Producción audiovisual en la que los candidatos intentan transmitir algo a los posibles votantes. En algún tiempo remoto se creía que ese “algo” tenía que ver con alguna idea o plan de Gobierno. Hace tiempo que semejante planteo resulta irrisorio: hoy los spots buscan atrapar la atención de los clientes (es decir, los posibles votantes) como resulte mejor. Es decir, se trata de generar algo que luego pueda generar alguna clase de comentario, aunque sea en algún otro medio a los que se le pagará para publicar algo sobre la “ocurrencia” de un spot, simulando ser una nota de interés periodístico. Los spots son cada vez más refinados y cada vez requieren más producción, con lo cual resultan cada vez más costosos. Esto, sin embargo, no resulta un escollo pues, llegado el caso (y sobre todo para los candidatos con posibilidades reales de acceder a puestos ejecutivos importantes), la plata siempre aparece, sin importar de qué cifra se trate. Pero los spots les crean a los candidatos serias complicaciones y esfuerzos titánicos, que van desde tener que caminar por el barro de un barrio pobre hasta lo más difícil de todo: hablar de corrido.