnutrición de las personas, flaquísimas, con la piel pegada a los huesos) como a la mala alimentación, plagada de azúcares y harinas. La nueva cara del hambre es, paradójicamente, la obesidad, sobre todo entre niños y niñas. En los centros urbanos, el hambre se representa tanto en la gente que pide, como en la que revuelve los tachos de basura por las noches, frente a los restaurantes, en busca de algún resto que comer. El hambre aparece como una de las principales preocupaciones de los candidatos durante las elecciones, que no dudan en prometer “hambre cero” (ver). La preocupación por el hambre suele desaparecer una vez que esos candidatos ganan o pierden la elección en cuestión.

hambre cero

Promesa electoral que atraviesa a distintos sectores políticos, aparentemente de signo bien distinto. Se supone que el hambre cero hace referencia a que cero debería ser la cantidad de personas en el país que sufren hambre. Pero a juzgar por los resultados que suele haber, podría pensarse que el cero se refiere a la atención que le prestarán al tema los candidatos que prometieron hambre cero durante la campaña. O tal vez se trate de los ceros que se utilizan para hacer referencia al grado de refinamiento que suelen tener las harinas. En este caso, sería una forma de admitir que se va a combatir el hambre, sí. Pero que se hará con productos hechos con harina con muy poco refinamiento.

holdout

Expresión que proviene del inglés “hold out” (“quedarse afuera”) y que denomina a quienes se mantienen al margen de una posible negociación, siendo acreedores. Es una definición un poco más técnica para referirse a los fondos buitre. En realidad ambos términos (holdouts y fondos buitre) son sinónimos, significan exactamente lo mismo. Pero decir “holdouts” es abrir una puerta a la negociación, al reconocimiento de la deuda, y a la necesidad de pagarles a esos acreedores. Es decir, que el Estado argentino les pague a los tenedores de bonos. Forma parte de los términos que se utilizan para crear en la opinión pública una necesidad de pagar. No es que luego de decir muchas veces “holdouts”, la gente le toma simpatía a los fondos buitre. Lo que sí genera es la sensación de “hay que pagarles porque son gente seria. Mirá, yo pensé que eran ‘fondos buitre’, pero no, son ‘holdouts’, en inglés, o sea, son gente seria y si les pagamos nos van a tomar en serio en el mundo”.

I

Iglesia

Así, en mayúscula, el término alude a las autoridades del culto católico, la fe que, según la Constitución Nacional, sostiene el Estado argentino mediante subsidios. Por ejemplo, es el Estado quien paga el sueldo de las principales autoridades de la Iglesia, así como también financia a otras actividades vinculados con la institución: parroquias, colegios, etc. La excusa para que esto suceda radica en el hecho de que alrededor del 80% de la población argentina es católica. Y esa estadística se mide por la cantidad de gente que fue bautizada de acuerdo a los ritos de esa fe. No se aclara que mucha gente lo hace más por tradición que por otra cosa, y de ninguna manera se toma un examen para ver cuánto se sabe sobre las Sagradas Escrituras de esa fe, ni se toma asistencia a misa. A eso se le suma el hecho de que el trámite para la apostasía (es decir, la renuncia a la Iglesia) es tan engorroso que nadie lo hace, aunque lo quiera. Con ese sentido tradicional de pertenencia, la Iglesia logra incidir en temas importantes de la vida política del país. Algo que se profundizó cuando el Vaticano eligió un papa argentino. La mejor traducción local que existe de la institución que es la Iglesia en el mundo es el peronismo. Porque el corte político de la Iglesia es transversal. Muchas veces la Iglesia (de acuerdo a quién sea que la maneja) puede tener políticas en contra de la desigualdad social y a favor de los movimientos sindicales y de desocupados. Hoy son varios los movimientos sociales que son bendecidos por la Iglesia y hasta hay un conjunto de agrupaciones llamada “los Cayetanos”, por haberse constituido un día de San Cayetano, obviamente con la bendición de la Iglesia. Pero la Iglesia también es tajante en la oposición a determinadas libertades individuales, como la legalización del aborto, del consumo de drogas, de la eutanasia o de los derechos hacia las mujeres y los homosexuales. Paradójicamente, temas que sí defienden los liberales que, en lo económico-social, suelen estar ubicados a la derecha, por usar las categorías políticas tradicionales. En estos temas, la derecha liberal coincide con la izquierda no eclesiástica. Y en los demás, la izquierda eclesiástica coincide con la izquierda no eclesiástica. En lo que no coincide con nadie la Iglesia es en el hecho de ocultar y resguardar a los curas abusadores, una especialidad y una debilidad de la Iglesia en la Argentina y en cualquier otro lugar del mundo.

impuesto

Recaudación que hace el Estado para tener y recursos con los que generar y mantener espacios comunes. Con los impuestos se supone que se pagan cosas como educación y salud públicas, justicia, seguridad, aseo y mantenimiento de calles y plazas, etc. También con el dinero recaudado por los impuestos se realizan rutas, calles, redes de transportes, cloacas, energía y muchos otros rubros que tienen que ver con los recursos comunes de la gente que vive en sociedad. Para cobrar estos impuestos, el Estada crea una serie de pretextos o motivos, que algunas veces son justos y lógicos, pero otros no resultan ser otra cosa que coartadas. Estos motivos por lo que se cobran los impuestos deberían ser, supuestamente, más rígidos con aquellas personas que tienen más dinero, y más piadosos con las personas pobres. Cuanto más universal es el motivo por el que se cobra un impuesto, más injusto resulto, teniendo en cuenta que la argentina es una sociedad profundamente desigual. Esto sucede con impuestos cotidianos, como el IVA (Impuesto al Valor Agregado), que alcanza a todas las cosas que consumimos cotidianamente, y que pagan por igual ricos y pobres, puesto que los precios de venta al público son iguales para todas las personas. O con el impuesto a las ganancias, algo que deben pagar todos los trabajadores que tienen un sueldo más o menos digno, pero que está excento para movimientos bancarios o actividades con un grandísimo margen de ganancia y un alto impacto ambiental, como la minería. Todo esto sin contar el hecho de que buena parte de lo recaudado por los impuestos va a solventar campañas electorales o a reproducir clientelismo, más que mejores condiciones de vida en la población. De allí que se haga tan difícil convencer a la gente de que está bien pagar impuestos porque es saludable fortalecer el bien común.

infiltrado, da

Personal de las fuerzas de seguridad o de inteligencia que se camufla de militantes políticos o sociales para sacar información y dañar a esa militancia política y social. En las marchas, es muy común ver a infiltrados que, lejos de parecer policías, gendarmes o agentes, lucen pulóveres peruanos, llevan morral, pantalones hindúes, polleras de colores, trenzas, aros y hasta es probable que vendan o consuman pan relleno. Se caracterizan por ser quienes corren por izquierda a todo el mundo, por pensar que la correlación de fuerzas siempre es favorable para el “campo popular” (ver) y por considerar que lo mejor para poner en jaque al sistema financiero internacional es quemar un cajero automático, aunque se esté llevando adelante una marcha por la desaparición de una persona a manos de una fuerza de seguridad. Las lecturas de la realidad política que hacen los infiltrados suelen ser extremas y delirantes. Es por eso que muchas veces se hace difícil diferenciarlas de las de los verdaderos militantes de izquierda y del “campo popular”. Sin embargo es fácil saber quiénes son: cuando los episodios violentos de una marcha le sirve al poder de turno para justificar la represión y/o desdibujar el espíritu de la movilización popular, lo más probable es que esos episodios violentos hayan sido causados por infiltrados.

inflación

Aumento en el precio de las cosas y de las tarifas. La inflación redunda en una pérdida del salario real, puesto que nunca los aumentos de sueldo llegan alcanzar los aumentos que sufren los precios. La inflación es uno de los grandes miedos argentinos. Durante casi una década, los argentinos vivimos sin inflación y con un dólar estable, una situación que, por momentos, no parecía real, pero a la que llegamos a acostumbrarnos. La salida de la convertibilidad volvió a poner las cosas en su lugar. Y desde hace tiempo los argentinos recuperamos ese ya clásico pánico a la inflación. Algo que en los últimos años se ha vuelto más notable y más aterrador que nunca, al menos en los últimos 30 años.

inversiones

Entelequia que, según mucha gente, sirve como modo de medir si el país funciona bien o mal. En la fantasía, las inversiones a las que se alude provienen de entes financieros que se la pasan observando el mundo, analizando qué países son serios y tienen garantías institucionales para instalar empresas. Siempre según esa fantasía, si los inversores deciden invertir en un país es porque las cosas funcionan correctamente. Es decir, se trata de uno de los “países serios” (ver). ¿Qué cosas son las que funcionan bien en los “países serios” para que vayan las “inversiones”? Eso varía mucho de acuerdo a quien lo enuncia. En los supuestos “países serios” puede haber pena de muerte; sistema ejemplar de salud pública; monarquía; despenalización del consumo de drogas; toque de queda y estado de sitio; aborto legal, libre y gratuito; ejército en la calle para “combatir el terrorismo”; recortes a las libertades individuales debido a “la presencia del terrorismo”; y un larguísimo etcétera. Sin embargo, nada de esto parece ser condición para la llegada de unas inversiones de las que no se tiene registro en ningún lugar del mundo. Porque, según la fantasía, las inversiones llegarían para crear empleo, lograr manufactura local, desarrollar el país y terminar con la pobreza. Cosas que, como puede comprobarse, no se ha logrado ni en los países serios ni en los otros.

Islas Caimán

País de Centroamérica, archipiélago ubicado en el mar Caribe, que actualmente funciona como uno de los principales paraísos fiscales del continente (ver paraíso fiscal). A diferencia de otros paraísos fiscales, este pequeño país sólo se conoce por ser un lugar donde no se pagan impuestos y se pueden abrir cuentas bancarias o crear sociedades con dinero no declarado. Es decir, no tiene habitantes ilustres ni próceres que hayan forjado algún rumbo nacional. Es decir, se parece más a estados europeos como Luxemburgo o Liechtenstein, que a otros paraísos fiscales como Panamá, que al menos es conocido en todo el mundo por haber dado figuras de la música (Rubén Blades), la política (el general Omar Torrijos), o el fútbol, como los hermanos Dely Valdés.

izquierda

Sector de la política que se caracteriza por pretender ser portador de un purismo extremo, incapaz de tener alguna vez una posibilidad remota de acceder al gobierno. Este purismo extremo se evidencia a la hora de encontrarse con otras fuerzas de izquierda, de quienes los separan temas profundos y sustanciales para un proyecto serio de país, como puede ser la situación de la población agrícola en Uzbekistán, o los acuerdos (o no) del Gobierno de los Estados Unidos con los sectores rebeldes (o no) de Siria, Malasia o Camboya. Los partidos de izquierda odian con toda su existencia al capitalismo, a la burguesía y al orden establecido. Pero puestos a elegir, prefieren pelearse con otros partidos o sectores de izquierda, con quienes los separan temas esenciales como cuándo hay que dejarle de pagar al FMI o cosas por el estilo. Seguramente, creen que los grupos de izquierda son más cercanos, tienen una mesa pegada en la Facultad, y en cambio salir a pelearse con la burguesía, el capitalismo y el imperialismo requiere de tener muchos contactos, con el riesgo de no lograr el impacto suficiente en los medios ni en los foros de internet.

J

jubilación

Suma de dinero que se cobra a partir de que una persona alcanza la edad en que puede retirarse de la actividad laboral. La jubilación se otorga luego de una persona hizo aportes al fisco durante una determinada cantidad de años, de acuerdo a lo establecido por la ley. Salvo contadísimas excepciones, las jubilaciones distan mucho de ser del 82 por ciento de los haberes recibidos durante la actividad (tal como debería ser, en teoría) y las sumas suelen ser miserables, por usar un tecnicismo macroeconómico. Cada tanto, los gobiernos suelen dar aumentos considerables en los haberes jubilatorios. Estos “cada tanto” suelen coincidir con los momentos en que los gobiernos recién asumen, o en los meses previos a una elección importante. En la mayoría de los casos, esos aumentos son anunciados de manera rimbombante, como medidas importantísimas, que le van a cambiar la vida a millones de personas, que van a pasar de la pobreza a una vida de opulencia. Lo cierto que, en la mayoría de los casos, estos aumentos resultan ser de sumas y porcentajes menores a los de la inflación. Y eso que, en los papeles, parece una suma considerable de dinero, termina licuándose por un aumento mucho más considerable del costo de vida.

juez amigo

Juez que tiene contactos con un determinado sector político y que es proclive a tomar decisiones que favorezcan a ese sector. En realidad, la palabra “amigo” no tiene absolutamente nada que ver con lo que en la vida real se conoce como “amistad”. Como ocurre casi siempre en toda la política. Se trata, más bien, de favores y conveniencias. Este tipo de “amistad” puede fundarse en cuestiones bien distintas: la posibilidad de un ascenso, la posibilidad de hacer negociados, la posibilidad de sumar poder, la posibilidad de sumar contratos en el Estado de gente afín, la amenaza de divulgar alguna maniobra ilegal (lo que se conoce como “carpetazo”), entre muchas otras variantes. Aunque también es probable que esa amistad se genere por una combinación de varias o todas esas cuestiones. Por supuesto, la amistades de los jueces son tan fluctuantes como todas las demás amistades en la política. Y así como hoy un juez puede ser considerado “amigo” de un determinado Gobierno, también es probable que mañana sea considerado “amigo” de otro Gobierno. En ese sentido, cabe destacar el apego de los jueces por las instituciones más que por las personas. Y en cuestión de amistades, prefieren entablar vínculos con los gobiernos antes que con quienes ejercen ese gobierno momentáneamente.

juez de la Nación

Magistrado que imparte justicia. Como toda forma de representación política e institucional, no gozan de muy buena reputación en la mayoría de la población. Pero la percepción de la opinión pública puede mutar de manera rotunda de acuerdo al posicionamiento de los medios hegenónicos. El discurso varía de manera contundente: un día un juez puede ser un respetable portador de justicia, y al otro pasar a ser un sesgado personaje que defiende oscuros intereses. En este tipo de discursos se tiende a demonizar a los jueces que toman una determinada posición política. Como si no fuera mejor conocer dónde está parado un juez, que dejar que nos venda una posición “neutral” y “apolítica”, dos cosas que, se sabe, no existen en ningún ser humano, y mucho menos en una persona que necesariamente tiene que estar muy politizada, como es el caso de un juez de la Nación.

Justicia

El término encierra un anhelo que aparece en cada uno de los textos básicos que rigen nuestra vida en sociedad. Así como también en todos los discursos públicos de quienes representan al poder el Estado.Puesto así, con mayúscula, la palabra define a uno de los tres poderes del Estado. El único poder que no es elegido por el voto popular. Esto no significa que la existencia del voto popular necesariamente garantice transparencia, honestidad, buena fe o un desempeño de excelencia por parte de quienes son elegidos por ese voto. Pero una cosa es segura: la no existencia del voto popular no lo garantiza. De todos modos, tampoco es cuestión de ser tan tremendistas, porque la suerte de la Justicia finalmente sí está atada al voto popular. Sucede que el Poder Ejecutivo está encabezado por el Presidente de la Nación, y el presidente es elegido por el voto popular. Y bien sabido es que el Poder Ejecutivo quien controla el Poder Judicial. Un Gobierno puede agilizar o cajonear una causa a su antojo. Y como el presidente es elegido, la Justicia, por carácter transitivo, también. Algún aguafiestas podrá decir que sólo el presidente es elegido, pero que las injerencias, las operaciones y los aprietes en la Justicia sirven para beneficiar a todo tipo de funcionarios, así como a empresarios o todo tipo de dirigentes cercanos al Ejecutivo. Pero se trata de comentarios que provienen de gente autoritaria, a la que no le interesa la democracia ni lo que expresa la gente en las urnas. Porque, se sabe, la democracia se ejerce votando y eligiendo democráticamente a las autoridades más capaces para llevar el país adelante. Se trate de la Justicia o de lo que sea.

Justicia independiente

Cuando no basta con invocar falsamente a la justicia se le agrega el término “independiente” para hacer aún más pomposo el enunciado. El adjetivo “independiente” suele usarse como acompañamiento de términos que deberían formar parte del mundo de la moderación y el análisis, pero en cambio son elementos constitutivos del lobby, la manipulación y el ejercicio del poder de manera arbitraria. Por eso “independiente” suele acompañar tanto a la palabra “justicia” como a la palabra “periodismo”. Cuando algo que constitutivamente debería ser independiente necesita que se le agregue un adjetivo para subrayar algo es porque hay un engaño. Se supone que la justicia es independiente. Agregarle ese término es tan ridículo, redundante y sospechoso, como hablar de “agua húmeda”, “fuego cálido” o “usurero garca”.

justicia por mano propia

Forma mediática de denominar a quienes deciden cazar ellos mismos a los delincuentes que los roban o agreden, o roban o agreden a terceros. Nadie duda de que la acción es realizada por “mano propia”. Lo que resulta aquí llamativo es el uso de la palabra “justicia”. ¿Qué es exactamente “la justicia”? ¿Tienen estas espasmódicas respuestas violentas a hechos violentos, algún componente que nos pueda llegar a hacer creer que hay aquí algo parecido a la “justicia”? La respuesta, evidentemente es “no”. Sin embargo, hay un fenómeno interesante para analizar. Pues independientemente de la saña o violencia, el accionar es consecuencia de la falta de confianza en lo que sí debería ser “la Justicia”. Es decir, el Poder Judicial. Es decir, el Estado. Como la sensación imperante en la sociedad es que “la justicia no actúa”, “la justicia protege a los delincuentes”, “la justicia es poco confiable”, algunas personas deciden saltearse el camino correcto y pasan a hacer las cosas a su modo, sin importar cuál sea ese modo. Justo es aclarar que esta sensación sobre la Justicia y el Poder Judicial no es una alucinación de algunos ciudadanos paranoicos, sino un hecho fácilmente constatable en la vida cotidiana.

K

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L

lavarse las manos

Expresión coloquial que implica desentenderse de un asunto en el que la persona que lleva adelante la acción podría tener algún tipo de compromiso. La expresión puede reemplazarse por otra, también de tipo coloquial, como “hacerse el boludo”. Curiosamente, en épocas en las que hay que tomar muchas precauciones de higiene personal a causa de una pandemia, el “lavarse las manos” se transforma en un hecho de gran responsabilidad social, por la acepción literal de la expresión. Es decir, la necesidad higiénica de lavarse las manos todo el tiempo y ante cualquier circunstancia. No deja de ser llamativo (por paradójico) el estado en el que vive una sociedad en la que se aconseja, se valora y se incita a “lavarse las manos”. De algún modo, remite al eslogan de otra campaña estatal: “El silencio es salud”. En aquel caso, la campaña apuntaba, teóricamente, a la reducción de contaminación sonora e incitaba a los automovilistas a no tocar las bocinas de sus vehículos. Pero una segunda lectura no muy sutil podía apuntar a acallar voces disidentes, en un momento en la que ser crítico al Gobierno podía pagarse con la vida o el exilio. 

libro

La mayoría de los libros que escriben los políticos suelen ser una excusa de campaña. Se editan como promoción pero nadie los compra y, mucho menos, los lee. Esa parece ser la norma general. Pero obviamente, hay excepciones. El libro escrito por una ex presidente argentina se transformó no sólo en un fenómeno político, sino también editorial. Y terminó siendo el libro más vendido del país durante el año en el que se editó. Por un lado, el fenómeno podría asemejarse al de un cantante masivo y de culto, que organiza recitales en lugares remotos adonde los fans asisten sin importar la distancia ni los inconvenientes. Por otro, también podría compararse al de un libro inglés, que cuenta las aventuras de un mago en una escuela de magia. Un libro que dio vuelta el lugar común que indicaba que “los chicos de hoy en día no leen”, provocando que los chicos no sólo leyeran, sino que leyeran libros de entre 600 y 800 páginas. A veces, el milagro sucede. Y no es magia.

lluvia de inversiones

Superstición permanente en la que reinciden todos los gobiernos del país. Consiste en imaginar grandes cantidades de dinero que llegarán para generar muchos empleos y recursos que se inyectarán en la economía doméstica para elevar el nivel de vida de la mayoría de la población. Como sucede con muchas otras creencias populares, su ilusión cumple su cometido y logra tener en vilo a buena parte de la gente, que sueña con un golpe de efecto casi mágico que cambie la suerte de su rumbo económico hogareño. En ese sentido se parece más al tipo de ilusión que tienen por lo general los adultos (dios, la independencia de poderes, no nombrar a determinados personajes considerados yeta, el fútbol, el periodismo) que a otro tipo de supersticiones que se van en cuanto se deja la primera infancia, como Papá Noel, el Ratón Pérez o los Reyes Magos, entre otros. El término “lluvia” expresa un optimismo importante, que lleva a imaginar a muchos unas inversiones fuertes, abundantes, insistentes y que dejarán marca. Sin embargo, quienes están pendientes de esta fe sin correlato en la realidad, seguramente se conformarían apenas con una leve garúa de inversiones, una llovizna y hasta una neblina de inversiones. Fenómeno meteorológico-financiero ligado a lo sobrenatural. Se trata, más bien de otra superstición con la que los candidatos han machacado durante largo tiempo a un electorado que, en su mayoría, cree que este fenómeno es o puede ser real. Inclusive entre los más escépticos, que pueden creer que esto no va a suceder, lo que hacen es lamentar que la Argentina no tenga las condiciones dadas para que suceda. Pero no cuestionan el planteo: es más, creen que si las condiciones económico-político-sociales fueran otras, tal precipitación de empresas dispuestas a generar empleo, reactivar el consumo y, por ende, lograr una notable mejoría en el nivel de ingresos de toda la población comenzaría a caer muy pronto sobre el territorio argentino. La lluvia de inversiones es la etapa superior de la superstición de las inversiones (ver). Y si bien la lógica es más o menos la misma, el hecho de sumar un fenómeno meteorológico hace que el asunto se vuelva mucho más exagerado y, por lo tanto, un poco más alejado de la realidad de lo que ya estaba la superstición original. Algo parecido a lo que sucedería si alguien hablara de “lluvia de Papá Noeles”: se trataría de un planteo ridículo e irreal, más ridículo e irreal que hablar de la existencia de Papá Noel. Lo cual no quitaría que pensar que existe Papá Noel es algo ridículo e irreal de por sí, más allá de la exageración del fenómeno climático agregado con posterioridad.

M

machirulo

Machista. Se trata de una forma ridícula de referirse a los machistas. Es un insulto de época, que marca un cambio de paradigma. El insulto, como la mayoría de las zonas del lenguaje, fue históricamente un territorio patriarcal. Piénsese, por ejemplo, en que la palabra “zorro” se empleaba para designar a un tipo astuto, sagaz. Y “zorra” para tildar a una mujer de prostituta, un insulto fuerte. La explosión del movimiento feminista en los últimos años trajo consigo el uso de nuevos insultos. Así “hijo de puta” pasó a ser “hijo de yuta”. Machirulo forma parte de esta nueva generación insultante. Pero el término sólo era utilizado entre círculos sociales pequeños, no era popular. Hasta que una ex presidenta tildó de “machirulo” a un presidente en ejercicio. En ese momento, muchos periodistas y analistas políticos tuvieron que salir corriendo a preguntarles a sus hijas de pañuelo verde qué significaba eso que había publicado en twitter esa ex presidenta. Y el término, entonces, se volvió masivo y popular. Hay quienes dicen que la expresión es la mezcla de machista y chitrulo. Pero también se cree que podría ser la suma de machista y paparulo. Lo cierto es que se trata de un término que confirma la eficacia, a la hora de insultar y de poner en ridículo a alguien, de las palabras terminadas en “ulo”.

Malvinas

Archipiélago situado en el sur de continente americano a la altura de la Patagonia argentina, más precisamente de la provincia de Santa Cruz. Si bien las Malvinas forman parte geográficamente de la Argentina (están dentro de la plataforma marítima argentina), políticamente son una colonia de la Gran Bretaña. El reclamo de soberanía argentina forma parte de uno de los puntos más sensibles y que mayor consenso generan en toda la sociedad argentina. Si bien la posición de la diplomacia argentina ha cambiado con los distintos gobiernos, el afecto de la mayoría de la población hacia ese territorio y, fundamentalmente, el deseo de que las Malvinas sean argentinas, implica a la mayoría de la población. Una población que festejó hasta el punto de vivar a un militar dictador que en un determinado momento decidió recuperar las islas con las armas. El intento duró muy poco tiempo, cosa previsible teniendo en cuenta la enorme disparidad que existe entre una potencia mundial como Gran Bretaña, y un país del Tercer Mundo como Argentina. Poco pudieron hacer las precarias tropas argentinas, formadas básicamente por conscriptos con nula experiencia en combate y con muy pobre armamento y equipamiento para combatir en una zona tan fría. Aquellos combatientes son considerados héroes por la mayoría de la sociedad. Sin embargo, el enunciado no siempre está en concordancia con los hechos, y estos mismos ex combatientes sufrieron la indiferencia de funcionarios y de buena parte de la sociedad que los llamaba “héroes”. Este doble discurso suele estar presente en muchas de las cosas que tienen que ver con las islas: por un lado, el 2 de abril (día en que se conmemora el comienzo de aquella fugaz recuperación de la soberanía sobre el archipiélago) se ven muchas imágenes de Malvinas en las redes sociales, cosa que desaparece casi por completo los restantes 364 días del año; por otro, son contadísimos los argentinos que, en el caso de lograr la soberanía, se iría a vivir a un territorio tan lejano, con un clima tan hostil y con una alta posibilidad de aburrimiento infinito. Más si el fin de la dominación británica produce el cierre de los pubs ingleses, probablemente la única fuente de diversión que tiene actualmente ese horroroso archipiélago árido, frío, lluvioso y poco amigable.

manifestación espontánea

Superstición política y mediática, según la cual existen convocatorias políticas sin ningún tipo de organización. En general, quienes creen que existen tales manifestaciones, suelen considerarlas muy positivas y prácticamente ejemplares. Las manifestaciones espontáneas se ubicarían a las antípodas de las manifestaciones convocadas por partidos políticos, organizaciones sociales, sindicatos, etc. Y eso las haría, según esta superstición, más “puras” y libres de todo cálculo o rédito espúreo. Lo cierto es que, al tener un carácter político, este tipo de manifestaciones sí tienen organizadores y sí tienen gente que las agita, las difunde y las organiza. Quienes hacen una apología de este tipo de movilizaciones suelen apelar siempre a la expresión “la gente” (ver), dejando de lado otras como “pueblo”, cosa que aborrecen por considerarla parte del populismo. Quienes participan de estas manifestaciones suelen asumirse “republicanos” tienen enormes deseos de “terminar con las divisiones entre los argentinos” y ponen como algo fundamental “el diálogo”. Tanto se aferran a estas consignas, que muchos de los participantes en las marchas son capaces de llamar a linchar o fusilar a quienes fomentan “el odio que divide a los argentinos” o masacrar a quienes prefieren las agresiones y no respetan el diálogo.

Mapuche

Pueblo preexistente a la conquista española en América, que habita la región patagónica cerca de la cordillera de los Andes, en el territorio que hoy ocupan las provincias argentinas de Neuquén, Río Negro y Chubut, y la zona del hoy territorio de Chile a esa misma altura, del otro lado de la cordillera. Contrariamente a lo que muchos creen, los mapuches no tienen ambiciones imperialistas, ni viven en grandes mansiones, ni poseen armas de guerra, ni buscan exterminar a nadie. Tampoco son muchos. Los pocos mapuches que hay viven en comunidades aisladas, autogestivas, con pocos recursos y sin demasiado contacto entre ellas. Esta autonomía entre las comunidades hace que los reclamos a veces sean muy diferentes, así como la forma de actuar al reclamar por sus derechos. Básicamente, el reclamo que le hacen al Estado argentino es el de tener tierras donde vivir. Aunque a veces también suelen sumar otros reclamos: que dejen de matarlos, que no les quemen las casas, que no los torturen, etc. Esta suma de reclamos suele ser considerado un exceso por parte de autoridades estatales, propietarios de tierras y medios de comunicación afines a autoridades y propietarios de tierras. Algo que no deja de ser cierto pues, como se ve, los reclamos mapuches son muchos y muy variados.

meme

Chiste de la era digital. Como todo en la era digital, se propaga a altísima velocidad. El alcance de los memes y la viralización instantánea que logran, dejan en evidencia lo fácil que es lograr que un discurso llegue a una enorme cantidad de gente de manera instantánea. Y lo sencillo que resulta modificar los hechos para contar una verdad al antojo de quien tiene más recursos. Un hecho que resulta una novedad en la historia del mundo: tiene apenas entre 10 y 15 mil años. Los memes tienen la propiedad de resultar irresistibles para todo el mundo, pues existen memes para todo el mundo. Aún para quien a priori los considera una pérdida de tiempo, encontrará la excepción y dirá: “No me gustan los memes, pero…”, y señalará alguno al que le encontrará inteligencia, ingenio, agudeza y quien sabe cuántas cosas más. Los memes son una verdadera pandemia. Y en épocas de aislamiento social, cuando las comunicaciones se restringen sólo al intercambio cibernético, se multiplican y aparecen nuevos personajes y nuevas sagas. A tal punto que la pregunta que surge es: “Cómo habrán hecho en la Edad Media para aguantar la peste negra, si entonces no existían los memes?”

mercados

Factor de poder que maneja el curso de la economía. No se sabe muy bien cómo funciona, ni a quiénes nuclea, ni si individualmente, los miembros de esos “mercados” tendrían el poder de fuego que tienen. Pero sí se tiene la certeza de que del humor y el desempeño de esos mercados depende el rumbo económico del país y, por ende, la continuidad o no de un proyecto político. Los mercados son capaces de hacer subir las acciones, el dólar, los precios y hasta el salario, aunque nunca han demostrado poner demasiado énfasis en este último punto. Los mercados se presentan siempre así, en plural, aunque no se tiene mucha certeza de que exista, individualmente, un mercado que constituya ese plural. El poder de fuego de los mercados parece infinito. Demasiado grande por tratarse de algo que no tiene rostro, ni se sabe muy bien cómo funciona ni qué personas lo integran. La medida más extrema que pueden tomar los mercados es el golpe financiero (o golpe de mercado, ver), cataclismo capaz de hundir a buena parte de la población en la miseria y, lógicamente, provocar el fin de un Gobierno.

meritocracia

Término que se volvió popular cuando apareció mencionado en la publicidad de un automóvil, pero que tiene una larga tradición en el lenguaje de ciertos sectores de la sociedad. Se trata de sectores que piden “mano dura”, piden a los alumnos que toman las escuelas por mejor calidad educativa “que vayan a estudiar” y les ordenan a quienes cortan las calles pidiendo aumento de salarios o, directamente, trabajo, “que vayan a laburar”. La meritocracia es la utopía de una sociedad regida por los méritos que hace cada persona para prosperar. Lo cual no necesariamente está mal. Pero el término siempre termina vinculado al estereotipo de la persona a la que le va bien desde el nacimiento, por ser rica y, por lo tanto, de gustos caros y refinados. Todo eso acompañado de los estereotipos étnicos y sociales de las personas ricas: rubios, de tez blanca, ojos claros. Curiosamente, quienes pretenden que la sociedad se rija por los parámetros de la meritocracia, en su mayoría no tiene mayores méritos para llevar adelante emprendimientos que redunden en mayor bienestar general.

ministerio

Dependencia del Poder Ejecutivo que se ocupa de administrar las políticas de las áreas que un Gobierno considera relevantes. En general, cada Gobierno cambia el sistema de ministerios y crea algunos nuevos como para marcar una agenda. Cuando un Ministerio deja de serlo para transformarse en Secretaría es porque a ese Gobierno el área le importa bastante poco. Pero los ministerios tienen también una contracara: suelen funcionar, sobre todo en sus niveles bajos y medios, como bolsa de trabajo para las estructuras políticas. Esto último, si bien es cierto, también sirve como excusa para quienes quieren despedir gente del Estado, pues cree (o hace creer) que de ese modo bajará el “gasto público” (ver). En realidad, tan cierto como el hecho de que los gobiernos suelen usar los ministerios para favores políticos, es que la incidencia de la reducción de puestos laborales en ministerios no redunda en una baja significativa del “gasto público”. Por no mencionar el hecho de que quienes supuestamente pretenden eliminar puestos laborales de los ministerios, lo que en realidad buscan es reemplazar a esa gente por otra de su propio signo político. De ese modo, los ministerios siguen utilizándose como bolsa de trabajo. Pero con otro color político. Lo cual demuestra que la diferencia entre el populismo y quienes defienden la república es profunda e insondable. 

monotributista

Persona que paga un impuesto para poder cobrar legalmente un sueldo. Para ello, el trabajador debe hacer un trámite en el fisco, sacar una clave e imprimir (por su propia cuenta) un talonario de facturas. Con esto queda constancia ante el Estado que existió una relación laboral ocasional entre quien realiza la factura y quien recibe la factura. Algo así como un working touch and go. La condición de monotributista de un trabajador le permite ejercer su liberdad de trabajar con quien quiera, sin tener un patrón ni un sueldo fijo y así poder incrementar sus ganancias. Eso sí, si se incrementan mucho las ganancias, el trabajador debe subir en la categoría del monotributo y pagar más al Estado. Claro que, cuando esto ocurre, el Estado puede contar con más recursos para ocuparse de la salud pública, la educación pública, la justicia, la seguridad y todo aquello que hace de este un país ejemplar. Además, como se dijo, la libertad del trabajador está garantizada. Alguien podrá agregar que el precio que se paga por esa liberdad es la renuncia a tener vacaciones pagas, indemnización y seguro social. Pero se sabe que la libertad no tiene precio.

movilización

Reclamo colectivo y activo, con gente saliendo en la calle para exigir mejores condiciones de vida. La movilización puede ser para pedir incrementos salariales, para defender la fuente de trabajo, para cambiar o promulgar una ley, etc. Entre los sectores que movilizan permanentemente, los sindicatos son los más activos, pues se ocupan de reclamos puntuales, de coyuntura inmediata. Claro que los sindicatos (así como muchos otros sectores que suelen movilizarse en las calles) son muy selectivos a la hora de convocar a la gente. La dirigencia sindical puede quedarse callada frente a determinadas medidas que se vislumbran como fuertemente nocivas para la mayoría de los trabajadores. Pero si esa dirigencia tiene un nivel de acuerdo con esos gobernantes, seguramente el nivel de confrontación sea mínimo. Por el contrario, si el Gobierno es del signo opuesto al de los sindicatos, estos aprovechan para mostrarse combativos y volver a ensayar épicas para su accionar, con la intención de lograr seducir a los representados.

movimiento social

Especie de colectivo humano que, si bien tiene un claro objetivo político, no necesariamente forma parte de un partido; y que, si bien podría pensarse en una organización sindical, no es exactamente un sindicato pues, en la mayoría de los casos, quienes lo conforman son desocupados. Los movimientos sociales surgieron como una organización de gente que se había quedado sin organización por no tener trabajo, ya sea por haberlo perdido o porque, directamente, nunca se insertó en el mercado laboral. Y cuando desde el Estado se quiso reparar esa situación con subsidios, se hizo a través de los movimientos sociales. Esto generó que los movimientos sociales que no estaban encuadrados con ninguna organización política, terminaran cooptados por el oficialismo que premiaba o castigaba a los movimientos, de acuerdo a la simpatía que mostraran por el Poder Ejecutivo de turno. Algunos movimientos muy leales al Gobierno que los financiaba lograron manejar muchísimos recursos y en algunos casos sus dirigentes (que supuestamente vivían en la pobreza) se transformaron en millonarios que pasaron a manejar otros negocios, como el juego, la droga, la prostitución, las armas y el reparto de tickets canasta. Es decir, nada que no hubiera sucedido antes con el sindicalismo, la política, el fútbol, la cultura, las oenegés y, básicamente, cualquier actividad humana. De todos modos, sería injusto generalizar y decir que este accionar delictivo se extendió hacia todos los movimientos sociales: apenas involucró a un 80 o 90 por ciento de los movimientos. Como sucede con cualquier actividad humana.

N

ni una menos

Frase que hizo furor en las redes sociales como hashtag. El término se transformó en un grito colectivo urgente, una expresión que sintetiza un hartazgo y un reclamo social frente a una serie de crímenes, en este caso de mujeres, a causa de femicidio (ver). La frase se volvió masiva cuando muchas personas empezaron a sacarse fotos con carteles donde se leía “ni una menos”. Y enseguida surgió una movilización para reclamar por el fin del femicidio, del machismo y de la violencia contra las mujeres. Como toda convocatoria masiva y transversal, se sumó muchísima gente que, se cree, no habría mostrado en su accionar político y mediático una gran preocupación por desterrar cultural y políticamente el machismo. Los casos más notorios fueron los de un ministro, un secretario de Estado, un jefe de Gobierno y un muy conocido dirigente del fútbol y también empresario, productor y conductor televisivo.

Ñ

ñoqui

Persona que tiene puesto en el Estado como empleado, pero que en realidad no va nunca a trabajar. Que sólo se lo ve para los días 29, cuando tiene que cobrar su sueldo, por el que no trabajó. Por eso, por la costumbre de comer ñoquis los días 29, es que se los conoce así. Se trata de puestos políticos, de gente que entra a cobrar un sueldo para militar en el partido de gobierno. Tan fala fama (justamente ganada) tienen los ñoquis, que se transformaron en el pretexto perfecto para cualquier Gobierno que en nombre de “bajar el gasto” o “terminar con el déficit fiscal”, en realidad quiere realizar despidos.

O

oenegé

Cantera de burocracia paralela al Estado. Su nombre viene de a sigla ONG, que significa Organización No Gubernamental. O sea, la forma de hacer caja y mantener vigente una bolsa de trabajo cuando se ha dejado del Gobierno. Las oenegés suelen estar dedicadas a tareas sobre las que existe amplio consenso en apoyar, como erradicar el hambre en el mundo, terminar con la guerra, abolir el racismo, salvar la vida de los niños o evitar la extinción de especies animales. Y aunque simpre (o casi siempre) hay gente que se dedica apasionada y desinteresadamente a esto, en general la mayor parte de lo recaudado por las oenegés (ya sea por donaciones de privados o por subsidios estatales) termina destinándose al funcionamiento de la oenegé. Es decir, sueldos de personal administrativo, alquiler, marketing, prensa y difusión. La calidad del material de difusión de las oenegés suele ser inversamente proporcional a los logros en la materia de la que se ocupan. Pero así logran captar la atención de estrellas del cine, la música y el espectáculo, que se suman a crear conciencia sobre los problemas del mundo que jamás se resolverán. Al menos, que jamás resolverán las oenegés.

offshore

Sociedad comercial radicada en un país donde existen el secreto bancario y poco o nulo control impositivo, y que está ubicado muy lejos del que pertenece la  empresa en cuestión. Esta sociedad se constituye exclusivamente para lavar dinero producido en actividades ilegales. Aunque oficialmente no tiene ese propósito, en los hechos no existe otro motivo para crear una sociedad offshore. Sin embargo, lejos de ser una actividad legal, crear una sociedad offshore es algo perfectamente legal. Tanto como lo son otras actividades fraudulentas como fundar o administrar un banco, o como lo fueron en el pasado la esclavitud, la prohibición del voto de la mujer o el apartheid. 

ojota con media

Inmoralidad estética argentina que, además, es un contrasentido climatológico. Se supone que las ojotas se usan en días calurosos o cuando se sale de la ducha. En ninguno de los dos casos es posible la convivencia con las medias. ¿Para qué usar medias si hace calor? ¿Y para qué si se sale de la ducha? En todo caso, si hace frío, sí van las medias. Pero luego, otro calzado: zapatos, zapatillas, botas, etc. La ojota con media cobró relevancia política cuando un ex ministro de economía de casi 80 años usó ese atuendo (combinado con bermuda y chomba adentro de la bermuda) para contarle al mundo que pensaba ser candidato presidencial por la oposición. El anuncio se hico poco después de que el presidente posara en crocs para instalarse como candidato a la reelección oficialista. Si la posibilidad de un país en crocs encendió todas las alarmas, la respuesta de ojota con media obligó a mucha gente a pensar seriamente en la posibilidad de un exilio.

opo (la)

Ver Oposición. Nombre con el que desde algunos sectores mediáticos oficiales de algunos gobiernos se solía denominar a la Oposición.

oposición

Arco político que comprende a todos los sectores que no forman parte del oficialismo. Aunque hay que aclarar que muchos (cuando no la mayoría) de esos sectores que hoy son oposición fueron parte del oficialismo en otro momento, ya sea hace tres minutos, tres días, tres meses o tres años. La Oposición se llama así porque su principal virtud es la de oponerse. Y la Oposición se opone mucho más cuando el Gobierno tiene mayoría en ambas cámaras del Congreso y puede hacer lo que se le canta. Entonces la Oposición se opone en bloque, sin importar lo que proponga el Gobierno. Cuando el oficialismo no tiene mayoría absoluta, debe negociar con algunos sectores de la Oposición. Y allí la oposición tiene matices, que tienen que ver con los niveles de acuerdo que puede alcanzar con el partido gobernante. En cambio, cuando la mayoría es absoluta se produce una paradójica sobreactuación de ambas partes: por un lado, en el Gobierno califican a la Oposición como “máquina de impedir”, cuando en realidad los votos de los legisladores no le alcanzan para impedir nada, apenas para quejarse en algunos medios; y en la Oposición califican al Congreso como “una escribanía del Ejecutivo”, olvidando que el oficialismo llegó a esa instancia por haber ganado las elecciones y que la Oposición se encuentra en ese punto por haberlas perdido.

P

P.A.S.O.

Sigla que significa Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Elecciones anticipadas antes de las elecciones, que permite dirimir quiénes van a ser los candidatos que realmente competirán por las elecciones válidas. Si la política fuera fútbol y cada elección un Mundial, bien podríamos decir que las PASO son las eliminatorias de cada comicio. Y así como en las eliminatorias se presentan selecciones como Venezuela, Bolivia, Haití, Islandia o Luxemburgo, en las PASO se presentan una gran cantidad de partidos cuyo papel es meramente decorativo. Y lo de decorativo es textual: poco antes de las PASO, cada territorio donde se realizará un comicio se ve tapizado por afiches y volantes de centenares de partidos, frentes y organizaciones políticas que, en su inmensa mayoría, resultan totalmente desconocidas para casi todos los votantes. Las PASO sirvieron para que algunas fuerzas minoritarias (principalmente trotskistas), históricamente enfrentadas a pesar de tener diferencias políticas ínfimas, se unieran para así llegar a los comicios generales con un frente común. Y ese frente, producto de las PASO, permitió que por primera vez en la historia el trotskismo argentino tuviera alguna representación parlamentaria. A pesar de eso, resulta aventurado pensar que la creación de las PASO fue una medida impulsada desde la Cuarta Internacional. Eso sí, a juzgar por el gran negocio que representan, suena verosímil que las PASO hayan sido impulsadas por alguna imprenta especializada en cartelería electoral. Aunque justo es advertir que este dato no ha sido debidamente chequeado.

países serios

Conjunto de países que, supuestamente, tienen reglas y leyes que protegen a los seres humanos de bien e impiden el desarrollo del accionar de los seres humanos de mal. En los países serios se supone que la justicia funciona correctamente, que las instituciones son ejemplares y que educación de los ciudadanos y ciudadanas hace que la convivencia entre la gente sea armónica y placentera. No siempre en los supuestamente “países serios” todo funciona tan correctamente, y en la mayoría de los casos, esas sociedades con mayor igualdad social y con bajos índices de pobreza se sostienen sobre la explotación que esos gobiernos y que las grandes empresas de esos países realizan en naciones más pequeñas, del tercer mundo, donde no son tan respetuosos de las leyes y el funcionamiento institucional como sí lo son en sus países de origen. Es decir, en los “países serios”.

Panamá

País donde comienza centromérica. Existía allí un cisma, el lugar donde más cerca en toda América estaban de juntarse los océanos Atlántico y Pacífico. Precisamente allí los estadounidenses construyero el famoso canal para que los barcos pudieran hacer la ruta interoceánica. Antiguamente, Panamá formaba parte de Colombia. Pero Estados Unidos promovió la independencia para quedarse con el control del país y, sobre todo, con el paso interoceánico. Desde entonces, Panamá ha servido a los intereses económicos de gente vinculada con Estados Unidos. No es de extrañar, pues, que el país que nació gracias a la construcción del canal, un siglo después se transformara en un importante paraíso fiscal, donde lavan plata gobernantes de todo el mundo. Pero además, Panamá es un lugar que puede ser elegido por más de un veraneante para ir a pasear por sus playas (recordemos que es un hermoso país del Caribe) o a gozar de sus ritmos afrocaribeños, especialmente la salsa y sus derivados. Todo esto hace que el país sea un excelente destino para embajadores y funcionarios nacionales a quienes les guste vivir de joda y no dedicarse a temas algo más engorrosos como los vínculos comerciales con otros países.

Panamá papers

Información detallada de archivos secretos sobre los vínculos económicos de importantes líderes políticos de todo el mundo con grandes grupos económicos vinculados al lavado de dinero y, por ende, al crimen organizado y el narcotráfico. Lo curioso fue que esta denuncia fue hecha por un gran equipo de periodistas de todo el mundo, que decidieron trabajar juntos en una única investigación global. La publicación de esta gigantesca y valiosa información demuestra la existencia de dos cosas que se creían extinguidas o que nunca habían existido: 1) El periodismo de investigación serio y no atado a ningún partido político. 2) La posibilidad de que un grupo de periodistas hagan periodismo, aún a costa de dejar de lado el ego que les produce dar a conocer una información tan importante.

pandemia

Epidemia mundial. No hace falta aclarar los males que puede ocasionar una peste planetaria, que de eso se trata la pandemia. Es hora también de analizar los efectos positivos del asunto, sobre todo en términos políticos y del rédito que puede sacar un gobierno de esto para fortalecer su capital político. Por un lado, al tratarse de un fenómeno global, cualquier gobierno queda exento de responsabilidades, pues siempre habrá en el mundo algún gobernante que esté haciendo las cosas peor. Por otra parte, al ser muy delgado el límite entre la responsabilidad de una conducción nacional y la de una catástrofe mundial, todo error local se licúa. Esto produce efectos rarísimos, como el hecho de que, en la Argentina, la mayoría de los sectores progresistas de la población naturalicen la celebración del Día de la Memoria sin poder salir a la calle y con los patrulleros y la Gendarmería custodiando los barrios. Nunca un 24 de Marzo fue tan parecido al de 1976 desde la recuperación democrática. Sin embargo, nadie salió a cuestionarse eso ni siquiera por un momento.

pañuelo

Trozo de tela que durante muchos años ha tenido dos acepciones para dos usos bien distintos: 1) Sonarse la nariz y sacarse los mocos. 2) Abrigarse el cuello, como una especie de versión tibia o de media estación de una bufanda. Muchas mujeres utilizaban también pañuelos en la cabeza, como vincha o para preservar algún peinado. Algunos hombres usaban una tercera acepción, como ornamento en el bolsillo de un saco, dejando sobresalir una punta, de un color que al mismo tiempo contrastara y combinara con el del saco. La acepción 1 está prácticamente en desuso, puesto que en la actualidad se utilizan sólo pañuelos de papel, descartables. El uso de un pañuelo de tela para los mocos es casi tan extraño como el uso de pañales de tela, no descartables. En cuanto a la acepción 2, continúan en vigencia. Tanto para el cuello, como para la cabeza. Y desde fines de la década del 70 hasta la actualidad, el pañuelo, en esta versión 2, se ha convertido en un fuerte símbolo político.

pañuelo blanco

Usado en la cabeza es el símbolo de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Su origen se remonta a fines de los años 70, cuando madres y abuelas de desaparecidos reclamaban la aparición con vida de sus familiares que no habían vuelto a ver. Para protestar, esas mujeres comenzaron a reunirse en Plaza de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires, llevando pañales, que en ese entonces eran de tela, blancos y no descartables. El pañal pronto pasó a ser un pañuelo blanco, con el nombre del desaparecido (o desaparecida) y la fecha en que se lo habían llevado. Desde entonces, en la Argentina, el pañuelo blanco se transformó en un símbolo de la lucha por la memoria, la verdad y la justicia.

pañuelo celeste

Fue la respuesta que construyeron los militantes anti derecho (que se oponen a la legalización del aborto) para oponerse al pañuelo verde. La elección del color celeste es llamativa: de acuerdo a los patrones heteropatriarcales, el celeste es un color asociado a los hombres, en contraposición al rosa, que es el color de las mujeres. Esto es algo que durante muchos años se estableció como norma para los niños al nacer. La mayoría de los militantes anti aborto se sentiría identificado con este cromatismo binario, consecuente con una concepción binaria de la sexualidad. Y es justamente dentro de esa tradición que se elige, para opinar sobre algo que ocurre en el cuerpo de la mujer, un calor vinculado históricamente con los hombres. La difusión del pañuelo celeste fue infinitamente menor a la que logró el pañuelo verde. Y si alcanzó, como símbolo, cierta notoriedad, fue por oposición al color insignia de quienes luchan por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

pañuelo verde

Símbolo de quienes reclaman la legalización del aborto. Desde su fundación, la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito eligió el pañuelo verde como identificación. Pero fue durante el debate parlamentario de la ley que el pañuelo verde se transformó en una bandera. Tanto que en su desesperación, varios militantes anti derecho salieron a quejarse por lo que, decían, era una “banalización del debate” pues, creían, el pañuelo verse se había transformado en “una moda”. Y hay que reconocer que no les falta razón en esto último: la moda es la confirmación de que un reclamo (o lo que fuera) ha logrado volverse masivo. Hoy es muy común ver a las chicas adolescentes y jóvenes llevar sus pañuelos verdes en el cuello, en las muñecas o colgados en carteras o mochilas. El uso se volvió tan generalizado que hay varios vendedores callejeros que lo venden. Obviamente, no lo hacen como militancia, sino como forma de ganarse un mango. Pero es bien sabido que los vendedores callejeros sólo ponen en su manta aquello que saben que se puede vender. Y el pañuelo verde se transformó en un objeto de consumo.

papel higiénico

Elemento de uso cotidiano al que no se le presta mucha atención. Sin embargo, con la irrupción de una pandemia y su consecuente cuarentena puede alcanzar un protagonismo impensado. Y la gente puede salir desesperadamente a comprar grandes cantidades, quién sabe por qué extraña suposición o superstición. En los hechos, no hay nada que el papel higiénico pueda hacer para prevenir una enfermedad. Si bien es un elemento de higiene, no es un elemento de higiene vital, como puede ser la lavandina, el jabón o el alcohol. Sin embargo, puede transformarse en objeto fetiche que la gente necesita tener en grandes cantidades para saciar su angustia. Es algo así como un placebo para el efecto psicológico de la pandemia y el encierro. Claro que este efecto dura poco, porque transcurridos unos días de encierro, el papel higiénico vuelve a aparecer en los almacenes y en las góndolas de los supermercados. Puede que sea porque la gente se dio cuenta de que con lo acumulado alcanza y sobra, y no haya salido a comprar más. O, quién sabe, tal vez esa misma gente entendió que, una vez abastecida de papel higiénico, el siguiente paso era ir por algo igualmente central en la vida de las personas: la levadura. 

paraíso fiscal

País donde se puede guardar cualquier dinero sin justificar su origen. Es decir, donde se guarda la plata obtenida mediante acciones ilegales o fraudulentas, a pesar de que las empresas o las cuentas creadas en los paraísos fiscales con perfectamente legales. La mayoría de estos países está ubicado en paradisíacas islas del Caribe, con lo cual lo de “paraíso fiscal” es un juego de palabras que se aplica tanto a las condiciones fiscales e impositivas ventajosas, como a las playas, el sol y la temperatura del mar. Si bien históricamente el paraíso fiscal por definición era Suiza, hoy los empresarios prefieren paraísos fiscales más recientes. Podría decirse que, en una analogía con los barrios porteños, Suiza vendría a ser Recoleta, Islas Caimán vendría a ser Puerto Madero, y Panamá vendría a ser Palermo Hollywood.

Partido Justicialista

Partido político que solía ser la expresión electoral del peronismo, y que desde hace algún tiempo pasó a ser apenas una más de las opciones electorales y partidarias que tiene el peronismo. Se supone que el PJ (se lo conoce así, por sus siglas) debería ser la expresión “oficial” del peronismo partidario y electoral. Pero en los últimos tiempos se ha comprobado que el candidato o la candidata que llevan el sello del PJ no siempre resultan los más votados, ni siquiera dentro del propio peronismo. A lo largo de su historia, el PJ ha sufrido toda clase de atropellos, persecuciones, violentas disputas internas, etc. A comienzos de los años 80, un congreso en el teatro Odeón incluyó un enfrentamiento entre bandas armadas, lo que terminó siendo el nacimiento de lo que se llamó “renovación peronista”. Veinticinco años después, el PJ fue intervenido de manera muy poco clara y arbitraria, a raíz de una medida judicial. Como interventor del PJ nombraron a un dirigente peronista (un ADN no muy difícil de verificar) muy cercano al Gobierno y enemistado con quienes mantenían el control del PJ. No se trata aquí de intentar buscar “buenos” o “malos” (una tarea que podría resultar tan difícil que bien podría calificarse como “insalubre”), ni a defender a quienes estaban en detrimento de quienes llegaron cuando se dispuso la intervención. Se trata, simplemente, de llamar la atención sobre una decisión judicial muy poco clara, más que de ponderar a una determinada dirigencia. Por último, es bueno destacar que las dos personas que nombró el interventor para acompañarlo en la dirección del PJ son dos “dirigentes” que hace tiempo que no dirigen a nadie. A cambio, lograron una gran popularidad gracias a la presencia de un programa político lleno de panelistas. Fue seguramente esta irrupción mediática la que los llevó a dirigir el partido político más grande del país.

pasante

Persona que tiene un trabajo ocasional, por poquísimo dinero, cuando hay dinero. Hay pasantes (muchos, la mayoría) que trabajan gratis. Y hay también pasantes que pagan para realizar un trabajo, algo que habla tanto del empleador como del empleado que acepta esas condiciones. Lo que se le ofrece al pasante es la posibilidad de aprender bien el oficio o profesión, y de tener algo importante que poner en el currículum. Esto importante sería el trabajar en una empresa supuestamente seria y reconocida. Porque para muchos de los empleadores la imagen de una empresa no se ve manchada por el hecho de humillar trabajadores. Al contrario: así como hay gente que cree que el alcohol o la marihuana son las puertas de acceso a las drogas duras, la pasantía es la puerta de entrada a una vida de humillación laboral. Y esto, a diferencia de lo que se dice sobre el alcohol y la marihuana, no es una creencia ridícula.

pata peronista

Sector peronista que se incorpora a un proyecto político no peronista o que no está encabezado por el peronismo. La pata peronista se incorpora, en general, cuando un proyecto político no peronista siente que puede ser derrotado electoralmente por un proyecto político netamente peronista o encabezado por el peronismo. Se recurre a la “pata peronista” cuando se quiere crear la idea de que allí donde se suponía que no había peronismo, en realidad sí hay peronismo. En ese sentido, la “pata peronista” actúa en un proyecto político sospechado de poco peronista (o antiperonista, o gorila) del mismo modo que funciona un “amigo judío” en una persona sospechada de antisemita.

patas en la fuente

Gesto fundante de la mitología peronista. Todo se remonta a la histórica jornada del 17 de octubre de 1945, cuando una multitudinaria manifestación popular reclamó en las calles la liberación del entonces Coronel Juan Domingo Perón, que había sido detenido. Aquella fue una jornada de calor y algunos manifestantes, que habían llegado de remotos lugares del Conurbano, se refrescaron metiendo los pies en la fuente de Plaza de Mayo. El momento quedó registrado en una fotografía, que luego se utilizaría para denostar a los peronistas, por carecer de normas de convivencia y, por lo tanto, de modales republicanos. Meter las patas en la fuente fue desde entonces un lugar común peronista, una leyenda popular sólo comparable a encender un asado con el parquet. Con una diferencia: no existe registro visual alguno de un asado hecho con parquet. Como todo gesto fundante, tuvo todo tipo de lecturas. El gesto es detacado de manera magnífica en dos obras maestras del arte contemporáneo: la película “Perón, sinfonía del sentimiento” (de Leonardo Favio), y un poemario de Leónidad Lamborghini titulado, precisamente, “Las patas en la fuente”. Pero también tuvo una versión un poco menos poética pero mucho más extrema, cuando un ex vicepresidente de la Nación, un ex vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires, y dos dirigentes sociales (los cuatro con una intención de voto de entre 0,3 y menos 1,8) se sacaron una foto emulando aquel momento, con las patas en la fuente y los dedos en V, para promocionar el lanzamiento de su partido político, como una forma de hacer explícita su pertenencia peronista.

perdón

Reconocimiento público de un hecho vergonzante o de un error. La política argentina no es muy rica en autocrítica y, por lo tanto, en perdones. Pero hubo algunas excepciones que, por ser tan pocas, logran una relevancia especial. Por un lado, el perdón de un ex presidente que, a poco de ser elegido, organizó un acto en uno de los centros clandestinos de detención de la última dictadura cívico, militar y religiosa. A pesar de que este presidente sobreactuó demasiado su supuesto papel durante la resistencia a esa dictadura (no hubo resistencia alguna: los matices van de la indiferencia hasta una leve complicidad y, por otra parte, el riesgo de las fuerzas armadas como factor de desestabilización política era nulo, con lo cual eran un blanco muy fácil) este pedido de perdón ubicó a este presidente como un paladín de los derechos humanos y la lucha contra los genocidas. El más reciente pedido de perdón lo protagonizó el Ministro de Economía en España. Allí el ministro pidió perdón por la estatización de una empresa española que poseía la explotación petrolera en la Argentina. Luego de esta estatización, la empresa pasó a ser una sociedad con control estatal. Hay que destacar que, lejos de haber sido expropiada (algo que podría haber justificado al menos un poco más el pedido de perdón del ministro), la empresa fue vendida al Estado argentino, a un valor de venta mucho más alto que el que tenía, según cotización internacional. Antes que estos dos pedidos de perdón, hubo otro: “Perdón Bilardo” rezaba una bandera en el estadio Azteca, México, en 1986, cuando se jugó la final del Mundial de aquel año. Carlos Bilardo era técnico de la Selección y, antes del comienzo del Campeonato del Mundo, fue duramente cuestionado por los medios y los hinchas, por el juego muy pobre que desplegaba el equipo.

periodismo de investigación

Rama del periodismo que se ocupa de llevar adelante trabajos que denuncian situaciones de injusticia. En teoría, el periodismo de investigación necesita de mucho tiempo para, valga la redundancia, investigar. Con la precarización laboral entre los periodistas, el periodismo de investigación se torna muy poco solventable. Si existe aún en alguno de los grandes medios es por la presencia de un aliado fundamental, injustamente ignorado a la hora de hablar de quiénes sostienen el periodismo de comunicación: los servicios de inteligencia. Los carpetazos (ver) que difunden los espías son muy detallados y suelen incluir pruebas contundentes: facturas, gastos, fotos, audios y mensajes de todo tipo. Gracias a este desinteresado aporte de los servicios de inteligencia, el periodismo de investigación puede mantener bien alto su buen nombre y honor.

pescado podrido

Información que, a pesar de saberse falsa, de todos modos se difunde. Dichas informaciones suelen formar parte de operaciones (ver) armadas para minar la credibilidad de una persona. Esto resulta curioso, porque muchas veces la “venta de pescado podrido” (la difusión de este tipo de informaciones o “pescado podrido” suele denominarse “venta”) se lleva adelante con gente que no tiene mucha buena reputación para destrozar. En esos casos, más que intentar decirle a la opinión pública “cuidado que esta persona es flor de garca”, más bien se intenta explicar: “No hace falta que se los recuerde porque es demasido obvio, pero, como ustedes ya saben, esta persona es flor de garca”. Aunque también es bueno aclarar que muchas veces la venta de pescado podrido se utiliza para manchar a personas a las que resulta difícil armarles un buen carpetazo (ver).

pistola táser

Arma eléctrica con un nombre que remite al apodo y al apellido de un posible futbolista (Pistola Táser bien podría ser el centrodelantero de Belgrano de Córdoba, por ejemplo), y con un uso disuasivo. La pistola actúa mandando descargas eléctricas e inmoviliza a la persona o al animal a quien se le aplica, porque produce una alteración y relajación en los músculos. No es un arma de fuego: es una e-arma, nombre que algunos dirigentes quieren imponer (aunque sin éxito) para hacer más ameno su aplicación legal por parte de las fuerzas de seguridad. Su uso fue aprobado por el gobierno porteño y la policía de la ciudad de Buenos Aires, que utilizaron parte de su presupuesto para comprar varias de estas pistolas para poner en manos de los agentes. Sus detractores critican su uso pues consideran que se parece a una picana. Pero nada que ver: si bien la forma de uso y las consecuencias físicas son bastante similares, la picana se usó en dictadura y en la clandestinidad, y la pistola táser en democracia y a plena luz del día. Pero además existe una diferencia fundamental: la picana se llama picana y la pistola táser se llama pistola táser. O sea, son cosas completamente distintas que no tienen nada que ver una con la otra. 

planes sociales

Subsidios que el Estado le asigna a las personas más pobres que, además de pobres, no tienen y no consiguen trabajo. Los planes sociales se asignan a las organizaciones sociales, que a su vez crean cooperativas de trabajo, donde esas personas que reciben los planes pueden tener un trabajo a cambio de un plan. Los planes sociales tienen la paradoja de ser un paliativo y una cristalización de la pobreza. Paliativo porque de esta manera las personas que no tienen nada y viven fuera del sistema pueden tener al menos algo de dinero para subsistir. Y cristalización porque los planes sociales terminan siendo una forma de perpetuar esta situación de pobreza, ya que quienes los reciben resultan rehenes de esta situación. Existe un discurso bastante extendido en buena parte de la población que intenta demonizar los planes sociales. Pero no por perpetuar el problema, sino porque se considera injusto que la gente los reciba. Quienes sostienen este discurso creen que el Estado no tendría que darles ninguna clase de ayuda a la gente más pobre, pero tampoco dicen qué es lo que debería hacerse con esas personas. Este discurso suele esconder el deseo de exterminar a la gente más pobre, aunque no siempre se digan las cosas de esa manera. No siempre, porque a veces sí.

plataforma electoral

Anacronismo programático. Conjunto de medidas que los partidos políticos solían presentar antes de las elecciones, donde se explicaba qué iban a hacer en caso de llegar al Gobierno. La plataforma solía tener una larguísima lista de medidas, donde cada fuerza electoral daba respuestas a la sociedad sobre casi todo: educación, economía, jubilaciones, salud, cultura y un larguísimo etcétera. Las larguísimas plataformas fueron reemplazadas por un par de consignas concretas sobre pocos temas. La elección presidencial de 1989 marcó un quiebre en ese sentido, porque el candidato ganador sólo propuso como ejes de su campaña la “revolución productiva” y el “salariazo”, en una presunta apuesta por la industrialización y los aumentos de sueldo. La brevedad de las consignas no fue motivo suficiente para que, luego del triunfo, estas consignas se llevaran adelante. Desde entonces, las plataformas electorales no existen o están tan bien escondidas que nadie sabe muy bien dónde se guardan. La mayoría de los responsables de las principales agrupaciones y coaliciones cree que las plataformas “no tienen nada que ver con la política moderna” y que fue por eso que se dejaron de usar. “Todo eso es muy siglo XX”, explican los encargados de campaña, anteriormente conocidos como “militantes”.

populismo

Fantasma al que apela el “republicanismo” para llevar adelante medidas poco populares. El populismo sería el “pan para hoy, hambre para mañana” de las medidas económicas y sociales. Es decir, un uso irresponsable del erario, para obtener beneficios inmediatos (que, políticamente, redundan en votos), dejando de lado cualquier visión estratégica de país. El problema es que el término suele ser denostado principalmente por quienes sí tienen una visión estratégica de país, pero que excluye a una mayoría de la población. Mientras el populismo contiene a los pobres con planes sociales y parches que les permite mantenerse en la pobreza pero con cierto alivio, la mayoría de quienes lo combaten no contemplan ni siquiera ese alivio. Quienes denostan el populismo acusan a esta corriente de mantener a los pobres en esa condición para hacerlos rehenes del voto. Y más allá del mito de entregar una zapatilla antes de una elección y completar el par luego del sufragio (algo que muchas veces se ha implementado de manera literal), el populismo sí existe y sí busca en los pobres a sus principales rehenes políticos. Pero es de destacar que los pobres muchas veces prefieren la mano interesada pero levemente caritativa del populismo que la ausencia del republicanismo a la hora de parar la olla para llegar a fin de mes de una manera más o menos potable, aunque sea dentro de la miseria y de la desesperación.

prisión preventiva

Acción que consiste en enviar a la cárcel a un acusado que no tiene sentencia firme. Si bien la figura jurídica existe, en teoría debe usarse como excepción, sólo en casos en que esos acusados puedan llegar a entorpecer una investigación o corran peligro de fugarse. En la realidad, las cosas funcionan de un modo muy diferente y más del 50 por ciento de los procesados sin condena firme cumplen prisión preventiva, aún cuando la mayoría de ellos luego son considerados inocentes. La prisión preventiva es la forma más eficaz de generar sobrepoblación carcelaria, hacinamiento y malas condiciones de vida entre los reclusos. A eso se le suma el hecho de que algunos gobiernos atan esta medida a una injerencia extrema de la Justicia en la vida política y se dedican a perseguir adversarios. Logrando que se mezclen en una misma condición de víctimas luchadores sociales de irreprochable conducta con ex funcionarios corruptos y payasos mediáticos berretas, merecedores de todo el escarnio público al que son sometidos, pero de ninguna manera de la prisión preventiva que deben sufrir.

pro vida

Slogan que utilizan para autodefinirse los sectores que se oponen a la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo. La elección de este término apunta a señalar, de manera implícita, como “Pro Muerte” a quienes luchan por el aborto legal, seguro y gratuito. Cosa que resulta sumamente paradójica. La vida que dicen defender los militantes Pro Vida es la del embrión que está dentro de una mujer en las primeras 14 semanas de embarazo. Eso les resulta mucho más digno a los Pro Vida que la vida de la mujer en cuyo cuerpo vive ese embrión y sin la cual ese embrión no tendría forma de subsistencia alguna. Los sectores que se autodenominan Pro Vida suelen ser también sumamente reacios a hablar de educación sexual y de métodos anticonceptivos. Muchos de ellos tratan de eludir la discusión asegurando que “más que educación sexual, hay que hablar de educación integral”. Como si los embarazos no fueran el resultado de una relación sexual. También condenan fuertemente el uso de pastillas anticonceptivas y de preservativos. Con lo cual podría pensarse que la única forma de relación sexual que admiten los sectores Pro Vida es la que tiene fines reproductivos. De modo que, más que grupos Pro Vida, podría pensarse que se trata de grupos “Pro Celibato”. O, por usar un tecnicismo, de grupos Anti Garche. Y bien sabido es que una vida sin sexo por el puro placer de tener sexo no es vida. Independientemente de lo que piensen los sectores Pro Vida.  

progresismo

Utopía irrealizable que se presenta como algo posible y viable. Básicamente, el progresismo pretende ser  la cara seria, realizable y con posibilidades reales de llegar al poder, que tiene la izquierda (ver). O, dicho de otro modo, lo más a la izquierda que puede tolerar la sociedad como fuerza capaz de gobernar un país. Pero es tal la cantidad de gente que se asume como tal, que el papel del progresismo, a diferencia de la izquierda más pura y dura, queda un poco desfigurado. Sin embargo es cierto que el progresismo ha llegado varias veces al Gobierno, como también es cierto que el progresismo se ha diferenciado (y mucho) de la izquierda. Tanto se ha diferenciado que lo que resulta más difícil hoy es saber diferenciar al progresismo de las posiciones más conservadoras, reaccionarias o ligadas tradicionalmente más a expresiones de derecha. Y esto no ha sucedido porque la derecha haya tomado discursos progresistas, sino más bien todo lo contrario. Aunque es justo aclarar que todo esto sería cierto sólo de comprobarse que aún existe algún vestigio de posicionamiento ideológico entre las fuerzas políticas que actúan en el país y en el mundo. Cosa que resulta cuanto menos muy dudoso.

propuesta electoral

Modalidad en desuso, que consistía en que los candidatos dijeran qué iban a hacer si llegaban a una instacia de Gobierno o legislativa. Esta forma de anunciar las propuestas políticas dejó de utilizarse cuando el votante prefirió guiarse más por cuestiones emocionales, como el tono de voz, la sonrisa, la forma de vestirse o la apariencia física de un candidato. Justo es aclarar que el cambio de gustos por parte de los votantes también tuvo que ver con el hecho de que, cuando se hacían propuestas electorales, era muy difícil que, a la hora de gobernar o de legislar, estas propuestas se mantuvieran con la convicción y el ímpetu con los que se repetían como consignas durante la campaña. 

protesta social

Manifestación de un determinado sector social o laboral, que siente que sus derechos se ven avasallados por algún sector del poder, sea este privado o estatal. La protesta social está vinculada, por lo general, con las demandas salariales o de subsidios, en el caso de los movimientos sociales. Aunque existen muchas otras variantes. La proliferación del conflicto social provocado por las fuertes desigualdades sociales hace que suba la cantidad de protestas en las calles. Y la suba de protestas hace difícil el tránsito de vehículos por las calles, avenidas, rutas y hasta autopistas. Sobre todo desde que se implementó el corte de tránsito como la forma más efectiva de visibilizar la protesta social. Esto no generó la solidaridad de gente con trabajo precario, que en cualquier momento puede ser arrastrada también a esa situación desesperante. Por el contrario, los automovilistas hicieron una lectura absolutamente vehicular de las demandas sociales y, lejos de preguntarse por qué la gente llegó a una precarización tan grande en su vida, se preguntan: “¿Por qué no se van a laburar, manga de vagos”. Muchas veces también suman el término “negros” antes de “vagos”. Los más piadosos ensayan un argumento del tipo “ojo, yo estoy de acuerdo con lo que piden, pero esa no es la forma”, con una corrección política similar a quienes se defienden diciendo: “Tengo un amigo judío”. Este grado de descontento social se vio amplificado por muchos medios de comunicación masivos que hablan del estado del tránsito sin especificar qué es lo que se reclama, alentando la ira de los automovilistas. Este descontento permitió a algunos sectores políticos a avanzar sobre la idea de reglamentar la protesta social y reprimir a quienes cortan calles y rutas sin haber presentado las planillas para que una manifestación pueda realizarse legalmente. Esto demuestra el poco apego de la gente que vive en la indigencia para realizar trámites y seguir las normas establecidas. “Esto en los países serios no pasa”, suele ser el argumento. Aunque existen muchas controversias sobre cuáles son realmente los países serios y un desconocimiento casi absoluto sobre lo que allí supuestamente pasa.

Puerto Madero

Barrio de Buenos Aires rico en edificios de alta gama; empresarios, jueces y políticos corruptos; jugadores, representantes y dirigentes del fútbol; y muertes violentas y poco claras. En Puerto Madero también hay muchas parrillas, bares, oficinas y comercios. Hasta la última década del siglo XX era una lúgubre zona portuaria por la que casi nadie se atrevía a transitar de noche. Después de un intento de reconvertir los antiguos depósitos portuarios en lugares culturales (allí se realizó una bienal de arte joven, en 1991), el mercado inmobiliario y los políticos que manejaron ese mercado hicieron lo suyo y edificaron el barrio más joven de Buenos Aires un lugar elegante y con vista al río. Con una coherencia absoluta, rápidamente se mudaron allí muchas personas que tuvieron un ascenso social tan vertiginoso, poco claro y reñido con el cumplimiento de las leyes como el propio boom inmobiliario que permitió la construcción del barrio. Resulta paradójico que, aún en medio de locales de marcas exclusivas y edificios de los más lujosos y modernos, hoy resulte más sencillo y cotidiano asesinar gente que en la época de los viejos y oscuros galpones llenos de ratas.

Puna chic

Supuesto estilo de moda que consiste en llevar a la alta costura ,y por lo tanto a las fiestas de alta sociedad, un estilo de vestimenta que tradicionalmente es utilizado por las personas pobres y autóctonas del Noroeste argentino, más precisamente de las provincias de Salta, Jujuy y Tucumán. Este estilo logró su breve apogeo cuando un gobernador de una de esas provincias contrajo matrimonio con una reconocida actriz de la televisión. Puede entenderse como un estilo que pretende rescatar y darle importancia a costumbres ancestrales y consideradas de baja condición socio-económica-cultural. Pero en realidad, lo que logra es desviar la atención de los problemas reales que sufre este tipo de población descendiente de pobladores originarios, gracias a la repercusión mediática que suelen tener las bodas entre políticos y gente del espectáculo.

Q

quema de urnas

Práctica muy común en las provincias del Noroeste, que consiste en prender fuego una urna, con votos adentro. Obviamente, esto altera el normal desempeño de un comicio y enseguida surge la acusación de fraude, en una clara maniobra de prejuicio y, por qué no, discriminación hacia quienes practican este noble arte milenario de incendiar urnas. Curiosamente, cada vez que se comprueba la quema de urnas, quien finalmente resulta victorioso en ese sufragio es el oficialismo, sea del partido que sea.

R

reactivación

Superstición económica que aparece con una fuerte presencia antes de cada elección, del mismo modo que aparece, antes de la Navidad, la superstición de Papá Noel. La reactivación consistiría en la posibilidad de que una mayor cantidad de gente tenga la posibilidad de gastar plata, en la mayoría de los casos, en cosas que llevan a una mayor contaminación del planeta o a hacer del mundo un lugar más sucio. La sensación de reactivación por parte de “la gente” que la recibe, también es una superstición. Tanto que en sus discursos, cada vez que un político pone un ejemplo de lo que fue un momento de reactivación, habla de un tiempo que es visto de ese modo desde el presente. Pero que en el momento en el que estaba sucediendo, no necesariamente era visto por la gente como “reactivación”. Lo cual lleva, una vez más, a poner en duda la existencia de dicha “reactivación”. Movimiento socio-económico que consiste en  la posibilidad de acceder a una mayor cantidad de ingresos por parte un amplia mayoría de la población. Lo que redunda en un incremento en los índices de consumo y, por lo tanto, en la posibilidad de crear más trabajo y mejores remuneraciones, creando lo que se denomina un círculo virtuoso (ver). En los hechos, la reactivación es una superstición que permanentemente está abonada por números macroeconómicos o datos que exceden la economía doméstica y la realidad cotidiana de la mayoría de la población. Puede enarbolarse el discurso de la reactivación y agitar cifras desde el discurso oficial, como para contradecir las penurias del día a día. A veces, este discurso logra calar en algunos sectores de la población, que creen realmente que la reactivación es un hecho, por más que pueden constatar en su economía doméstica que esta reativación está muy lejos de realizarse. Y otras, cuando se hace insostenible la retórica sobre la reactivación, por ser más que evidente que está muy lejos de la realidad y que sólo existe en las usinas de difusión gubernamentales, el poder cambia de discurso y apela a la ilusión de que la reactivación. Es decir, se asume que la reactivación no sucede en el presente, pero se pretende hacer creer que es algo que sucederá en un futuro, generalmente no muy lejano. Esta ilusión a veces funciona y le permite al gobierno de turno ganar algo de tiempo. Otro de los términos que, en lo concreto, están ligados a la economía y a la política. Pero que, si se analiza en profundidad, forma parte, más bien, del mundo de la autoayuda y la espiritualidad. El uso del prefijo re habla de un llamado a volver a un lugar en donde alguien (en este caso, un país) estaba, pero por alguna cuestión dejó de estar. ¿La vuelta a qué estado es la que se proclama con ese re de reactivación? ¿O se trata más bien de un doble juego ilusorio, donde se pretende volver a un lugar donde nunca se estuvo? ¿Y se puede pensar en llegar a un lugar existente si se parte de una doble ilusión? Suena cuanto menos raro. Sin embargo, la reactivación sigue funcionando como un elemento central en los discursos políticos, sobre todo entre aquellos que no pueden ocultar un muy evidente deterioro en materia económica, que las penurias del día a día de una gran mayoría de la población hace imposible disimular. La reactivación es, por lo tanto, más un elemento del discurso político del día a día, que algo central en las campañas electorales. Y a pesar de las dudas que plantea el término, sigue funcionando como palabra esperanzadora frente a cualquier coyuntura desfavorable.

relaciones carnales

Relación profundamente desigual con un país central, mucho más desarrollado y poderoso. En general, el término se utiliza para denominar a los gobiernos que se ponen a disposición de los Estados Unidos, por ser éste el más poderoso de la Tierra, y quien más influencia económica y política tiene en la Argentina. El término alude a una concepción del sexo vinculada con el poder más que con el deseo. O de ver al deseo sexual únicamente como parte del deseo de dominación, es decir, de relación carnal no consentida. Más precisamente, de una violación. Puede vincularse a expresiones como “te vamos a romper el ojete” o demás amenazas con la realización de sexo anal no consentido entre varones. Con lo cual la expresión encierra un alto contenido homofóbico. 

represión

Golpiza o situación de violencia física, verbal y psicológica por parte de las fuerzas armadas o de seguridad sobre los manifestantes que reclaman alguna mejora en su condición de vida. El grado de represión de un Gobierno es inversamente proporcional al de su capacidad de diálogo. La represión se produce cuando se terminan las instancias de diálogo y no se llegó a ningún acuerdo. Cuanto menor sea la capacidad para imponer condiciones que tiene un sector que reclama, mayor es el riesgo de sufrir represión. Hay distintos grados de represión y los matices van desde el avance de columnas de uniformados con escudos, cascos y palos, pasando por el disparo de gases lacrimógenos, hasta las balas de plomo. En este último caso, la represión suele ser feroz y sangrienta, pues es de suponer que el saldo va a ser de al menos una persona muerta. El recurso de las balas de plomo es extremo, aunque no resulta menor el uso de balas de goma, la antesala del plomo, que puede resultar mortal si se la dispara de una distancia muy corta. Y si bien las balas de goma en la mayoría de los casos no resultan letales, sí dejan marcas en la piel: es muy común ver luego de este tipo de represiones a los manifestantes con las espaldas dibujadas con disparos de balas de goma. Puede afirmarse que las represiones con balas de goma no son sangrientas, aunque sí fuertemente hematomoidales.  

represión (negación de la -)

La palabra “represión” está muy mal vista, inclusive entre quienes reprimen. Aunque la represión es una práctica muy extendida por gobiernos de todo tipo y color político, a nadie le gusta hacerse cargo de ella. Con la represión sucede algo parecido a lo que pasa con el término “derecha”: hay mucha gente que la ejerce, pero casi ninguna que lo asume. Es por eso que, al ser acusados de represores, quienes reprimen utilizan la negación de la represión para hacer como si no reprimieran. Esta negación se expresa de modos muy distintos, y cambia de acuerdo a cuál sea el dispositivo retórico sobre el que se sostiene el gobierno que reprime. Si se trata de un Gobierno de derecha, con una base social más amigable con la represión, la cosa es más sencilla: se aduce cumplimiento de la ley, igualdad de derechos de todos los ciudadanos, libertad de circulación por las calles, etc. Y todo gracias a que los votantes se sienten seguros con una fuerte presencia policial en los espacios públicos, sin importar mucho la idoneidad ni la honestidad de esas fuerzas de seguridad. En el caso de gobiernos que se autoperciben como populares o se presentan como contrarios a la persecusión de la protesta social, la cosa es un poco más difícil de explicar. Entonces para negar la represión es necesario utilizar argumentos como la funcionalidad a la derecha de los sectores más radicalizados de la protesta o la mano negra de sectores reaccionarios detrás de dirigentes de sindicatos, movimientos sociales o partidos políticos combativos. Es de destacar que si un gobierno tiene que o quiere reprimir, la represión se lleva adelante, independientemente del dispositivo negacionista que lo justifique.

revolución

Viejo anhelo político que consiste en demoler los cimientos de la vieja estructura social para construir otros nuevos y, por lo tanto, una nueva sociedad. En primera instancia se asocia el término a la izquierda, básicamente por estar vinculado a sectores marxistas que añoraron distintas revoluciones en todo el Mundo (Rusia, China, Cuba, Nicaragua). Pero no siempre fue así. Antes del de 1976, todos los golpes cívicos-militares (es decir, la interrupción de un proceso democrático, independientemente de lo que se opine sobre la calidad de esa “democracia”) se autodenominaron “revolucionarios”. La Revolución Libertadora fue un caso paradigmático: ¿cómo es que el Gobierno que derrocó a Perón pasa a la historia con el nombre de Revolución Libertadora? Ni hablar de otras múltiples revoluciones (en general, siempre prometidas, nunca cumplidas del todo, como ocurre con toda buena revolución que se precie de tal), como la productiva o la de la alegría. Si se repasa seriamente la tradición política del uso del palabra revolución, bien puede arribarse a la conclusión de que lo mejor es ser conservador, reaccionario o anticuado. 

revolución de la alegría

Supuesto cambio rotundo en el estado de ánimo de la población, creado por un cambio de paradigma que incluye republicanismo, diálogo, consenso y respeto. La revolución de la alegría se basa en escuchar al otro independientemente de lo que piense, en deponer odios y rencores, y en no ver un enemigo en quien piensa distinto. Para muchos de los abanderados de la revolución de la alegría, esto debe cumplirse a rajatabla con todo el mundo. Salvo algunas excepciones: según muchos partidarios de la revolución de la alegría, esto no incluiría a “esos hijos de recontra mil putas que bancaban el Gobierno anterior” pues, creen, “son todos una manga de corruptos que se robaron el país” y para quienes “la única solución es hacer un paredón gigante en Plaza de Mayo, llevarlos allí y fusilarlos a la vista de todo el mundo hasta que mueran desangrados y se los coman las ratas, si es que las ratas se atreven a comer ratas, porque eso es lo que son, ratas inmundas”.

Rey de España

Monarca que sucedió al dictador Francisco Franco en el mando del estado español. Durante los primeros años de la transición española, el rey fue una figura respetable, que oficiaba como prenda de unidad, tanto de todo el estado (frente a los reclamos de las autonomías, principalmente Cataluña y el País Vasco), como en la antinomia izquierda-derecha que había derivado en la Guerra Civil. Durante muchos años, en España fue casi imposible criticar la figura del Rey. Cosa curiosa, puesto que en esos mismos años los españoles (o al menos muchos de ellos, la mayoría de la opinión pública, incluida cierta intelectualidad supuestamente bien pensante y “progresista”) presumieron de modernos europeos y hasta se permitieron ser paladines de la democracia y el republicanismo, condenando por igual “populismos” y “totalitarismos”. Con el tiempo, se fueron conociendo algunos aspectos de la vida de los integrantes de la monarquía que hicieron que la otrora inmaculada e intocable figura del Rey se volviera algo cuestionable. Principalmente, algunos desfalcos al Estado, la vinculación con negocios poco transparentes y la caza indiscriminada de elefantes. Este último episodio reavivó una vieja historia que pronto dejó de ser una leyenda urbana para pasar a ser un dato conocido por todos, o casi todos: cuando era joven, el Rey había matado a su propio hermano. Todas estas noticias hicieron que la imagen de la Corona española cayera en picada. Tanto que el Rey se vio obligado a hacer algo que pocos reyes hacen: abdicar. En su lugar asumió su hijo, el príncipe. Claro que para la mayoría de la gente, el rey siguió siendo el antiguo rey, y el rey actual siguió siendo el príncipe. Tanto que el Rey (el antiguo Rey, el de la corrupción y los tiros fratricidas y elefanticidas) siguió participando en actos oficiales. Fue ese Rey quien vino a la Argentina para participar en los festejos por el Bicentenario de la Independencia. Y fue a ese rey a quien el presidente argentino le contó que los héroes de nuestra independencia habían sentido miedo de dejar de pertenecer al estado español.

rock nacional

Supuesto movimiento contracultural que no sólo divierte sino que además ayudaría a los jóvenes a tomar conciencia sobre muchas de las injusticias de este mundo, y a intentar construir un mundo más justo. El mito del rock nacional como resistencia a lo establecido surgió durante la última dictadura cívico-militar-religiosa del siglo XX. Y se basó en el hecho de que las autoridades de facto prohibieron algunas canciones (como lo hicieron con todos los géneros musicales) y en que a los represores no les gustaba que los jóvenes usaran el pelo largo ni fumaran marihuana. En realidad, el rock fue un género que no fue muy combatido por el establishment, si se lo compara con el folklore o la canción popular, cuyos artistas estuvieron en listas negras, recibieron amenazas y hasta bombas en los teatros, y muchos tuvieron que partir al exilio. Sin mencionar el hecho de que, luego de la invasión a las islas Malvinas en 1982, el rock nacional pasó a ser la música oficial por excelencia. Desde entonces, muchos de los músicos que supuestamente se muestran solidarios con supuestas causas políticas o sociales, esconden actitudes repugnantes en su vida privada. Principalmente, en lo que tiene que ver con el sexo con menores. La justificación del abuso sexual y hasta de la violación se ha vuelto algo bastante corriente en varios músicos de rock nacional que, en su afán de justificar cualquier barbaridad, se parecen cada vez más a Pomelo, la estrella de rock del programa Peter Capusotto y sus videos.

rosca

Acuerdo político que se realiza en secreto, con métodos de negociación poco claros, entre personas que las agrupaciones políticas designan a tales efectos. En general esas personas son asesores u “operadores” (ver), que representan el lado menos amable de un candidato o candidata. Esto puede parecer extraño, si se tiene en cuenta que muchos candidatos y candidatas tienen apariencias tales que cuesta imaginar un lado menos amable en un ser humano. Pero la política es una caja de sorpresas y el ser humano mucho más. En la rosca se sellan acuerdos que después no siempre se cumplen. Por ejemplo, se puede firmar la realización de un frente entre dos fuerzas y después el líder de una de esas fuerzas, que no va como candidato, decir que no va a apoyar esa alianza política, por cuestiones de especulación o de simple vanidad. La rosca es una zona absolutamente libre de escrúpulos. Y aunque es verdad que esta máxima bien podría aplicarse a toda la política, la jurisdicción de la rosca siempre suele estar un paso adelante en ese terreno.

S

salud pública

Uno de los pilares en la lista de promesas que debe realizar cualquier candidato que quiera tener algún tipo de aspiraciones para llegar a la presidencia. Sin embargo, hasta hace no mucho el lugar preponderante que solía tener la salud pública fue disminuyendo, dado que la mayoría de la gente que resulta decisiva para un resultado electoral no se atiende en la salud pública. De hecho, no existe ningún funcionario público (si los hay son contadísimas y extravagantes excepciones) que se atienden en la salud pública. A diferencia de la educación pública (a la que sí van algunos hijos de funcionarios), la salud pública sólo es utilizada por gente de bajos recursos. Y aspiracionalmente funciona más como un lugar del que huir, que algo para mejorar y profundizar. Funciona o, más bien, funcionaba. La aparición de una pandemia y los discursos a favor de mantener un sistema sólido de salud pública, inclusive por parte de gente que hasta hacía segundos defendía las privatizaciones, puede crear un nuevo imaginario sobre la necesidad de fortalecer la salud pública. Por el momento, nada de eso ha sucedido: ni lo del imaginario y, mucho menos, una mejora en la calidad de la salud pública.

Selección Nacional

Equipo de fútbol masculino, cuyas actuaciones son seguidas con muchísima atención por millones de personas en todo el país. El torneo más importante que juega la Selección Nacional es el campeonato mundial de fútbol masculino (también llamado simplemente Mundial), que se juega cada cuatro años, siempre en un país distinto. El juego, el resultado y todo lo que tiene que ver con la Selección Nacional (a la que también se la conoce sólo con el término Selección) es motivo de grandes debates nacionales y de una fuerte atención mediática. Esto es tenido en cuenta por la dirigencia política, que sabe que cuando juega la Selección (sobre todo un Mundial) pueden tomarse determinadas medidas poco populares, pues no van a tener gran implicancia mediática. La Selección provoca en la mayoría de la población una identificación nacional similar a la que puede provocar una guerra. Es por eso que entre las recriminaciones a los jugadores se mezclan la impericia técnica con el hecho de no cantar el himno nacional o no hacerlo con el supuesto fervor que el himno amerita. 

Senado

Cámara alta del Congreso de la Nación, que tiene la particularidad de ser representante de las provincias. Esto se debe al hecho de que en la cámara de senadores hay tres representantes por provincia, dos por la mayoría y uno por la minoría, sin importar que porcentaje obtenga cada uno en los comicios. Por otra parte, cada provincia tiene tres senadores, independientemente de la cantidad de población que tenga. El Senado suele ser el ámbito más conservador de una entidad de por sí conservadora, como es el Congreso. Por eso es que muchas leyes “progresistas” logran una media sanción en Diputados, pero después naufragan cuando llegan al Senado. Se trata de un lugar clave, al que un Gobierno debe dedicarle muchas horas de rosca. Institución retrógrada que representa la casta principal del Poder Legislativo. El Senado es el lugar donde, se alega, el país se vuelve más federal. Y es así que una provincia con 500 mil habitantes tiene la misma representatividad que otra que tiene 15 millones. Esto no significa que las provincias más pobladas tengan mejores senadores que las menos pobladas. El Senado es un misterio y encontrar gente más o menos sensata no resulta sencillo. En un debate en el Senado se pueden escuchar cosas como que existe una violación no violenta; que los fetos tienen alma; que si la madre de Vivaldi hubiera abortado, Vivaldi no habría nacido; o que una persona diga que va a votar en contra de un proyecto de ley que no leyó. Alguien dirá que estos argumentos no son muy distintos a los que se escucharon en la Cámara de Diputados. Y es verdad. Pero en el Senado hay más representantes que dicen cosas así. O se hacen escuchar más. O su opinión pesa más. Y es así que se terminan aprobando propuestas de gente que piensa ese tipo de cosas. O rechazando proyectos de gente que piensa distinto a la gente que piensa así.

servicio

Nombre genérico para denominar a los agentes encubiertos de los servicios de inteligencia. Alguna gente suele sobreactuar su paranoia de que todo el mundo sea “servicio”. Algo que no es cierto: es más la gente que no es servicio. La gente que sí es servicio es una minoría. Al menos por el momento. Esto no quita que, con la profunda crisis económica que hay en el país, y con la precarización laboral que están sufriendo los periodistas, el asunto pueda revertirse pronto. Hoy por hoy, ser servicio sea más rentable de ser periodista. Pero no se sabe qué puede suceder el día de mañana. Si es que para entonces sigue existiendo eso que solíamos denominar “periodismo” y quienes lo hacen, los autopercibidos “periodistas. Aunque también es posible que, en términos económicos, lo más rentable es ser un periodista-servicio. Lo mejor es asumir que vivimos en medio de la posmodernidad, en un mundo donde las etiquetas y los encasillamientos ya no tienen ningún sentido.

sexteo

Ver sexting.

sexting

(tb. sexteo). Acción que consiste en enviarse por mensajes material pornográfico o de contenido sexual, con fines de tener algún tipo de intercambio sexual virtual. Al surgir de un contacto a través de un dispositivo móvil (esos que antiguamente se conocía con el nombre de “teléfonos celulares”) el sexting no implica contacto físico. Pero sí admite como válidos todos los formatos que puede contener este tipo de dispositivos: audios, textos, fotos propias, fotos ajenas, videos propios, videos ajenos, chat, videollamada, etcétera. Se trata de un acto que sus partidarios consideran como “sexo virtual”, pero sus detractores cuestionan por considerarlo “una masturbación asistida”. En realidad, bien podría decirse que ambas partes tienen razón: por un lado, existe una interacción entre personas, con lo cual es lícito considerar al sexting como un juego sexual y, por ende, como parte de una práctica vinculada al sexo. Pero por otro, es cierto que para volcar la experiencia del sexteo al plano analógico (es decir, a la intervención concreta de los cuerpos) es necesaria la masturbación, que es finalmente el único momento en que el asunto se vuelve físico y anatómico. El sexting se volvió una práctica común al masificarse y perfeccionarse las vías virtuales de comunicación, sobre todo a partir de la masificación de dispositivos móviles de comunicación con cámaras de alta definición. Entre las civilizaciones pre-pandémicas (también llamadas pre-febréricas) resultaba ideal para mantener juegos sexuales con parejas que estaban a grandes distancias. O simplemente para indagar en nuevas experiencias sin tener que tener contacto físico directo. A partir de la cuarentena y el encierro hogareño impuesto desde que se desató la pandemia, el sexting se volvió una política de estado, y los propios gobiernos comenzaron a recomendar esta práctica para evitar que la gente salga de su casa para tener sexo. El sexting resulta ideal para evitar embarazos no deseados. Pero está totalmente contraindicado para personas que buscan quedar embarazadas.

sinceramiento tarifario

Forma amable de decir “aumento de tarifas”. La expresión surge del hecho de que quien la usa cree que las tarifas tenían precios muy bajos gracias a los subsidios implementados por políticas denominadas “populistas”(ver). Y que estos subsidios deben terminar. Para que se entienda: las empresas que suministran servicios ganan siempre lo mismo. La diferencia está en que los “populistas” dan subsidios para que las tarifas sean más bajas; y los “liberales” (ver) que hablan de “sinceramiento tarifario” quieren eliminar los subsidios y que esa carga corra por cuenta exclusiva de los usuarios. Lo curioso es que los subsidios los paga el Estado. Y el Estado lo conforman todos los habitantes legales de un país. Con lo cual el sinceramiento del que se habla tiene que ver más que nada con la cuestión simbólica de sacar directamente dinero de un bolsillo para pagar por algo que tiene un precio determinado. Al menos en eso, el sinceramiento del que se habla tiene algún sentido.

solidario

Término que se utiliza para denominar a alguna medida que consiste en cobrar algo que anteriormente no se cobraba, o encarecer algo que sí se cobraba, pero más barato. La idea de usar el término “solidario” tiene que ver con generar la ilusión de que este dinero extra que los ciudadanos tienen que aportar al fisco es para contribuir al bienestar general. No es lo mismo llamar a un bono “solidario” o hablar de un dólar “solidario” para aplicar un porcentaje extra a la cotización de la moneda extranjera, que hablar de bono o dólar “usurero”. Aún cuando no queda claro si la declamada solidaridad se cumple al pie de la letra, el término sirve para aplacar la ira que produce el tener que pagar más dinero. En ese caso, “solidario” funciona como el diminutivo en algunas expresiones ilusorias. Por ejemplo, pensar que al hablar de “choricito” o “mollejita”, ese embutido o esa achura van a bajar considerablemente el nivel de colesterol y se van a volver más saludables.

spot de campaña

Producción audiovisual en la que los candidatos intentan transmitir algo a los posibles votantes. En algún tiempo remoto se creía que ese “algo” tenía que ver con alguna idea o plan de Gobierno. Hace tiempo que semejante planteo resulta irrisorio: hoy los spots buscan atrapar la atención de los clientes (es decir, los posibles votantes) como resulte mejor. Es decir, se trata de generar algo que luego pueda generar alguna clase de comentario, aunque sea en algún otro medio a los que se le pagará para publicar algo sobre la “ocurrencia” de un spot, simulando ser una nota de interés periodístico. Los spots son cada vez más refinados y cada vez requieren más producción, con lo cual resultan cada vez más costosos. Esto, sin embargo, no resulta un escollo pues, llegado el caso (y sobre todo para los candidatos con posibilidades reales de acceder a puestos ejecutivos importantes), la plata siempre aparece, sin importar de qué cifra se trate. Pero los spots les crean a los candidatos serias complicaciones y esfuerzos titánicos, que van desde tener que caminar por el barro de un barrio pobre hasta lo más difícil de todo: hablar de corrido.

streaming

Transmisión en vivo de una actividad (charla, concierto, conferencia, clase, etcétera) a través de una red social. El streaming forma parte de lo que se denomina mundo virtual. Se trata de un nuevo tipo de contacto entre gente que genera un contenido y otra que lo consume. Si bien esta modalidad existía ya desde hace algunos años (cuando hubo un acceso masivo los dispositivos celulares), la pandemia y la cuarentena terminaron consolidando el mundo virtual. Y con él a todos los elementos y lenguajes propios del mundo virtual. Como sucede con el streaming.

T

tapabocas

Como su nombre lo indica, es un accesorio para tapar bocas. Pero también, aunque su nombre no lo diga, para tapar narices. En realidad se intentó utilizar el término para reemplazar a “barbijo”. Seguramente por el hecho de que las disposiciones durante la pandemia son que la gente esté en lugares públicos con la cara tapada, y no necesariamente (o exclusivamente) con barbijo. Aunque es probable también que se trate de una cuestión de discriminación y corrección política. Y que el término “tapabocas” sea a “barbijo” lo mismo que la palabra “afrodescendiente” es a la palabra “negro”. Lo cierto es que hay muchas maneras de taparse la boca y la nariz. Y que con los cambios producidos por la pandemia, lo que antes era repudiado como un método piquetero (cubrirse la cara con un pañuelo palestino, por ejemplo), hoy es visto como una forma de cuidado de la salud. Por no hablar de paradoja de que antes una persona que entraba a un banco o a una comisaría con la cara tapada era considerada delincuente o subversivo. Y hoy es alguien que vela por el bienestar de los demás. 

tarifa social

Precio de un servicio público (luz, gas, agua) que abona una persona y que es menor al estipulado para la mayoría de los consumidores. Estas excepciones tienen en general como destinatarios a las personas de más bajos recursos. Aunque muchas veces, el término no resulta más que un eufemismo, pues las condiciones que se ponen para estar incluido en la tarifa social resultan tan imposibles de cumplir que, sumado a un trámite engorroso, hace que casi nadie termine siendo beneficiado por la medida. Lo paradójico es que existen grandes empresarios (las mineras, por ejemplo) que sí resultan beneficiarias de medidas similares, de excepciones de pago enormes, y que no tienen que hacer ningún trámite ni cumplir con ningún requisito para quedar al margen de los aumentos en las tarifas de los servicios. Pero es bueno destacar que en esos casos no se trata de “tarifa social”, sino de “aliento a las inversiones”.

taxista

Persona (en general hombre, aunque cada vez hay más mujeres) que maneja un taxímetro. Por lo general, los taxistas se manifiestan como el ala más radicalizada de la derecha fascista. El hecho de pasar tantas horas (algunos dicen que hasta 16) por día al volante, les resta poder para llevar adelante sus deseos y para intentar organizar su ideario en un colectivo que pueda llevar al plano político los reclamos que realizan frente a los pasajeros. Es justamente este contacto con los pasajeros lo que los convierte, si no en guerrilleros o militantes, al menos sí en difusores de un ideario. Un ideario que tiene como oponentes a: el derecho a la huelga y a la protesta social; los inmigrantes de países limítrofes; los inmigrantes de países africanos; los inmigrantes en general (excepto los altos ejecutivos de empresas, generalmente europeos); la democracia; los derechos humanos; los derechos de las personas privadas de su libertad; las relaciones homosexuales; las bicisendas; y los billetes grandes sin nada de cambio. Pero todo esto parece haber quedado en el recuerdo desde la aparición de una empresa que, siguiendo la lógica del intercambio de datos y servicios que proponen algunos sitios y la mayoría de las redes sociales, se ocupa de buscar autos para que la gente pueda viajar más barato que con un taxi. Aunque sin ninguna clase de seguro o respuesta en caso de accidente. La aparición en el país de esta empresa y esta aplicación provocó un drástico e inesperado cambio de rumbo en el ideario taxista. Y de repente, quienes se caracterizaban por quejarse contra los manifestantes que reclamaban en las acalles (“vayan a laburar” fue la frase más escuchada) se volvieron sindicalistas combativos contra una multinacional que venía a quitarle el trabajo a los argentinos.

Teatro Colón

Máximo coliseo argentino, teatro porteño pensado para tocar música sin amplificar. Es decir, conciertos sinfónicos y de cámara, ballets, óperas, etc. En la historia del Colón se presentaron distintos artistas populares, siempre como una excepción a la programación habitual (suele tocar la Orquesta Sinfónica Nacional), y con una carácter consagratorio para dichos artistas. Esto no es algo que esté escrito, sino que forma parte de la tradición. De hecho, existía hace algunos años la costumbre de gritarle “al Colón, al Colón”, a alguien que hacía algo con maestría, sea tocar un tango o jugar una pelota en un estadio de fútbol. En general, los músicos de rock que llegaron al Colón presentaron allí conciertos que, aunque amplificados (los cantantes de rock no tienen un caudal de voz para cantar sin amplificación, ni aún con una cústica excelente como la del Colón), tenían alguna reminiscencia a la tradición del teatro: una sección de cuerdas, de vientos, una orquesta, etc. Hasta que fue convocada una banda de rock muy famosa y sus integrantes declararon que les era indiferente tocar allí, que para ellos era sólo un show más. El director del Colón los tildó de irresponsables e irrespetuosos, calificativos que esos músicos adoran. El problema es que ese mismo director había cometido actos un poco más irreverentes e irrespetuosos, como alquilar el Colón para toda clase de fiestas empresariales y contratar a famosos actores internacionales que cobraron fortunas para brindar espectáculos pobres, de esos que en la jerga del teatro suelen calificarse con el tecnicismo de “choreo”.

teletrabajo

Modalidad según la cual el trabajo que antes se realizaba en un lugar especialmente creado para tal fin (una oficina, por ejemplo), ahora se desarrolla en la casa. Para realizar el teletrabajo es necesario tener una cantidad de dispositivos que permitan la conexión mediante videollamada, zoom, etc. El teletrabajo le ahorra al trabajador el costo y el tiempo que implica viajar hasta la oficina o puesto de trabajo. Esto suele presentarse como una ventaja y es probable que, en parte, lo sea. Pero el teletrabajo tiene algunas otras contraindicaciones. En primer lugar, el hecho de que, en la mayoría de los casos, es el trabajador quien se hace cargo de la conexión para realizar el trabajo desde el hogar. Este no es un tema menor. Pero en el devenir cotidiano del teletrabajo suele haber cuestiones aún más complejas. Principalmente en lo que tiene que ver con los límites del tiempo del trabajo. Al realizar el trabajo desde la casa, el trabajador tiende a borrar naturalmente los límites del tiempo de ese trabajo. Y el empleador, también naturalmente, comienza a instalar la idea de el empleado está todo el tiempo disponible. O al menos mucho más tiempo que el que solía estar en la oficina o lugar de trabajo. La lógica no dicha, pero tácita, es la siguiente: si el trabajo está en el hogar, todo el tiempo del hogar puede ser el tiempo del trabajo. De todos modos, el teletrabajo no es más que una de las formas más evidentes (o más gráficas) en las que se expresa un conflicto bastante más profundo, que bien podría resumirse en la siente pregunta: ¿qué es, hoy, el trabajo? Una pregunta necesaria, que bien podría obtener alguna respuesta. Si no fuera porque cuesta mucho trabajo.

timbreo

Medida política que consiste en que los funcionarios de un gobierno salgan a tocar timbre en las casas de un conjunto de barrios y ciudades previamente asignados, generalmente sábados y domingos a la mañana, en una clara competencia con los Testigos de Jehová cuando salen a vender la revista Atalaya. Dicho así, no parece ser una medida política digna de grandes estadistas. Sin embargo, algún gobierno transformó al trimbeo como un bastión de su política comunicacional apelando al supuesto “contacto con la gente” que esta medida genera. Nunca se ha podido determinar con certeza si el timbreo fue realizado alguna vez al azar o si no es más que un aparato montado por los órganos de difusión de los gobiernos que adoptan esta metodología. Hay opiniones encontradas sobre la efectividad del timbreo: el oficialismo que lo utiliza habla de un éxito rotundo y las pruebas que presenta son las fotos de los funcionarios con los vecinos, algunos videos y una amplia difusión en las redes sociales que documentan estos encuentros. La oposición, por su parte, dice que el timbreo no es más que una farsa, que todos estos encuentros están montados, que se trata de actores que se prestan a interpretar ese papel, y que las únicas veces que los funcionarios realmente salieron a golpear puertas de casas de vecinos al azar, fueron insultados, escupidos y echados de esos hogares. Lo más probable es que muchas de estos argumentos, de uno y otro bando, se trate simplemente de mitos urbanos. Aunque también es justo destacar que varios timbreos han sido suspendidos aduciendo “razones climáticas”, cuando en los días en los que se iban a realizar no hubo lluvias, ni vientos huracanados, ni calor infernal, apenas una simple y cotidiana nubosidad variable con vientos leves del noreste.

tormenta

Contingencia climática que puede tener efectos nocivos y hasta destructivos. Las tormentas se pueden predecir, pero no prevenir. Algo que diferencia claramente a las tormentas de los ciclos económicos o políticos. Sin embargo, algunos gobernantes le echan la culpa a posibles “tormentas” de cuestiones que son estrictamente políticas o económicas. Como si el aumento del dólar pudiera ser equiparable a la caída de un rayo, por ejemplo. Es curioso cómo la meteorología se transformó en un terreno donde abundan las metáforas para intentar explicar ciclos económicos o políticos. Piénsese en términos como “nubarrones”, “lluvia de inversiones!, “chubascos”, etc. Quizá sea ese el motivo por el cual la gente que se ocupa de dar el pronóstico del clima en los noticieros se transforma en celebridades, trascendiendo el ámbito de lo meramente meteorológico.

torneo de 30 equipos

Campeonato de Primera División que se caracteriza por no discriminar a nadie y permitir el acceso de una cantidad de equipos como nunca se vio en la categoría máxima del fútbol argentino. Contrariamente a lo que se cree, este esquema amplio, que resulta una verdadera apuesta a la integración, no fue creado desde el Inadi: se trata del último legado al fútbol argentino de un dirigente que presidió la AFA durante 35 años. Un dirigente con capacidades de negociación, ajuste de cuentas y forma de generar ganancias diferentes, a quienes la gente a la que le gusta estigmatizar a los demás solía denominar como “mafioso”. A la mayoría de los hinchas les cuesta saber cómo es que funciona realmente el torneo y no saben bien cómo es que se definirá. Si va a haber descensos y si el campeón será uno, hecho este último que, dado el carácter inclusivo del torneo, bien podría considerarse discriminatorio. Los expertos estudiosos de este campeonato atípico creen que efectivamente el campeón será uno solo y no dudan en asegurar que el Torneo algún día terminará, aunque nadie se atreve a suceder cuándo sucederá tal cosa. 

traición a la Patria

Expresión extrema de odio hacia la nacionalidad. En su forma jurídica, cuando la expresión forma parte del veredicto de una corte marcial, puede desembocar en la pena capital. Como suele suceder con la Justicia utilizada en términos políticos, lo que podía suponer una manifestación de maldad extrema, puede ser en realidad algo relativo. Es así que la “traición a la Patria” (como otras expresiones extremas como “golpe de Estado”, “dictadura”, etc), de tanto usarse de un modo banal, termina usándose para toda clase de interpretaciones que tienden a relativizar esta decisión inicial. Sobre todo cuando se mezcla en una acusación de “traición a la Patria” a funcionarios importantes con personajes mediáticos de nula incidencia en las políticas oficiales. Y ni hablar cuando se exime de dicha traición a los verdaderos artífices de aquello que, sea cierto o no, es causal de traición. Como pueden ser los legisladores que aprueban una ley, que fue la que finalmente generó la altisonante expresión de “traición a la Patria”. 

transición

Momento en que conviven un Gobierno en funciones que sabe que tendrá que dejar el cargo muy pronto (porque perdió las elecciones presidenciales) y otro que aún no asumió, pero que tendrá que hacerlo muy pronto, porque ganó las elecciones presidenciales. Aunque parezca un hecho normal, esta situación no se da muy a menudo en la Argentina, porque en la mayoría de los casos los gobiernos abandonan sus cargos antes de lo que indica la Constitución, ya sea por golpes de mercado, movilizaciones populares, saqueos, represión, medidas antipopulares, etc. La enorme brecha entre el discurso y los hechos hace que aún en los pocos casos en que la transición cumple con las premisas establecidas en la Constitución, muchos sectores hablan de “caos” y reclaman “una transición más ordenada” y hasta “una transición normal”, aunque sin especificar ejemplos de normalidad. Al menos no en la historia argentina. Hay quienes apelan a supuestos ejemplos de países extranjeros donde nadie sabe si lo que están diciendo es cierto o no: “Una transición seria, como en Canadá”, por ejemplo. El reclamo de “transición ordenada” o “transición seria” suele ser parte de una lista de reivindicaciones republicanas, a cuya cabeza se encuentra el pedido de “mayor calidad institucional”. Además, quienes reclaman “transición ordenada” suelen mostrarse preocupados por lo que consideran es una “transición caótica”, “transición violenta” y hasta una “transición preocupante y poco seria”. 

treinta mil (o 30 mil)

Número que remite al número de desapariciones que hubo durante la última dictadura cívico-militar-religiosa del siglo XX en la Argentina. El número es simbólico, pues no se tienen precisiones al respecto. Y si no se tienen precisiones es porque nunca nadie abrió los archivos secretos de los militares sobre la gente que secuestraron, torturaron y mataron. El único número que se tiene está basado en las denuncias que recibió la Comisión Nacional para la Desaparición de Personas (CONADEP), conformada en 1984. El hecho de no tener en claro cuál es el número exacto del número de desaparecidos, hizo que muchos pusieran en duda los 30 mil de los que siempre hablaron los organismos de derechos humanos y demás gente que reclamaba (y reclama) justicia. Y la gente que discute ese número lo hace para intentar relativizar no sólo el número, sino el grado de violencia que tuvo la dictadura. Y, por ende, el grado de castigo que deberían recibir en la justicia sus responsables. En general, quienes ponen en duda el número 30 mil, inmediatamente completan la frase aclarando “ojo, igual está mal aunque sido sólo una persona”. Se trata de una defensa similar a la que esgrimen las personas que hacen un comentario antisemita y luego agregan: “Ojo, yo tengo un amigo judío”. O a quienes justifican el abuso sexual de menores o las violaciones y rematan con un: “Ojo, yo tengo una amiga feminista que está en el Ni Una Menos”. 

U

unidad

Llamado desesperado a que se junte gente a la que, a priori, le costaría estar en un mismo ámbito. La “unidad” debe estar motorizada por un objetivo común y prioritario, que es ganarle una elección a quien detenta el poder. Pero la unidad de muy difícil de lograr. Hay quienes aseguran haberla visto y, afirman: “Se parece mucho al capitalismo con rostro humano”. Es que la unidad tiene un sustento teórico y conceptual que resulta muy complejo de analizar, que tiene varios niveles de lectura, pero que podría resumirse del siguiente modo: “Júntense para ganarles a estos”.

unidad de la izquierda

Si la unidad del peronismo resulta una marca identitaria peronista y, por lo tanto, nacional, la unidad de la izquierda es una marca identitaria universal. Allí donde existe una izquierda (y esto es, básicamente, en todo el Mundo), esa izquierda tiene variantes, algunas de ellas irreconciliables con otras.Entonces surge la fe, la creencia, la superstición. La izquierda suele presentarse a sí misma como racional. Y, en ese sentido, parecería ser la contracara del peronismo. Pero si de llamar a la unidad se trata, la izquierda puede ser tan metafísica como el peronismo. Lo curioso es que siempre que se invoca a la unidad, de alguna manera se convoca también a la idea de que es posible vencer en las elleciones. Y en general, cuando se habla de esta idea, se menciona el hecho de ganarle a la derecha gobernante. La idea del triunfo electoral asociado a la izquierda, hace aún más delirante este poco fructífero llamado a la unidad que muchos militantes de izquierda repiten como un mantra salvador.

unidad del peronismo

El peronismo es el lugar donde más se ejerce y se alienta la idea de “unidad”. Si uno dice la palabra “unidad” sola, indefectiblemente alguien podrá acotar “del peronismo”, como si fuera una idea que completa a la otra. Esto demuestra la clase de utopía que representa la “unidad” para el peronismo. Pero, ¿por qué la “unidad” se vuelve algo tan imperante, cuando bien sabemos que el peronismo suele contener a sectores que ideológicamente representan polos opuestos? La respuesta es simple: el peronismo se aferra a esta idea identitaria de la unidad cuando lo que está en riesgo es, precisamente, la pérdida de esa identidad peronista. Por algo, más allá de las mil maneras de ejercerla, la identidad peronista es una sola y bien distina a la identidad no peronista. Y ni hablar de la identidad anti peronista.

Unión Cívica Radical

Partido centenario, el más antiguo entre los que tienen vigencia política en el país. Mientras en Europa y los Estados Unidos el término “radical” se utiliza para denominar a una izquierda extrema, revulsiva y antisistema, en la Argentina hay pocas identidades políticas más integradas al sistema y menos revulsivas que la de los radicales. Al igual que las otras grandes fuerzas políticas en la Argentina (es decir, que el peronismo), los radicales han logrado sobrevivir gracias a la ausencia de una ideología. Se han adaptado a los vaivenes de gobiernos que impulsaban políticas conservadoras o socialdemócratas, y economías liberales o keynesianas. Y al igual que el peronismo, han sabido contener esta heterogeneidad con la caja de los gobiernos provinciales, municipales y estudiantiles, y la ilusión de poder contener diferentes pensamientos, incluido un improbable y minúsculo grupo de izquierda. Los distingue del peronismo el hecho de tener una apariencia más republicana, honesta y apegada a lo institucional, aunque también bastante más amarga, inepta y loser. Nunca quedó claro si son realmente menos mafiosos que los peronistas o si el hecho de tener que caretearla con diatribas antipopulistas les resta capacidad de apriete. Por supuesto, así como hay radicales honestos, consecuentes y luchadores (lo mismo que entre los peronistas), también los hay quienes no dudan en mandarte al matar al mejor estilo PJ. En su última convención discutieron durante 12 horas cuál sería el rumbo a seguir y finalmente los radicales decidieron apostar por un frente de centro derecha. Lamentablemente, el ala combativa, revolucionaria y filo guerrillera, que impulsaba una fórmula propia, fue derrotada. Es así que el sueño progresista de una candidatura de centro, insípida y anodina tendrá que esperar a otro momento para hacerse realidad.  

V

vacuna

Utopía según la cual, en épocas de pandemia, todos los problemas causados por la peste se solucionarán con una inyección. Pero el asunto de las vacunas trasciende ampliamente el devenir pandémico. En los últimos tiempos (pero desde épocas prepandémicas) se han hecho escuchar con cierta fuerza sectores que se oponen a la administración de todo tipo de vacunas. La lógica que los lleva a levantar estas banderas muchas veces puede confundirse con otros planteos en los que se cruzan teorías conspiranoicas y razonamientos fuera del alcance de una lógica más o menos comprobable. Como el terraplanismo, por ejemplo. O la vida en otros planetas. Entre la gente que defiende el uso de vacunas a pesar de reconocer los riesgos que implica inocularse con un virus para combatir al propio virus, se dice que atacar las vacunas es fácil cuando las vacunas son obligatorias. Porque los programas de vacunación obligatoria bajan considerablemente la posibilidad de contagio de las enfermedades para las que existen vacunas. Claro que también es justo reconocer que las teorías conspiranoicas sobre las vacunas existen porque tienen una buena base para existir. Las empresas capaces de producir vacunas (así como de imponer el relato que lleve a la necesidad colectiva de vacunarse) son grandes corporaciones. No existen pequeños y medianos productores de vacunas. Ni cooperativas, ni empresas recuperadas de vacunas. Tampoco hay vacunas integrales, sin agrotóxicos, ni vacunas mascabo o vacunas yamaní. La alternativa a las grandes corporaciones suelen ser los estados. Y en este caso, el asunto sí se vuelve absolutamente confiable. Porque como se sabe, gracias al incorruptible accionar de quienes los dirigen (o sea, los gobernantes), los estados son garantía de compromiso con la población y de no injerencia de los intereses de las grandes corporaciones y el capital concentrado. 

VAR

Sistema de repetición de jugadas en un partido de fútbol que le permite al árbitro revisar algunos fallos, sobre todo en el caso de ser determinantes en el juego: goles mal anulados o cobrados, penales, expulsiones, etc. El VAR fue un reclamo histórico de sectores hiperlegalistas que veían muy mal que se cometieran injusticias a la hora de cobrar ciertas cosas durante un partido. Pero en cuanto se implementó el VAR se comprobó, primero, que se despojaba al fútbol de casi toda emoción. Y segundo, que a pesar del VAR, las injusticias seguían sucediendo. El VAR entró así a la larga lista de arbitrariedades que se cometen en nombre de la justicia. O, dicho de otro modo, “hecho el VAR, hecha la trampa”.

vicepresidente

Lugar aparentemente menor, tanto en una fórmula presidencial, como a la hora de elegir un puesto importante en la escena política. Sin embargo, el vicepresidente dirige la cámara alta, una cosa para nada menor. Con lo cual, lejos de ser una figura decorativa, termina siendo alguien consagrado a la más alta rosca política. Es quizá por eso que en los últimos tiempos las fórmulas presidenciales suelen armarse en función de los cantidatos a videpresidente. Hoy muchas veces se estila armar una fórmula a partir de una candidatura a vicepresidente, para después rellenarla con alguna candidatura presidencial. Pero no debe confundirse esto con el hecho de considerar al presidente una figura decorativa. Sobran los ejemplos en la historia argentina, de casos de candidatos que supuestamente iban a responder a un determinado jefe político, pero una vez obtenido el cargo ya no responden más que a sus propios deseos.  

violencia de género

En apariencia, podría parecer que este término se utiliza para designar los golpes dados con un mantel, una sábana, una toalla o tan sólo un pedazo de tela o género. Pero no, su utilización es otra. Al igual que ocurre con casi todo lo referido a género (ver), la “violencia de género” sólo se aplica a los casos de violencia hacia la mujer. La única diferencia con las “cuestiones de género” es que aquí no cuentan las personas trans, y que la “violencia” siempre se refiere a violencia física. Se trata, como todo lo que tiene que ver con “género”, de lenguaje de jerga, de gente iniciada en el tema. Aunque en este caso, el uso es llamativo, porque no se trata de un fenómeno que ocurre y que desde los sectores dominantes se pretende ocultar o minimizar, como ocurre con “femicidio” (ver). Aquí son las propias organizaciones y oenegés feministas (la mayoría) quienes optan por utilizar “violencia de género” (un término de alcance acotado y que no describe con crudeza una situación criminal) en lugar del mucho más sencillo, contundente y fácil de entender “violencia hacia las mujeres”. Muchas organizaciones feministas prefieren complejizar la terminología para hacerse de un coto cerrado apto para conseguir subsidios. Es decir, para vivir del problema. Aunque el costo de vivir del problema sea ser parte y no solución de ese problema. El mecanismo es análogo al de los economistas que disfrazan de terminología técnica algo que, como el dinero y las transacciones comerciales, están al alcance de todo el mundo y forman parte de la vida cotidiana de cualquier persona. Es decir, esos economistas (y esos medios que los avalan y amplifican sus discursos) para quienes los “pobres” se transforman en “personas de bajos recursos”, o el “aumento del pan y la leche” pasa a ser un “incremento en el valor nominal de los productos de la canasta básica de alimentos”.

virtual

Estadío que forma parte de la vida cotidiana, pues aparece mencionado en innumerables conversaciones diarias. Pero a pesar de ser un término usado con muchísima frecuencia, resulta muy difícil de definir. No tanto por la definición en sí, sino porque la mayoría de las veces en esa definición se termina aludiendo a lo que se percibe como la antítesis de lo virtual: lo real. Y definir lo real fue históricamente un gran problema para el ser humano. Esta dificultad se vuelve mayor y más compleja en un momento en el que lo que abundan son las referencias al mundo virtual, que parece más presente y más protagonista que el mundo real. ¿No debería ser el mundo real quien finalmente contiene todo? Inclusive lo virtual. Sí, debería ser así. Pero no siempre las cosas son como deberían. Y lo virtual (es decir, la representación de lo real, no importa si tiene más o menos componentes “reales”) termina siendo lo que se presenta como lo “real”. La restricción para que la gente tenga encuentros “reales” (es decir, personalmente, sin la participación de los sentidos del gusto, el olfato y el tacto) vuelve a lo virtual mucho más protagonista de la vida cotidiana. Es decir, como ya se dijo, vuelve a lo virtual más real.

voto bronca

Sufragio que el/la ciudadano/a emite contra todo el sistema político de representación. No confundir con el voto castigo (ver), que sólo elige como blanco al oficialismo. El voto castigo, en todo caso, es parte del voto bronca. Pero el voto bronca representa un estado de hastío total. Es curioso que se elija el sistema que se pretende hostigar justamente para hostigarlo. Algo así como quemar libros para luchar contra el analfabetismo u organizar orgías para luchar por la castidad. El voto bronca puede tener formatos de lo más curiosos. Por un lado, el más obvio, la impugnación: ingresar en el sobre y luego en la urna una feta de salame; una foto de excrementos; el nombre de algún personaje de ficción (historietas, dibujos animados, etc); y demás formas de nulidad del voto. Pero lo más común es votar a alguno/a de los/as candidatos/as que efectivamente se presentan. En ese caso siempre debe tratarse de dirigentes que representen ideas absolutamente extremistas y de poco arraigo en la sociedad, sean estas machistas, fascistas, trotskistas o veganas. El voto bronca también puede estar representado por el sufragio a personas provenientes de otros ámbitos no políticos (espectáculo, deporte, ciencias, etc) que se presentan por primera vez a elecciones. Aunque últimamente son tantas las personas famosas que pelean por un cargo en las urnas, que esta modalidad de voto bronca perdió sorpresa, un elemento fundamental para que el voto bronca tenga verdadera fuerza en los comicios.

voto castigo

Subgénero del voto bronca (ver), aunque con un carácter más puntual. El voto castigo siempre es contra el oficialismo de turno. Y dicho castigo, como con el voto bronca, puede tomar cualquier formato ideológico y programático. El voto castigo siempre está capitalizado por la lista opositora mejor posicionada en un comicio, sin importar la orientación política. Claro que antes no hay datos ciertos de ese posicionamiento. Lo que importa, entonces, es medir bien en las encuestas (ver encuesta) y lograr una buena llegada a la opinión pública (ver opinión pública).

voto cuota

Voto condicionado por una situación económica que se presenta coyunturalmente más o menos favorable, pero de cuya continuidad se duda, por aquello que los cientistas políticos definen como “temor a que se vaya todo a la mierda”.  El voto cuota se denomina así porque los/las votantes se encontrarían atados a terminar de pagar cosas que compraron en muchas cuotas fijas, y saben que un cambio de rumbo en la política económica puede elevar el valor de esas cuotas hasta transformarlas en impagables. Los artículos que deben pagarse con esas cuotas marcan el grado de calidad y/o fragilidad de los planes económicos que tanto buscan defenderse con el voto cuota. Una cosa es votar con temor por el aumento de la cuota de una minipimer, otra por la cuota de un televisor HD de 48 pulgadas, otra por la cuota de un auto, y otra muy distinta el temor por la cuota de una casa. Aunque la experiencia histórica en los planes económicos de la Argentina indica que no es descabellado apelar el voto cuota para defender el valor de una cuota por una minipimer, por temor a que el aumento en esas cuotas termine con el remate de nuestra casa.

voto electrónico

Superstición futurista que parte de la idea de que todo lo digital es moderno y menos manipulable que el viejo sistema de la boleta de papel. El voto electrónico se efectúa dando un click en una pantalla, acto que reemplaza a la antigua modalidad de boletas, cuarto oscuro, sobres, fiscales, etc. Es cierto que el daño ambiental por la tala de árboles se reduce si las boletas no se imprimen en papel. También es cierto que eso se compensa con la megaminería contaminante que se necesita para extraer los componentes con los que se hacen las computadoras. En cuanto a las posibilidades de fraude, son tan grandes como con las boletas y las urnas, si no superiores. Es curioso: las mismas personas que defienden esta forma de votación por considerarla “transparente” son las que se aterran cuando reciben algún mensaje extraño por correo electrónico o alguna red social, pues creen que puede tener un virus que aniquile todo el material de su disco rígido.  En aquellos lugares donde se ha implementado el voto electrónico las cosas transcurren electoralmente más o menos del mismo modo que con urnas y boletas. Es decir, con el triunfo de los partidos con mayores aparatos y redes clientelares, y con constantes sospechas de que los resultados pueden ser adulterados, aunque nadie diga nada porque siempre está latente la posibilidad de poder manejar las urnas, las computadoras, los clicks o lo que sea.

voto esperanza

Sufragio que implica un convencimiento profundo en el/la candidata/a elegido. En realidad se trata de un fenómeno que pocas veces en la historia argentina ha excedido un minúsculo microclima de militancia y compromiso político. Rara vez el voto esperanza ha tenido un alcance masivo como para despertar grandes pasiones en grandes mayorías de la población. La categoría es más una ilusión de los encuestadores, los asesores de imagen, los habitantes de la rosca (ver), que viven de la política, mueven grandes cantidades de dinero y necesitan vender esperanza y pasión para poder seguir alimentando la maquinaria, tanto política como la de sus autos importados.

voto útil

Superstición electoral que, en este caso, se resume en la opción por el “mal menor”. El asunto funciona así: las grandes estructuras partidarias/electorales tratan de convencer a la mayoría de los/as votantes de que no tiene sentido un sufragio que contenga convicción, pues la convicción siempre va de la mano de magros resultados electorales, que transforman a las propuestas en testimoniales y, por lo tanto, inviables. El voto útil sería, pues, votar a alguien que tal vez no genere convicción ni simpatía, pero que dentro de todo sería lo más simpático o lo menos malo entre la gente que sí tiene posibilidades de acceder a un cargo. Cuanto menos son los cargos en cuestión, más se hace presente el fantasma del voto útil. Por eso el asunto tiene mucho más peso en las elecciones ejecutivas que en las legislativas.

W

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X

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Y

yegua

Término despectivo con el que los hombres se refieren a las mujeres con “carácter fuerte”. Es decir, quienes no obedecen el mandato masculino y logran descollar en tareas en las que hasta hace algunos años (el fenómeno se viene revirtiendo, aunque lentamente) sólo mandaban los hombres. La palabra tuvo un resurgir político muy marcado en los últimos años, pues muchos opositores al Gobierno Nacional la eligieron como epíteto para definir a la Presidente de la Nación. Algunos, inclusive, le agregan al “yegua” el término “montonera”. Y aunque la presidenta no sea ni una cosa ni la otra, semejante desmesura y desatino no hace más que fortalecer la imagen presidencial, en un rubro muy paradójico: por un lado, la presidenta es una mujer e impulsó desde el discurso algunos cambios pequeños pero significativos; por otro, estos cambios discursivos no fueron acompañados por políticas concretas. Fueron más los spots televisivos y las campañas llamando a denunciar la violencia hacia las mujeres, que el presupuesto para que haya gente atendiendo esas llamadas. Inclusive se aprobó una ley muy progresista de asistencia a las mujeres víctimas de violencia. Pero nunca se implementó ni se asignó presupuesto para hacerla cumplir. De todos modos, el término yegua sigue siendo un insulto machista absolutamente despreciable.

youtuber

Persona que sube filmaciones suyas a la red de videos online YouTube. Los youtubers arman canales con alguna temática en particular para darse a conocer y lograr seguidores. Suelen ser jóvenes y los temas son de los más variados. Inclusive hay casos que a las personas adultas el tema les puede parecer incomprensible. Como los que se filman jugando a un juego electrónico y logran con eso tener millones de vistas. Igualmente incomprensible le puede parecer a alguien tener un presidente youtuber, que utiliza ese canal de videos para hacer un anuncio importante para la población, como puede ser el lanzamiento de un plan de productos básicos a bajo precio en medio de una gran estampida inflacionaria. Es probable que la idea de un presidente youtuber tenga que ver con querer contactar con un público joven. O tal vez de lo que se trata es de transmitir modernidad y un vínculo con las nuevas tecnologías. Porque, si bien YouTube no es algo nuevo, lo es al lado de la televisión, que era donde se solían hacer estos anuncios. Pero se trata sólo de conjeturas surgidas en medio de algo tan incomprensible como vivir en un país con un presidente con aires de youtuber.

Z

zoom

Marca de una de las compañías que realizan videollamadas que se impuso entre las preferencias de la mayoría de la gente durante un período de prolongada cuarentena. De esta manera, el nombre de la marca se transformó en sinónimo de esta forma de comunicarse. Al igual que anteriormente había ocurrido con otras marcas, como por ejemplo, la de unas hojas de afeitar, la de unos apósitos adhesivos o la de una marca de pegamento cola, entre muchas otras. El término zoom se impuso por varios motivos. Por una lado, la propia dinámica del dispositivo, que hizo que la mayoría de la gente la elija para sus comunicaciones. Pero hay también una cuestión más vinculada al marketing del nombre. Se trata, en primer lugar, de un nombre sencillo, breve y contundente. Un nombre pegadizo, pregnante, casi una onomatopeya. Un nombre que, además, permite utilizarse en neologismos propios de una situación de cuarentena. Por ejemplo, la palabra “zoompleaños”. Es decir, la modalidad de festejar un cumpleaños por zoom ante la imposibilidad de tener encuentros personales. En este caso, el uso del zoom es planificado. Pero puede haber también algunas repercusiones del uso del zoom, que tienen que ver con descuidos, como creer que la conexión no está activada cuando en verdad sí lo está. Así puede darse el denominado zoom hot, que consiste en ver a alguien teniendo alguna actividad sexual mientras se supone debería estar cumpliendo algún compromiso laboral. Como por ejemplo, estar presenciando una sesión parlamentaria, como diputado de la Nación. De todos modos, hay que aclarar que en ninguno de estos casos la culpa es del zoom. Más bien, el zoom sirve para desnudar (valga la paradoja) el accionar legislativo de gente con capacidades democráticas diferentes.