Forma amable de decir “aumento de tarifas”. La expresión surge del hecho de que quien la usa cree que las tarifas tenían precios muy bajos gracias a los subsidios implementados por políticas denominadas “populistas”(ver). Y que estos subsidios deben terminar. Para que se entienda: las empresas que suministran servicios ganan siempre lo mismo. La diferencia está en que los “populistas” dan subsidios para que las tarifas sean más bajas; y los “liberales” (ver) que hablan de “sinceramiento tarifario” quieren eliminar los subsidios y que esa carga corra por cuenta exclusiva de los usuarios. Lo curioso es que los subsidios los paga el Estado. Y el Estado lo conforman todos los habitantes legales de un país. Con lo cual el sinceramiento del que se habla tiene que ver más que nada con la cuestión simbólica de sacar directamente dinero de un bolsillo para pagar por algo que tiene un precio determinado. Al menos en eso, el sinceramiento del que se habla tiene algún sentido.