UN PAÍS EN SERIO: HACERNOS LOS BOLUDOS
Estoy muy concentrado escribiendo mi columna política en mi escritorio, en mi oficina. Aprovecho que en la productora está todo el mundo de vacaciones para concentrarme sin que nadie me moleste. Tengo los auriculares puestos para que no me moleste ningún ruido y, de paso, escuchar un poco de música. De repente, siento una descarga eléctrica que me duelo mucho. De todos modos, el dolor no es nada comparado con el susto.