El peronismo es el lugar donde más se ejerce y se alienta la idea de “unidad”. Si uno dice la palabra “unidad” sola, indefectiblemente alguien podrá acotar “del peronismo”, como si fuera una idea que completa a la otra. Esto demuestra la clase de utopía que representa la “unidad” para el peronismo. Pero, ¿por qué la “unidad” se vuelve algo tan imperante, cuando bien sabemos que el peronismo suele contener a sectores que ideológicamente representan polos opuestos? La respuesta es simple: el peronismo se aferra a esta idea identitaria de la unidad cuando lo que está en riesgo es, precisamente, la pérdida de esa identidad peronista. Por algo, más allá de las mil maneras de ejercerla, la identidad peronista es una sola y bien distina a la identidad no peronista. Y ni hablar de la identidad anti peronista.