Munición utilizada para reprimir manifestaciones. Como lo indica el nombre del material con que se fabrican, las balas de goma resultan mucho menos nocivas que las balas de plomo. Y, a diferencia de estas últimas, es muy raro que logren matar a una persona. Esto no significa que un disparo de estas balas no cause daño alguno a quien lo recibe. Muy por el contrario, el impacto de una bala de goma causa un dolor intenso (que se intensifica cuanto más cerca se recibe el impacto) y que si da en un ojo o en una oreja puede provocar la pérdida del sentido de la vista o del oído. Sólo una comparación con las balas de plomo puede hacer pensar que se trata de una munición humanitaria o pacífica. En las manifestaciones donde la policía reprime con balas de goma es muy común ver a varios manifestantes con las espaldas llenas de marcas rojas, como ampollas, producto del impacto de este tipo de municiones. Existen leyendas urbanas que cuentan que algunos policías logran dejar mensajes en las espaldas de los manifestantes, pues pueden hacer dibujos o letras con los disparos. Hay quienes dicen, inclusive, que hubo manifestantes en cuyas espaldas se leía cosas como “pegue que no duele”, “puto el que lee”, “disponible” y otros mensajes, siempre escritos con los impactos de balas de goma. Pero esto último no pudo ser comprobado y sólo existe en el dudoso terreno de las leyendas urbanas.