eficiencia

Superstición que consiste en pensar que hacer las cosas correctamente significa hacer cosas buenas y hacerlas bien. En nombre de la eficiencia se instala la idea de que es mucho mejor la gente que viene del sector privado que la que viene de la militancia política. Y, sobre todo, la eficiencia a la que se apunta no es la de cooperativas o de pequeñas y medianas empresas (que también forman parte del sector privado), sino las de grandes corporaciones. El concepto de eficiencia sirve como elogio en el discurso político y mediático (y, por extensión, en toda la opinión pública) sólo cuando va unido a una gran empresa. Sin entender que las grandes empresas tienen un mismo funcionamiento desapasionado y a reglamento que cualquier oficina pública, con la única diferencia que en las grandes oficinas de las empresas privadas no existen los sindicatos. Y si existen, tienen una incidencia menor. Pero fuera de la decoración de las paredes y de la cantidad de consignas pegadas, el funcionamiento es más o menos el mismo. Con lo cual la asociación entre “eficiencia” y puesto gerencial en una gran empresa privada podría ser, cuanto menos, cuestionable.