guerra sucia

Término con el que los responsables del terrorismo de Estado se referían a la cacería que llevaron adelante contra guerrilleros y militantes políticos, sindicales, estudiantiles y de todo tipo, durante la última dictadura cívico-militar-religiosa del siglo XX. El hecho de llamarla “guerra” implicaba poner en paridad de condiciones de combate a las fuerzas armadas con las organizaciones guerrilleras; y el hecho de llamarla “sucia” implicaba justificar las peores atrocidades en nombre de las desprolijidades propias de una guerra. El término cayó en desuso durante la restauración democrática, hasta que un presidente constitucional lo volvió a poner en uso, luego de admitir que no tenía idea cuál era el número de desaparecidos. Este revival es por lo menos alarmante, aún más que una supuesta vuelta de otras modas espantosas, como la campera con corderito, los jeans nevados o las calzas brillantes, algunas de las cuales también volvieron con una absoluta impunidad.