meritocracia

Término que se volvió popular cuando apareció mencionado en la publicidad de un automóvil, pero que tiene una larga tradición en el lenguaje de ciertos sectores de la sociedad. Se trata de sectores que piden “mano dura”, piden a los alumnos que toman las escuelas por mejor calidad educativa “que vayan a estudiar” y les ordenan a quienes cortan las calles pidiendo aumento de salarios o, directamente, trabajo, “que vayan a laburar”. La meritocracia es la utopía de una sociedad regida por los méritos que hace cada persona para prosperar. Lo cual no necesariamente está mal. Pero el término siempre termina vinculado al estereotipo de la persona a la que le va bien desde el nacimiento, por ser rica y, por lo tanto, de gustos caros y refinados. Todo eso acompañado de los estereotipos étnicos y sociales de las personas ricas: rubios, de tez blanca, ojos claros. Curiosamente, quienes pretenden que la sociedad se rija por los parámetros de la meritocracia, en su mayoría no tiene mayores méritos para llevar adelante emprendimientos que redunden en mayor bienestar general.