Lugar aparentemente menor, tanto en una fórmula presidencial, como a la hora de elegir un puesto importante en la escena política. Sin embargo, el vicepresidente dirige la cámara alta, una cosa para nada menor. Con lo cual, lejos de ser una figura decorativa, termina siendo alguien consagrado a la más alta rosca política. Es quizá por eso que en los últimos tiempos las fórmulas presidenciales suelen armarse en función de los cantidatos a videpresidente. Hoy muchas veces se estila armar una fórmula a partir de una candidatura a vicepresidente, para después rellenarla con alguna candidatura presidencial. Pero no debe confundirse esto con el hecho de considerar al presidente una figura decorativa. Sobran los ejemplos en la historia argentina, de casos de candidatos que supuestamente iban a responder a un determinado jefe político, pero una vez obtenido el cargo ya no responden más que a sus propios deseos.