amenaza

Advertencia severa y violenta que una persona le hace a otra para que deje de hacer una cosa o se atenga a las consecuencias. Históricamente, las amenazas políticas podían incluir bombas o fragmentos del cuerpo de algún ser querido. Con el tiempo, la consolidación democrática y la aparición de las redes sociales, las amenazas se tornaron algo grotescas y no siempre tienen un trasfondo violento, sino más bien, como momentos, ridículos. Hoy una amenaza puede tener venir de algún perfil falso de twitter, lo cual es muy fácil de rastrear. Amparándose en amenazas ridículas, una personalidad pública (dirigente político, periodista, etc) muchas veces se victimiza para sumar votos, rating o mayor inserción en la opinión pública. Cuando quien recibe una amenaza es un político, suele acusar a la gente que está en las antípodas, se trate de gobierno o de oposición; cuando quien recibe una amenaza es un periodista, suele utilizar el argumento del atentado a la liberdad de expresión. Hace mucho tiempo que una amenaza a un personaje público no se hace efectiva, y muy lejos quedaron los tiempos en que una persona amenazada realmente debía temer por su vida, a tal punto de tener que abandonar el país.