escrache

Modalidad de visibilización de un acto de injusticia, cuando el poder judicial no actúa o actúa de un modo fraudulento. El escrache apareció en la Argentina en los años 90, cuando una agrupación que nucleaba a hijos de desaparecidos durante la última dictadura cívico-religiosa-militar que sufrió el país comenzaron a mostrar dónde vivían los represores. Para entender cómo nació el escrache hay que analizar el contexto: en ese momento había represores, violadores y asesinos que estaban en sus casas, en libertad. Personas que habían sido juzgadas y condenadas por esos delitos. Pero que gozaban de la libertad gracias a un masivo indulto masivo que les había otorgado el perdón por sus actos aberrantes. Los hijos de desaparecidos comenzaron a realizar escraches para hacer visible esta situación injusta. Los escraches consistían en concentrarse frente a las casas donde los represores vivían, gozando de la libertad. Y con carteles le mostraban a los vecinos que estaban viviendo al lado de un asesino y torturador. Como suele ocurrir con muchos términos, a veces el sentido se pierde por completo y comienza a utilizarse de manera equivocada y berreta una palabra que tenía un inicio noble. Si a eso se le suma el reemplazo del acto presencial por un posteo en redes sociales, y encima se considera que esa publicación en redes reemplaza a las denuncias en la justicia, el bastardeo de un acto de justicia puede llegar a ser infinito. Hoy se llama escrache a actos que, en general, suelen estar vinculados con posteos en blogs o historias en redes sociales. Lo que hoy se llama escrache es apenas la búsqueda de una condena social, que incluye un título y un cartel para reproducir en redes. Un formato que demuestra que hay gente que quiere instalar la idea de que un escrache es algo muy parecido a un meme.