Fue la respuesta que construyeron los militantes anti derecho (que se oponen a la legalización del aborto) para oponerse al pañuelo verde. La elección del color celeste es llamativa: de acuerdo a los patrones heteropatriarcales, el celeste es un color asociado a los hombres, en contraposición al rosa, que es el color de las mujeres. Esto es algo que durante muchos años se estableció como norma para los niños al nacer. La mayoría de los militantes anti aborto se sentiría identificado con este cromatismo binario, consecuente con una concepción binaria de la sexualidad. Y es justamente dentro de esa tradición que se elige, para opinar sobre algo que ocurre en el cuerpo de la mujer, un calor vinculado históricamente con los hombres. La difusión del pañuelo celeste fue infinitamente menor a la que logró el pañuelo verde. Y si alcanzó, como símbolo, cierta notoriedad, fue por oposición al color insignia de quienes luchan por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.